El Mundo.- La Unidad de Gestión de la Diversidad de la Policía Municipal de Madrid investigó el año pasado 155 hechos discriminatorios y de odio, el 40% al colectivo LGTBI. Los casos han bajado por encima del 50% en la pandemia, ya que en 2019 se produjeron 342 y en 2020, 170.
De los 155 incidentes de odio de 2021 investigados por la Policía Municipal, 62 fueron al colectivo LGTBI, 34 casos por racismo, 18 por discapacidad, 14 por exclusión social, 14 por ideas religiosas, ocho por causas ideológicas, cuatro por sexismo y el resto por otros motivos.
La responsable de esta reconocida unidad, creada en 2016, es la Intendente de Policía Municipal Marta Fernández. Dirige a 20 agentes distribuidos en diferentes turnos y cuenta con una estructura interna de cinco equipos especializados. «Está el equipo LGTBI, el que más atareado está siempre, el equipo de racismo y xenofobia, el de personas con discapacidad, el de exclusión social y el de religiones y cultos», explica el mando policial que aclara que son competentes para investigar amenazas, coacciones y lesiones leves con la agravante de odio.
Asegura la intendente que con los datos que maneja la Policía Municipal no se puede hablar de una alarmante subida de los delitos de odio en Madrid. «Eso no quiere decir que no exista más casos, pero es verdad que cuando hablamos de colectivos vulnerables, de delitos de ocio o situaciones discriminatorias hay un porcentaje de infra denuncias muy elevado y no conocemos todo lo que les puede ocurrir a esas personas que integran esos colectivos porque no lo dicen», explica Fernández.
Según la responsable de la unidad, hay tres causas por la que estos colectivos no dan el paso de denunciar: «La primera es porque lo tienen normalizado y entienden que es la vida que les ha tocado vivir en esta sociedad. La segunda es que consideran que no vale la pena denunciar porque no van a solucionar nada. Las personas que integran estos colectivos no hace tanto tiempo tenían leyes que les perseguían (la ley de vagos y maleantes) y tienen dificultades para ver a la policía como un apoyo y ayuda. Y por último, las personas que sufren estos casos no conocen sus derechos y no saben que ese hecho que acaban de sufrir es perseguible. Incluso, desconocen que tienen derechos para reclamar la reparación de lo sufrido».
Para salvar estos obstáculos, la Unidad de la Diversidad ha creado puentes de enlace con las entidades y asociaciones que se dedican a defender los derechos de cada uno de estos colectivos. «A lo mejor, la persona no viene a denunciarlo a la Policía, pero se lo cuenta a la entidad social», señala Marta Fernández, que indica que hay un total de 150 entidades con las que están en contacto permanente.
La Unidad de Gestión de la Diversidad tiene una sede en la calle de Sacramento y dispone de una oficina móvil que es una furgoneta rotulada que da visibilidad y prevención en los actos que pueden ser objeto de sabotajes por motivos de odio. «En el Ramadán, el Orgullo Gay y otros actos muy significativos está unidad tiene un servicio preventivo y funciona también como oficina de denuncias. También está presente en la calle para ayudar a personas en exclusión social que no suelen acudir a la Policía», agrega la responsable policial que subraya que también los agentes rastrean las redes sociales para ver si hay algún tipo de delito de odio.
A la unidad llegan denuncias recogidas por los agentes en la calle o en el teléfono de la centralita del 092 y también hechos delatados por las propias entidades. «Una vez que recibimos la información se abre un expediente y nos ponemos en contacto con la víctima para hacerla un ofrecimiento de acciones e informarle de sus derechos. Y si quiere puede formular una denuncia por la vía penal cuando el hecho es constitutivo de delito», cuenta Fernández.
En dos de cada tres casos que trabaja la unidad se consigue resolver y reparar el daño sufrido por la víctima. Dos de los temas más mediáticos que la Policía Municipal investigó el año pasado fueron el cartel electoral de Vox sobre los menas al oficiar del asunto a la Fiscalía (el caso luego quedó archivado) y la manifestación ultra en el barrio de Chueca en la que agentes de paisano estuvieron en la marcha e informaron al Ministerio Público de los hechos ocurridos.
Asimismo, la Unidad de Gestión de la Diversidad está trabajando en la creación de la figura del agente de enlace en cada una de las unidades del distrito de la Policía Municipal para trabajar sobre los hechos de odio y discriminatorios a pie de calle. «Será la bisagra puente entre la unidad y las entidades que operan en este distrito», precisa la intendente.
Por último, la Unidad de Gestión de la Diversidad también convoca unas mesas técnicas semestrales en Madrid con las asociaciones y colectivos que trabajan en la lucha contra la discriminación y los delitos de ocio. Hay cinco mesas técnicas: racismo, LGTBI, discapacidad, religiones y exclusión social y en cada encuentro se expone el trabajo desarrollado y a partir de ahí se abre un espacio de reflexión «para ver si se pueden mejorar los procedimientos de actuación», según detalla Marta Fernández, encargada también en Policía Municipal de la Unidad de Apoyo y Protección a la Mujer, Menor y Mayor, premiada en 2017 por su labor contra la violencia machista.
La Unidad de Gestión cerró a finales del mes pasado el proyecto europeo Clara, un programa específico sobre racismo y xenofobia coordinado por la Policía Municipal de Madrid y que ha permitido crear un manual de actuación policial para los agentes de toda España. También han participado las Policías locales de Pamplona, Leganés, Getafe, Elche, Málaga y Fuenlabrada. El proyecto consiste en desarrollar en estos municipios un servicio sobre Gestión de la Diversidad que afecta de manera directa a la convivencia en las ciudades y en los barrios. «Hemos puesto en marcha un manual práctico, ya que hay casos reales resueltos para que cualquier policía lo tenga a mano y además está disponible de forma digital para que los policías se lo puedan descargar en su teléfono móvil», según Marta Fernández.