Condenada una familia británica por esclavizar a personas sin hogar y discapacitados

, , | 12 agosto, 2017

Los Rooney tenían una vida de lujo a expensas de sus víctimas, que vivían en condiciones miserables y sufrían malos tratos

LA VANGUARDIA.- Once miembros de una familia, de entre 31 y 47 años, de Lincolnshire (Inglaterra) han sido condenados por esclavizar al menos a 18 personas, entre ellas gente sin hogar y discapacitados, para a trabajar por poco o ningún salario a lo largo de 26 años.

Un tribunal de Nottingham afirma que la familia Rooney captaba a personas vulnerables con problemas con el alcohol o las drogas a través de ofertas de trabajo y alojamientos que no tenían nada que ver con la realidad. Según relatan las víctimas en declaraciones recogidas por The Guardian, dormían en caravanas rudimentarias y tenían que usar baños rudimentarios en los bosques cercanos. La situación agudizó la salud mental y física de las víctimas. Algunos de ellos fueron encontrados con malnutrición y fueron sometidos a palizas y amenazas.

La hermana de una de las víctimas ha señalado cómo uno de los miembros de la familia le golpeó con un rastrillo cuando se quedó dormido. Asimismo reconoce que este quedó “dañado psicológicamente” después de que los Rooney le dijeran que trabajaría en su casa “el resto de su vida”. Para presionarlo para que firmara un contrato fraudulento, le hicieron cavar un agujero: “¿Cuánto más quieres que baje?”, dijo su hermano. “Si no firmas, ahí es donde vas a estar, en ese agujero”.

La familia Rooney ha sido condenada por fraude y esclavitud después de probar que el dinero que no pagaron a sus trabajadores lo usaron para unas vacaciones en Barbados, operaciones de cirugía estética y para costear una escuela de entrenamiento del Manchester United.

“Los miembros de la familia Rooney tenían una vida de lujo a expensas de sus víctimas, que vivían con miedo y miseria. Para ellos, la explotación, la violencia y la extorsión era una forma de vida. Los acusados han causado graves daños a las personas que explotaron, algunos de los cuales han fallecido”, relata la Fiscal Janine Smith, en declaraciones a The Guardian.

Las víctimas eran obligadas a reparar las propiedades o trabajar en los negocios de los Rooney sin ningún equipo de seguridad, mientras la familia les decía que debían realizar más tareas para compensar un supuesto dinero que les debían. Además, les suministraban alcohol y drogas para asegurarse tenerlos bajo control.

Algunos de los trabajadores, mayoritariamente de Europa oriental, Vietnam y Nigeria, intentaron huir de las garras de los Rooney. Sin embargo, fueron rastreados por los acusados y llevados de vuelta sus caravanas.

La Agencia Nacional del Crimen británica (NCA) ha manifestado que la esclavitud moderna y el tráfico humano están más presentes de lo que se piensa. En 2016, unas 3.800 personas fueron identificadas como víctimas.

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