La alcaldesa ha denunciado los hechos ante la Guardia Civil y asegura que se trata de «un grupo organizado»
D.S. FUENTE. EL COMERCIO.- La Casa Consistorial de Tapia de Casariego amaneció el pasado domingo con dos pegatinas pegadas en su puerta principal con las caras del dictador Francisco Franco y el falangista José Antonio Primo de Rivera, cuyos restos descansan en el Valle de los Caídos. En el caso del adhesivo de Franco aparece su rostro sobre la bandera española con el mensaje «El valle no se toca», en alusión a la exhumación de los restos del dictador. En el caso de la pegatina de Primo de Rivera aparece escrita la frase «Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles», junto al hashtag #Elvallenosetoca.
El Ayuntamiento de Tapia de Casariego denunció la situación ante la Guardia Civil, quien confirmó que se habían colocado otras pegatinas iguales en señales, farolas y bancos de la entrada a la villa. Entre ese conjunto de adhesivos se encuentra una de Hogar Social Madrid, con la insignia del oso y el castillo. Se trata un colectivo de ultraderecha, que surgió tras la crisis económica y que se muestra contrario a la inmigración, entre otras cuestiones.
Las pegatinas del Ayuntamiento, dos de la puerta y una en el lateral de la Casa Consistorial, fueron retiradas por la propia alcaldesa, Ana María Vigón, con la ayuda de dos concejales del equipo de gobierno. El resto «tendremos que estudiar cómo lo hacemos porque supone un gasto extra de limpieza», dijo la regidora. Vigón lamentó los hechos y explicó que «se trata de un grupo organizado, es la forma que tienen de quejarse. No tienen la valentía de expresarlo públicamente de otra manera». La alcaldesa tapiega insiste en que «no es manera de hacer las cosas. Tras 40 años de democracia, no podemos consentir monumentos a dictadores», subrayó.
