Colectivo LGTBI polaco denuncia incremento de homofobia en campaña electoral

| 27 junio, 2020

CLARA PALMA HERMANN. INFOBAE.- Los derechos de la comunidad LGTBI en Polonia se han convertido en uno de los ejes de la campaña para las elecciones presidenciales de este domingo, donde los ultraconservadores, los liberales y la izquierda adoptan posiciones enfrentadas.
El aspirante de derechas y actual presidente, Andrzej Duda, copó titulares de toda Europa al afirmar en un acto de campaña que el «adoctrinamiento» LGTB es «peor que el comunismo», apoyando a un compañero de partido que había manifestado que «LGTB no son personas, es una ideología».
Además, el 10 de junio Duda firmó una «Declaración de la Familia» por la que se compromete a impedir que las parejas homosexuales puedan casarse o adoptar o que en las escuelas se aborden temas de educación sexual y afectiva.
Desde entonces, según denuncia la activista Ola Kaczorek, se ha producido un incremento de las agresiones físicas contra personas LGTBI, que para junio cifra en media decena tan solo en Varsovia, aunque reconoce que no existen estadísticas fiables ya que no se trata de un delito tipificado.
«Como comunidad LGTBI nos han puesto en la diana, utilizándonos como herramienta para la campaña y para obtener rédito político», afirma Kaczorek, co-presidenta de la organización Milosc Nie Wyklucza («El amor no excluye»), que defiende el matrimonio igualitario.
«Nos han convertido en chivos expiatorios», argumenta, explicando que el gobernante Partido de la Ley y la Justicia (PiS) pretende con esta estrategia unir a los votantes conservadores y derechas bajo la bandera del rechazo a la presunta amenaza LGTBI.
Gracias a ello, muchos partidarios de Duda creen que una victoria del aspirante liberal, Rafal Trzaskowski, sería una catástrofe para los valores católicos del país, puesto que como alcalde de Varsovia firmó en 2019 una declaración contra la discriminación del colectivo LGTBI en la capital.
«Soy una persona de mente abierta, pero los homosexuales no pueden formar una familia, no es lo mismo que el matrimonio de hombre y mujer», afirma Iva, un ama de casa que prefiere no dar su nombre real y que votará por Duda para impedir que Trzaskowski «destruya» el país.
¿UN CAMBIO SIMBÓLICO?
En caso de que el alcalde de Varsovia venciese en los comicios -una posibilidad que según los últimos sondeos se sitúa casi en el 50% en la segunda vuelta- como presidente tendría el poder de vetar decisiones parlamentarias contrarias al estado de derecho.
Sin embargo, activistas como Ola creen que, más que un cambio real, una victoria de Trzaskowski sería «un símbolo para las personas que quieren un cambio».
Bart Staszewski, un activista y documentalista que se encaró con Duda en un mítin y consiguió reunirse a continuación con el presidente para hablarle de la oleada de suicidios entre jóvenes LGTBI en zonas rurales, también es crítico con respecto al papel que desempeñaría el político liberal.
«Hay que cambiar de presidente, porque Duda no es el presidente de todos», explica por teléfono a Efe.
Sin embargo, admite que la Plataforma Cívica (PO), la formación de Trzaskowski, no se posiciona claramente en defensa de las personas LGTBI por miedo a perder votos y que el propio alcalde de Varsovia no implementó las medidas anti-discriminación a las que se comprometió.
La desprotección frente a la retórica del Gobierno ha llevado a que los dos últimos años sean «los peores» para el colectivo en la historia reciente del país, incluido el periodo comunista, según sentencia el cineasta.
De los once aspirantes a la presidencia, tan solo Robert Biedron, candidato del partido de izquierdas Lewica (Primavera, en polaco) defiende la igualdad en materia de derechos civiles y la separación entre Iglesia y Estado.
«No es la población la que mantiene el status quo», afirmó en una entrevista a Efe en la que describió a Polonia como viviendo «en la Edad Media», destacando que por el contrario es la clase política la que «obstaculiza el progreso».
Biedron cita un estudio de Ipsos de 2018 según el cual la mayoría de los polacos apoya que las parejas homosexuales puedan regularizar de algún modo su situación, sea como matrimonio o como pareja de hecho, aunque en general las encuestas arrojan resultados contradictorios.
«ZONAS LIBRES DE LGTBI»
Las «zonas libres de ideología LGTBI» que comenzaron a surgir por las áreas rurales polacas en 2019, después de Trzaskowski firmase en Varsovia la declaración inclusiva, han contribuido, paradójicamente, a llamar la atención internacional sobre la retórica homófoba del Gobierno polaco.
Jakub Gawron es uno de los activistas que contribuyeron a poner esta treintena de municipios y administraciones locales en el mapa, a través del llamado «Atlas del Odio» y ahora se enfrenta por ello a por lo menos cinco demandas por «dañar la reputación» de dichas localidades.
Según aclara Gawron por correo electrónico, la declaración de las zonas «libres de LGTB» es puramente simbólica y carece de consecuencias legales. Sin embargo, «son una herramienta formal para ejercer presión informalmente» sobre instituciones y funcionarios.
El activista apunta a que dichas declaraciones crean una atmósfera de intimidación en la que estos prefieren no significarse con gestos o medidas en contra de la discriminación por miedo a represalias.
«Este Gobierno ya ha actuado contra los refugiados, los discapacitados, los judíos, los maestros en huelga, los defensores del medio ambiente o los jueces. Ahora, ha enfocado sus ataques en la comunidad LGTBI», remacha.

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