Alemania “ficha” a más de 80.000 radicales peligrosos

| 27 junio, 2019

El auge de la extrema derecha alcanza cifras récord, con 12.000 ultras dispuestos a actuar, pero también preocupan las amenazas del yihadismo y el extremismo de izquierda

LA RAZÓN.- Alemania tiene al enemigo en casa. Un enemigo que extiende año a año sus tentáculos gracias en buena medida al uso de webs y redes sociales. Su nombre: la violencia radical, sea de extrema derecha, de extrema izquierda o de origen yihadista. Sus militantes no dejan de aumentar en una espiral que se antoja cada vez más complicado de atajar para el Gobierno alemán.

Especialmente prospera la violencia de ultraderecha, que se ha convertido en la principal preocupación del espionaje del interior y desplaza a la amenaza islamista en el país, conmocionado aún por el asesinato a principios de este mes de junio del político local Walter Lübcke a manos de un neonazi.

“Para mí la extrema derecha es en estos momentos extremadamente peligrosa, lo cual no quiere decir que perdamos de vista el islamismo, por ejemplo, o el antisemitismo”, declaró este jueves el ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, durante la presentación del informe correspondiente a 2018 de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV, el servicio de inteligencia de Alemania).

El documento revela que la cifra de ultraderechistas se elevó en 2018 a 24.100 personas, cien más que el año anterior -”una nueva cifra récord”-, y de los cuales, 12.700 están dispuestos a emplear la violencia, es decir, más de la mitad, advirtió. Estos datos, sumados a la “elevada afinidad con las armas” del espectro ultraderechista, son “preocupantes”, agregó.

Esta misma “afinidad por las armas” supone un “elevado potencial de amenaza” también de los llamados “Ciudadanos del Reich” (”Reichsbürger”), que rechazan la legitimidad y soberanía de la República Federal de Alemania y de su ordenamiento jurídico. A este movimiento pertenecen unas 19.000 personas -lo que supone un 13 % más respecto al año anterior- y de las cuales unas 950 son ultraderechistas.

El presidente del espionaje interior, Thomas Haldenwang, por su parte, recordó que el problema de la ultraderecha no es regional, como muchos quieren ver, sino que afecta a todo el territorio alemán y señaló que no hay que perder de vista tampoco a los grupúsculos y lobos solitarios. También destacó el “elevado potencial violento” de los ultraderechistas y señaló que el espectro de la extrema derecha se mueve cada vez de forma más “diferenciada y confiada”. Por otra parte, Haldenwang recordó que “la xenofobia sigue siendo uno de los motivos principales” que mueven a los ultraderechistas.

El informe se refiere asimismo a los delitos ultraderechistas de trasfondo antisemita, que registraron con 48 casos el año pasado un aumento del 71,4 % respecto a 2017. Al mismo tiempo, precisó que muchos de los inmigrantes que llegaron a Alemania entre 2014 y 2017 proceden de países “donde las posturas antisemitas forman parte del día a día”, informa Efe.

Seehofer y Haldenwang se refirieron asimismo al asesinato de Lübcke, caso que para el jefe de los servicios secretos muestra “de manera brutal” cómo la intimidación a través de las redes se traslada al mundo real. El ministro, por su parte, volvió a hablar de “un antes y un después” tras la muerte violenta del político local, que debe entenderse como una “señal de alerta” dirigida contra una sociedad abierta como la alemana, dijo.

Extrema izquierda y yihadismo

Por otra parte, según el informe, la cifra de extremistas de izquierda aumentó el año pasado en un 8,5 % hasta las 32.000 personas, aunque el número de los que están dispuestos a emplear la violencia se mantuvo en 9.000, es decir, en uno de cada cuatro. “Su relevancia no ha disminuido”, subrayó Seehofer.

Por el contrario, los delitos cometidos por la extrema izquierda retrocedieron de casi 6.400 a poco más de 4.200 en 2018, y los casos en los que hubo uso de violencia cayeron de casi 1.650 a poco más de mil, algo que se explica, según el informe, por la ausencia de grandes eventos internacionales como la cumbre del G20 en Hamburgo en 2017.

Por otra parte, Seehofer aludió a la “inmensa amenaza” que continúa representando el islamismo, en particular la situación generada en torno a los yihadistas que regresan a Alemania, y advirtió que en cualquier momento puede producirse un atentado. Precisó que de las más de mil personas que viajaron a las zonas en conflicto, la mitad participó en combates o prestó apoyo a la yihad, y un tercio se encuentran ya de regreso en Alemania y suponen “una elevada amenaza”. Según el informe, la cifra de islamistas en Alemania aumentó el año pasado ligeramente hasta las 26.560 personas.

Aunque en 2018 no se registró ningún atentado islamista en Alemania sí que se destaparon planes de ataque en diversas fases de preparación, lo cual demuestra que no hay motivo alguno para bajar la alerta, agrega el documento. También Haldenwang subrayó que el terrorismo islamista sigue siendo una “gran amenaza” para Alemania al seguir estando “presente y activo a nivel global” y advirtió que aquellos que regresan -también mujeres y niños- pueden “conferir una nueva dinámica al entorno salafista”.

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