Un informe señala a China y Rusia como los principales generadores de ‘fake news’ del mundo sobre la Covid-19

| 1 mayo, 2020

La empresa de ciberseguridad Cyrity describe una operativa que va desde teorías sobre el origen de la pandemia a falsos consejos

ESTEBAN URREIZTIETA. EL MUNDO.- Un reciente informe elaborado por la empresa española de ciberseguridad Cyrity señala a Rusia y a China como las dos grandes potencias a nivel mundial que están generando y difundiendo bulos relacionados con la pandemia del coronavirus. Según este documento, al que ha tenido acceso EL MUNDO, «especialmente Rusia y China están desarrollando de forma directa, a través de sus grupos de comunicación estatales, e indirectamente, a través de empresas y estructuras no gubernamentales en otros países, campañas de información falsa, desinformación, influencia e injerencia extranjera».

Esta operativa abarca «desde teorías no probadas sobre el origen» de la Covid-19, pasando por «falsos consejos sobre la salud o la minimización del impacto en sus estados». Pero también «actividades propagandísticas relativas a resaltar la preparación y gestión de sus gobiernos para enfrentar el brote, la ayuda que están prestando y la consecuente gratitud de algunos gobiernos extranjeros».

Según Cyrity, «en el caso específico de Rusia, las tácticas han evolucionado». «No sólo parecen estar autorizando la desinformación ellos mismos, sino que también están ampliando las teorías que se originan en China, Irán o entre los grupos de extrema derecha». «Sus intereses», añade el informe, «parecen estar centrados en crear división de opinión y confusión en las economías occidentales, principalmente en la Unión Europea y Estados Unidos«.

«En el caso de China, sus intereses de influencia y propaganda parecen centrados en cambiar la opinión pública sobre el origen de la pandemia en China y transmitir la idea de China como un país que ayuda al resto del mundo a superar la pandemia», prosigue el documento.

DOS PAÍSES CON «INTERESES DISTINTOS»

El consejero delegado de Cyrity, Joaquín Castillejo, precisa en declaraciones a este periódico que «Rusia y China tienen intereses distintos». «En el caso de Rusia, está en su doctrina la estrategia militar de desinformación. Su objetivo es crear división y tensión en todos los países en los que pueda tener algún interés y en muchos casos ni siquiera lo ocultan», razona.

«Lo ha hecho en el Brexit o en el independentismo en Cataluña, y su estrategia es muy agresiva. Siempre piensa que si todo el mundo está mal, va a estar bien, y dedica muchos recursos y dinero a ello». «En el caso de China está más asociado al lavado de imagen y a defender sus intereses económicos, porque ahora tiene una gran oportunidad para expandir su influencia», apostilla.

De manera paralela señala el informe de Cyrity que «no hay que menospreciar tampoco en esta pandemia las falsas noticias, promovidas por intereses políticos extremistas, que usan la excusa del coronavirus para promover sus ideales y atacar la credibilidad de los gobiernos y entidades internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UE».

Llegados a este punto cabe preguntarse, como subraya Cyrity que ya lo está haciendo «la sociedad», si «estas actividades constituyen unas campañas deliberadas en el caso del coronavirus o son sólo parte de la guerra de propaganda en curso entre Rusia, China y Occidente»; si «existen vínculos entre los diferentes actores, más allá de los objetivos comunes en los que crear desinformación»; o si, por el contrario, «existe algún apoyo explícito de Estados Unidos, Rusia o China a las redes promovidas por políticos extremistas en Europa».

UN 69% DE LOS BULOS, EN LAS REDES SOCIALES

En cuanto a la evolución de las noticias falsas durante la crisis, «su volumen ha ido creciendo desde los primeros días de enero, al inicio de la pandemia, hasta las últimas fechas, siguiendo una clara tendencia creciente».

En lo que respecta a los canales empleados, «las diferentes plataformas de redes sociales de Facebook -Facebook, Whatsapp e Instagram– son responsables de más de dos tercios (69%) del total de las noticias falsas».

Cyrity puntualiza que «en un número menor», pero «preocupante», el origen de algunas falsas noticias «está en gobiernos, políticos y medios de comunicación», y pone en valor el trabajo de los verificadores.

«Las organizaciones de verificación de noticias están realizando un trabajo muy significativo para denunciar estas noticias falsas», añade. «Un claro ejemplo de ello es España, donde las tres organizaciones actuales miembros del IFCN (maldita.esnewtral.es y EFE verifica ) colocan al país como el tercero a nivel mundial que más noticias falsas aporta».

«Esto no es necesariamente un indicativo del volumen de noticias falsas, como sí de la buena labor llevada a cabo por estas organizaciones», advierte.

Por último, destaca que «en el análisis de noticias falsas se han detectado correlaciones significativas entre la cantidad de desinformación generada sobre la Covid-19 y los momentos más especulativos de los mercados financieros». «Es decir, se han utilizado o promovido herramientas de guerra de la información para crear más pánico e inestabilidad en los mercados».

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