La Audiencia de Sevilla ha condenado a 23 años de cárcel a un hombre que acabó con la vida de ex pareja a puñaladas.El jurado popular señala que lo hizo «porque era mujer»
COPE.- La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a veintitrés años de cárcel a un hombre que asesinó a su expareja tras asestarle varias puñaladas con un cuchillo, tras el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular, que determinó que la había matado «porque era mujer».
En la sentencia, que admite recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), el magistrado-presidente del Tribunal del Jurado condena a este hombre por un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y género y también le impone diez años de libertad vigilada y el pago de una indemnización total de 230.000 euros a los dos hijos de la víctima, ambos menores.
La Fiscalía solicitaba una condena de veinticinco años, mientras que la defensa pedía veinte.
Los hechos ocurrieron a las ocho de la mañana del 23 de octubre de 2018 en del descansillo de la vivienda en la que vivían procesado y víctima en el barrio de los Pajaritos de la capital hispalense. Portando un cuchillo que no ha podido ser encontrado, abordó a la mujer a la que asestó varias puñaladas en el cuello y en el tórax que le causaron la muerte inmediata.
No aceptó la ruptura
Ambos habían mantenido una relación sentimental que había concluido un año antes, pero el acusado «no acababa de aceptar» la ruptura. Según la sentencia, el encausado mató a la víctima «por haber sido su pareja» y «por su condición de mujer», ya que quería «demostrar su pretendida superioridad como varón y negarle a ella la capacidad de tomar decisiones y poner fin unilateralmente a su relación», de ahí que el tribunal aplique la agravante de género.
A la hora de fijar la pena concreta, el magistrado valora la actuación «especialmente brutal» del procesado, que mató a la mujer «con gran violencia e incluso saña, dicho sea en términos coloquiales» y no en el sentido «de ensañamiento, circunstancia por la que nadie acusa», con un «intento de degüello e incluso alguna herida en la espalda»
