El 50% de adolescentes de la provincia que ha padecido acoso escolar por relacionarlos con la homosexualidad lo soportó a diario y el 70% lo sufrió durante más de un año
YAIZA RODRÍGUEZ /LA OPINIÓN .- Un 18% de los jóvenes de la provincia de Santa Cruz de Tenerife que ha sufrido acoso escolar homofóbico ha intentado quitarse la vida, según un reciente estudio elaborado por la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb) y el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam), que ha contado con testimonios de habitantes de las Islas.
La asociación tinerfeña Algarabía ha presentado el informe Acoso escolar homofóbico y riesgo de suicidio en adolescentes y jóvenes lesbianas, gays y bisexuales, con datos específicos de la provincia occidental. Según el documento, un 45% de los jóvenes que han sido objeto del llamado bullying ha pensado alguna vez en suicidarse, una idea que uno de cada cinco jóvenes ha puesto en práctica.
Estos datos resultan alarmantes pero, para el decano del Colegio de Psicólogos de Santa Cruz de Tenerife, Iván Pérez Peña, «lo realmente grave es el motivo del planteamiento». Según el psicólogo, el intento de suicido, aunque es un tabú en nuestra sociedad, es más frecuente de lo que se piensa. Lo preocupante de esta situación es que se produzca por «la condición sexual de las personas».
«Lamentablemente», los sentimientos de humillación, incomprensión, aislamiento e indefensión crean un estado de desesperanza en los jóvenes que los llevan a esas situaciones, según subraya el informe.
Características
La mayor parte de los jóvenes acosados comienzan a padecer esta persecución a edades muy tempranas. Concretamente, el 55% de los jóvenes que afirman haber sufrido bullying por homofobia lo han experimentado entre los 12 y los 15 años y, en un 70% de los casos, entre los nueve y los 15. Para el especialista, el hecho de que se produzcan, actualmente, este tipo de situaciones se debe al «clima social» en el que se desenvuelven los jóvenes.
«Los antivalores que reciben algunos adolescentes, no sólo en sus casas, sino también a través de los medios de comunicación y en los centros educativos, los llevan a ser causantes de estas pesadillas para sus compañeros. Hay sujetos que han interiorizado que ser homosexual es malo y se han cargado de valores negativos», opina el decano. En el informe también aparece la frecuencia con la que se producen los maltratos. Un 50% de los jóvenes afirmó haberlos padecido frecuentemente o a diario. Además, en un 70% de los casos, se prolongó durante más de un año. Por otro lado, en un 41% de las ocasiones, la víctima no recibió nunca ninguna ayuda. Sólo un 20% de los acosados relató haber tenido ayuda por parte de algún miembro del profesorado, es decir, que en cuatro de cada cinco casos, el profesorado no se enteró de los hechos o decidió no intervenir.
Estos datos revelan la importancia de una formación de los docentes relativa a la diversidad sexual y cómo afrontarla en los centros educativos. «Es básico transmitir ciencia, historia y conocimientos certeros de la realidad homosexual, y no mitos, creencias y verdades interesadas», afirmó Pérez Peña, quien añade que las escuelas son centros de transmisión de conocimientos, por lo que la homosexualidad debería estar incluida dentro de la educación reglada.
Además, un 60% de los jóvenes que ha sufrido acoso homofóbico no lo ha contado a su padre, a su madre o a su tutor legal. Y no lo han hecho, en un 30% de los casos, porque se avergüenzan y tienen miedo al rechazo. Los afectados por este tipo de acoso, según el experto, serán más propensos, en un futuro, a padecer problemas de ansiedad, depresión, autoaceptación y autoestima. «Pero no sólo es un problema de las personas que sufren estas humillaciones, sino que, estos efectos, también pueden surgir en aquellas personas que contemplan los acosos, ya que ven las consecuencias negativas de salir del armario», concluyó.
