Aumenta la violencia en el fútbol aficionado y decrece en el profesional

| 24 diciembre, 2016

Mientras se reduce el número de hinchas radicales en Primera y Segunda (97.191), crece la cifra de agresiones a árbitros fuera de la élite

JOSÉ CARLOS CARABIAS. ABC.- No hay otro deporte en España tan relacionado con la violencia como el fútbol. No es solo la impresión global por las imágenes que cada día salpican los informativos de televisión. Lo dicen los datos que generan la investigación y el trabajo de las fuerzas de seguridad y que se plasman en la memoria anual de la Comisión Estatal contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia. Se menciona al deporte, pero se debería referir en exclusiva al fútbol. El 97,59 por ciento de las infracciones vinculadas a cualquiera de estas faltas en el deporte profesional español se dieron en la Liga de Primera y Segunda división del balompié. El informe describe la evolución de esta lacra y alerta sobre las tendencias nocivas: crecen los episodios de violencia contra los árbitros en las categorías inferiores y de aficionados, mientras se han reducido los incidentes dentro de la élite.

La Comisión Antiviolencia está integrada por representantes del Consejo Superior de Deportes, la Liga Profesional de Fútbol, la secretaría de Estado de Seguridad y la Policía Nacional, entre otros organismos, y tiene como misión la coordinación de los intrumentos para prevenir la violencia en el deporte. En su último informe anual expone que la presencia de aficionados ultras en Primera y Segunda descendió notablemente, un 41,21 por ciento. De 165.338 a 97.191 personas, lo que alude a una diferencia significativa respecto a la temporada anterior.

Durante el transcurso de la última campaña futbolera, el Gobierno impulsó una batería de medidas contra la violencia a raíz de la muerte de Jimmy, el seguidor del Deportivo de La Coruña, en una reyerta con seguidores del Atlético de Madrid en las inmediaciones del Vicente Calderón. Fue una cruzada en la que se trataron de erradicar de los estadios los cánticos, las pancartas y los insultos con medidas correctoras como cierres de campos, pérdida de puntos o descensos de categoría.

Sigue habiendo muchísimos seguidores radicales que se desplazan cada fin de semana por España en busca de bronca. Las fuerzas del orden detectaron a 21.185, de los que 15.344 pertenecen a equipos de Primera y 5.841 a Segunda. En el análisis comparativo, la cifra ha decrecido considerablemente en un año, desde la muerte del radical Jimmy. El total ha bajado un 41,21 por ciento. El 37 por ciento en la máxima categoría y el 44 en la división de plata.

Los datos de la Oficina Nacional de Deportes especifican que el fútbol es el caladero de los disturbios. En Primera se produjeron durante la pasada liga 15 detenciones y 247 expulsiones de los campos. En Segunda hubo dos detenidos y 56 expulsados. Y en Segunda B, una categoría mixta, 24 y 49. La Copa del Rey registró 78 personas expulsadas de recintos. Y en la Liga de Campeones, competición suprema que se rige por los protocolos de la UEFA, se recogieron 12 detenidos y 64 expulsiones. En total se produjeron en España 66 detenciones y 542 despidos fulminantes, pero de ellos solo 20 corresponden a deportes que no son el fútbol.

La Comisión propuso durante la pasada temporada 43 sanciones a clubes por un importe de 692.459 euros por el incumplimiento de normas de seguridad. El número de infracciones en el fútbol (1.216, un 97,59 %) abarca casi el total de las acontecidas en el deporte español (1.246). La principal causa determinante de la propuesta de sanción fue «promover o participar en altercados» (hubo 635). Crece sobremanera las multas por consumo o introducción de alcohol en los estadios.

El fútbol no profesional se enmarca en otra esfera. Depende de la Federación (FEF) y no de la Liga (LFP). Según los datos facilitados por la Dirección General de la Guardia Civil, en el curso 2015/16 se registró un incremento en el número de partidos con incidentes. Uno de cada 57 encuentros registró algún tipo de altercado. En la temporada anterior, la 2014/15, el ratio era sensiblemente inferior, uno de cada 70.

Agresiones y amenazas

Los episodios violentos contra los árbitros crecieron considerablemente: 78 en la 14/15 y 115 en la pasada. Hubo 47 agresiones, nueve intentos de agresión, 14 incidentes por insultos, cuatro por amenazas y tres relacionadas con daños de vehículos. Los colegiados de las categorías inferiores viven cada vez peor, a tenor de los informes de la Guardia Civil.

En los 287 incidentes ocurridos el curso anteior, en el 37% intervinieron jugadores, directivos, entrenadores o personal con licencia federativa. Y de las 40 suspensiones de encuentros, un 62 por ciento fueron provocadas por incidentes en los que intervino personal federado. El fútbol arrastra el deshonor de ser el principal protagonista de la violencia. Se produjeron el 93,97 de los altercados del deporte no profesional.

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