France24.- El feminicidio de la corredora ugandesa Rebecca Cheptegei, quien compitió en París 2024, quemada viva por su pareja, ha golpeado al mundo del deporte y puesto los ojos en la violencia contra las mujeres en Kenia, país en el que residía y en el que delitos como la violación dentro del matrimonio no están penalizados.
Este jueves 5 de septiembre, las autoridades del Hospital Universitario y de Referencia Moi en Kenia confirmaron que la atleta olímpica Rebecca Cheptegei falleció por quemaduras en casi el 80% de su cuerpo. Tan solo un mes antes, había corrido el maratón en los Juegos Olímpicos de París y quedado en el puesto 44.
Rebecca Cheptegei era ugandesa, pero se había mudado a la ciudad occidental keniana de Eldoret, en Trans Nzoia, meca del atletismo en el este de África. Murió tras un ataque de su pareja, Dickson Ndiema, quien el domingo vertió gasolina sobre ella y le prendió fuego, según informó Jeremiah ole Kosiom, comandante de la policía del condado de Trans Nzoia. La mujer de 33 años estuvo completamente sedada desde que fue ingresada al hospital. Falleció luego de que “todos sus órganos fallaran”, indicó Owen Menach, director interino del centro médico.
Ndiema también tuvo quemaduras y está siendo atendido en el mismo recinto hospitalario en el que murió Cheptegei. Permanece en la unidad de cuidados intensivos con quemaduras en el 30% de su cuerpo, según informó Menach, quien afirmó sin embargo que está “estable”.
“Era evidente que su vida estaba en peligro»
“No tengo palabras, solo culpo al gobierno”, dijo Agnes Ndiema Cheptegei, su madre. La familia de la corredora informó que en reiteradas ocasiones habían denunciado el peligro que enfrentaba su hija a la Dirección de Investigación Criminal de Trans-Nzoia.
“El viernes pasado hicimos la misma denuncia”, dijo su padre, Joseph Cheptegei. «Las agencias gubernamentales nos han fallado porque informamos con suficiente antelación sobre su seguridad, ya que este hombre solía seguirla incluso hasta Uganda, pero no actuaron con rapidez. Era evidente que su vida estaba en peligro», dijo, y exigió justicia: “El criminal que lastimó a mi hija es un asesino y todavía no sé qué están haciendo los agentes de seguridad. Sigue libre y hasta podría huir”.
La conmoción también acompañó a sus compañeros de carrera. “Sentí dolor, porque la conozco. Estuve con ella en los Juegos Olímpicos. Estuve con ella en París y estaba muy emocionada. Era muy trabajadora. Era, ella era madre”, dijo la atleta Joan Chelimo, quien recordó que Cheptegei deja dos hijos atrás de un matrimonio anterior.
Una cascada de condolencias
El mundo del deporte reaccionó rápidamente el feminicidio. El ministro de Deportes keniano, Kipchumba Murkomen, prometió justicia: “Debemos hacer más para combatir la violencia de género en nuestra sociedad”, escribió en un comunicado.
El presidente del Comité Olímpico de Uganda, Donald Rukare, calificó el ataque como “un acto cobarde y sin sentido” y la Federación de Atletismo también ofreció su pésame. “Nos entristece profundamente anunciar el fallecimiento de nuestra atleta (…) Como federación, condenamos tales actos y pedimos justicia”.
En tanto, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, dijo que la participación de Rebecca en el maratón femenino de París 2024 había sido “una fuente de inspiración, orgullo y alegría”.
Su caso hizo eco también en Naciones Unidas. Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la Organización, António Guterres, dijo que el funcionario había aquejado un mundo que vive “en una cultura dominada por los hombres que deja a las mujeres vulnerables al negarles la igualdad en dignidad y derechos”.
Un caso lejos de ser aislado
Es la tercera deportista asesinada en el país desde octubre de 2021.
Antes de ella, dos corredoras, las kenianas Agnes Tirop y Damaris Mutua, murieron asesinadas, también por sus parejas, en 2021 y 2022, respectivamente. Mutua fue hallada sin vida y, de acuerdo al informe forense, murió estrangulada. Por su parte, Tirop sufrió puñaladas mortales. Ibrahim Rotich, su esposo, fue arrestado y acusado de asesinato; el caso aún no ha concluido.
De acuerdo al Centro Nacional de Investigación Criminal del país africano, en el último informe de la Coalición sobre Violencia contra las Mujeres, publicado el pasado enero, en Kenia una mujer muere a manos de su pareja o de un familiar cercano cada dos días.
De acuerdo a una encuesta de salud de 2022 en el país, cuatro de cada diez mujeres, o un 41% de las mujeres en el país fueron víctimas de violencia física o sexual por parte de pareja actual o de la anterior. Estas altas tasas de violencia contra las mujeres no han pasado desapercibidas, con diversas manifestaciones en ciudades y pueblos del país en los últimos meses.
La problemática sin embargo no es solamente un problema nacional. Sin dejar pasar por alto la muerte de la atleta, Dujarric dio una dimensión mundial al feminicidio. Recordó que cada 11 minutos, en promedio, una mujer o niña muere asesinada por su pareja o un familiar en algún lugar del mundo. “Por supuesto, creemos que las cifras reales son mucho más altas”, agregó.