Canadá califica de genocidio la desaparición de mujeres indígenas

| 4 junio, 2019

Trudeau se compromete a actuar para “descolonizar” las estructuras del Estado

BEATRIZ NAVARRO. LA VANGUARDIA.- No es una maldición ni un misterio imposible de resolver: las desproporcionadas tasas de violencia que sufren las mujeres indígenas de Canadá son el fruto de un “genocidio basado en la raza, la identidad y el género” fruto del colonialismo que impregna las estructuras del Estado, según el informe final de la Investigación Nacional encargada por el Gobierno de Justin Trudeau, que reclama “un cambio total de paradigma” para acabar con esta lacra.

“Sus circunstancias son diferentes pero todas las historias de desapariciones y asesinatos [de mujeres indígenas] están relacionadas con la marginalización económica, social y política, el racismo y la misoginia que forman el tejido de la sociedad canadiense”, afirmó la comisaria jefe de la investigación, Marion Buller, durante la presentación del informe, una emotiva ceremonia de cuatro horas de duración celebrada en el museo de Historia de Canadá de Gatineau (Québec), cerca de Ottawa. Decenas de mujeres tomaron la palabra en presencia de cientos de familiares y víctimas. El documento, de 1.200 páginas, aconseja tomar 231 medidas diferentes para “hacer justicia”. “No son recomendaciones, son imperativos legales”. Esto “no es lo que se supone que es Canadá. Esto no es lo que representamos”, insistió.

La investigación ha sacado a la luz las elevadas tasas de violencia que sufren las mujeres y niñas indígenas, un fenómeno borroso también detectado en Estados Unidos. Entre 1980 y el 2012, 1.017 nativas fueron asesinadas en Canadá. Actualmente, el 25% de las víctimas de homicidios son mujeres indígenas, aunque sólo son el 4% de la población. Sus posibilidades de ser asesinadas o desaparecer son 16 veces mayores que las de una mujer blanca, afirma el informe, que evoca también las altas tasas de pobreza y marginalización que padecen.

“Os hemos fallado, pero no os fallaremos más”, aseguró Trudeau, que tomó la palabra después de tres horas de testimonios. “Esta es una historia inimaginable para muchos canadienses pero para muchos otros es su dolorosa realidad”, reconoció el premier, que ha hecho de la reconciliación con los pueblos indígenas una prioridad de su Gobierno. Hubo aplausos pero también miradas de desconfianza. Trudeau se comprometió a que las recomendaciones del informe (reformas en la policía, reconocimiento de los idiomas indígenas, acceso a la educación y la vivienda…) “no se que­darán cogiendo polvo en una estantería”, como según la comunidad nativa ha ocurrido con otros estudios. “Hemos de cambiar cómo funcionan algunas cosas en este país. Debemos seguir descolonizando nuestras estructuras y erradicar el racismo y la discriminación que han hecho que la violencia prevalezca”.

El informe sostiene que el genocidio es consecuencia de “estructuras colonialistas” como la ley India de 1876, la esterilización de mujeres indígenas o los internados para niños indígenas, que funcionaron hasta los años noventa. También en el 2015 la comisión para la Verdad y Reconciliación habló de “genocidio cultural” para referirse a estas prácticas. El exministro de Asuntos Indígenas, Bernard Valcourt, conservador, ha deplorado el uso del término genocidio en el informe, que considera “propagandista” y obra de “activistas”. Su partido se ha desmarcado de estas declaraciones.

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