Un mapa de los crímenes de odio en India

, , | 17 abril, 2018

Amnistía Internacional lanza una iniciativa para documentar los crímenes contra las minorías en el país asiático

VÍCTOR OLAZÁBAL. EL MUNDO.- Hace unos días apareció muerto en el estado de Gujarat un joven dalit, linchado por varios hombres que le vieron montar a caballo. En las semanas previas, al menos tres ‘intocables’ fueron asesinados en menos de un mes en Rajastán. Diferentes episodios con un mismo denominador común: los parias fueron golpeados hasta morir por miembros de otras comunidades.

En el sureño Kerala el linchamiento de un joven adivasi (población tribal) acusado de un robo menor por una multitud se hizo viral después de que uno de sus verdugos, regocijándose en la escena, se hiciese un selfie con el condenado esperando su sentencia maniatado, indefenso, muerto antes de morir.

En India los crímenes contra minorías están a la orden del día pero, cuando se registran, no se señala como motivo la intolerancia hacia el otro. No hay cifras oficiales que nos digan realmente cuántos ‘crímenes de odio’ tienen lugar al año, cuántos se olvidan, cuántos se diluyen entre otro tipo de delitos. La organización Amnistía Internacional (AI) pretende documentar en un mapa las atrocidades basadas en la aversión por religión, casta o identidad de género. Asesinatos, palizas, acosos y violaciones repartidos por todo el país y anotados con una fecha, un nombre y un crimen. Cada puntito es un golpe a la conciencia democrática de la India y a la convivencia entre comunidades, religiones y castas.

El primer asesinato recogido es el linchamiento a un hombre musulmán en septiembre de 2015: una turba acabó con su vida tras acusarle de haber comido carne de vaca en Uttar Pradesh. Aquel caso inició un seguimiento mediático de decenas de asesinatos que se han seguido produciendo, especialmente a manos de radicales hindúes que ajustician en nombre de la protección del animal sagrado. Sus víctimas son, por lo general, musulmanes o hindúes de castas bajas.

Desde aquel linchamiento, Amnistía ha recopilado 489 ‘crímenes de odio’ contra musulmanes, dalits, adivasis, cristianos o personas transgénero atacados por pertenecer a estos grupos. Se basan en sucesos aparecidos en la prensa escrita en hindi o inglés, por lo que la cifra real es, seguro, mayor. «Empezamos a documentarlos porque vimos muchos casos en los medios, pero el problema es que el gobierno no tiene unas estadísticas oficiales sobre el número de crímenes de odio que hay», afirma a este diario la investigadora de Amnistía Likhita Banerji. El último informe anual de la Oficina Nacional de Registro de Delitos, que en 700 páginas sólo menciona la palabra ‘odio’ en tres ocasiones (en incidentes cibernéticos), recoge los crímenes cometidos contra las castas y tribus desfavorecidas, pero no la naturaleza discriminatoria que mueve a los agresores.

«Los ataques a dalits son los más habituales, seguidos de los musulmanes. También nos preocupa la violencia sexual contra mujeres que pertenecen a minorías», asegura Banerji, que señala que los estados con más crímenes de odio son Uttar Pradesh, Tamil Nadu, Gujarat y Haryana.

A los crímenes de odio hay que sumar la violencia comunal, es decir, los ataques y enfrentamientos entre distintas comunidades o grupos étnicos que se llevan a cabo precisamente por su diferencia identitaria. El gobierno indio dijo recientemente en sede parlamentaria que en los últimos tres años se registraron 300 muertes en este tipo de conflictos. Sólo en 2017 hubo más de 800 casos de violencia comunal y 111 muertos.

La oposición y las organizaciones de derechos humanos acusan al gobernante BJP de ser excesivamente permisivo con el clima de intolerancia social y religiosa que atraviesa la India. El primer ministro Modi ha condenado de forma contundente los linchamientos de radicales hindúes («nadie tiene el derecho de hacer valer la ley por sí mismo»), mientras el vicepresidente y ex ministro, Venkaiah Naidu, se ha referido en alguna ocasión a «incidentes bárbaros» que no pueden escudarse bajo «ninguna justificación religiosa».

Esta misma semana el ministro del interior, Rajnath Singh, aseguraba que su gobierno apuesta por la unidad de la sociedad. «Hay gente que quiere crear malentendidos, pero los musulmanes que están aquí pertenecen a la India. (…) No podemos pensar en ellos de manera distinta. Queremos unir a todos en sociedad y avanzar juntos. Tengamos o no éxito político, no permitiremos que la sociedad se rompa», afirmó Singh en una entrevista en el diario ‘Hindustan Times’.

Pero lo cierto es que las condenas públicas no han frenado los crímenes basados en la discriminación. Según los datos recogidos por India Spend, un medio especializado en periodismo de datos, el país está viviendo un aumento en los delitos de odio relacionados con la protección de las vacas. 2017 fue el año con más personas asesinadas por este motivo (11). Del total de 29 muertos por protectores de vacas en el último lustro, 25 eran musulmanes.

Expertos y activistas coinciden en señalar que la sensación de impunidad que sienten quienes llevan a cabo los citados crímenes de odio propicia que estos delitos tengan lugar. Una justicia lenta y sobrecargada, una policía denunciada en múltiples ocasiones por su inacción y una política local tendente al amiguismo y a los privilegios familiares, es la mezcla perfecta para que muchos casos queden absorbidos por el paso del tiempo.

No obstante la primera condena relacionada con los asesinatos que perpetran las patrullas protectoras de vacas llegó en marzo, cuando un tribunal del estado de Jharkhand condenó a cadena perpetua a once personas por matar a golpes a un hombre que transportaba carne de vaca el verano pasado. El linchamiento se produjo sólo unas pocas horas después de que el primer ministro, por primera vez, condenase públicamente este tipo de agresiones.

La investigadora Banerji cree que «la documentación es el primer paso fundamental para buscar justicia. Queremos documentar esta violencia para que el obierno y la policía tomen medidas, para que los crímenes de odio no queden en la impunidad». Hace unos meses el periódico ‘Hindustan Times’ lanzó una plataforma similar, pero la retiró al poco tiempo en extrañas circunstancias.

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