Un juzgado de Torrelavega investiga la agresión a una pareja de lesbianas en Cuchía

| 10 septiembre, 2015

Se trata de la primera denuncia de un ataque homófobo presentada en Cantabria en los últimos 21 años, según la asociación Alega

LesbianasCantabriaCONSUELO DE LA PEÑA. EL DIARIO MONTAÑÉS.- Una pareja de lesbianas ha denunciado haber sido víctima de una brutal agresión el pasado 21 de junio en Cuchía por parte de un joven, que se encontraba de vacaciones en casa de un familiar. Las dos jóvenes tuvieron que ser atendidas en el Hospital de Sierralana, y una de ellas recibió también asistencia en el Hospital Valdecilla, ya que el agresor le provocó una úlcera en la córnea de un ojo.

Los hechos fueron denunciados en el cuartel de la Guardia Civil de Requejada, y el asunto se encuentra desde entonces en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Torrelavega, donde a pesar del tiempo transcurrido todavía no se han abierto diligencias. Se trata de la primera agresión homófoba que se denuncia en Cantabria, al menos en los últimos 21 años, según el presidente de la Asociación de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales de Cantabria (Alega), Pedro Cortés.

«Lo que más me entristece es la cara de odio que puso el chaval. Yo pensaba que este tipo de conductas habían cambiado, sobre todo en gente joven, pero veo que no es así», relata E. A., de 27 años, la esposa de L. V, de 31 años, víctimas de la agresión homófoba.

Los hechos ocurrieron el pasado 21 de junio, cuando la pareja se encontraba en su vivienda, un chalé situado en Cuchía. Sobre las nueve y media de la noche, E. se encontraba ante el ordenador cuando, al bajar la persiana de la habitación, se percató de que «un chico estaba en casa de mi vecina provocando un altercado. Había roto el cristal de la ventana y en ese momento había tirado un tiesto al suelo, mientras la insultaba y gritaba», rememora ahora la mujer. No le conocía de nada y pensó que estaba bebido y que podría calmarlo. Por eso, sin dudarlo, salió de la vivienda en pijama y zapatillas y le dijo al chico que se tranquilizara. «Tú cállate, tortillera de mierda, y métete en casa que te mato», le gritó el muchacho alterado. «Salí corriendo hacia mi casa pero se me había cerrado la puerta y no podía entrar. Entonces vino corriendo hacia mí, y me lanzó a la cara la sangre que le chorreaba por la mano», cuenta E.

En ese momento salió su pareja, que «es más corpulenta que yo». «¡Qué haces!», le espetó, y el agresor, que «estaba fuera de sí», fue hacia ella, pero paró en seco y calmó: «A ti no te pego, que eres mujer». L. se encaró e hizo saber al joven que era la mujer de la chica a la que estaba insultando.

El agresor, de unos 27 años según las víctimas, se desarboló. «Dio una patada en la pierna a L., y la tiró al suelo donde la golpeó de manera brutal. Entonces le metió un dedo en el ojo con la intención de sacárselo. Yo intenté quitarlo de encima y me pegó. No sabía qué hacer. Sólo oía gritar a mi compañera ‘mi ojo, mi ojo, que me lo saca’». La aparición en escena de un familiar del chico salvó a la pareja de males mayores, porque consiguieron zafarlo de las mujeres y se lo llevaron. «Los padres del chico, que estaba de vacaciones, viven a 100 metros de mi casa, pero nunca hemos tenido problemas», señala una de las víctimas. Tras lo sucedido llamaron a una ambulancia y a la Guardia Civil de Requejada, donde al día siguiente presentaron una denuncia.

Desde entonces, todas las semanas iban al Juzgado a preguntar por el asunto, sin obtener respuesta, mientras Sierrallana y Valdecilla «nos enviaban cartas, hasta cuatro, para reclamarnos el pago de los gastos hospitalarios si no dabamos cuenta de la diligencias penales». Según refiere L, el atestado de la Guardia Civil no llegó al Juzgado y tuvo que ser reclamado por la funcionaria. Luego el titular se fue de vacaciones y no ha regresado hasta esta semana. Ante la falta de respuesta judicial, las denunciantes contactaron con la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales, y esta con Alega, que el pasado 1 de septiembre se dirigió a la Fiscalía Superior de Cantabria para dar cuenta de un supuesto delito de homofobia.

Las víctimas llevan cuatro años residiendo en Cuchía y «nunca hemos tenido problemas. Aquí todo se sabe y al mes de llegar una mujer mayor me dijo que ya nadie veía mal que dos chicas estén juntas. Es la abuela del chaval que nos dio la paliza. Casualidades de la vida», ironiza E. a la espera de que se haga justicia.

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