Un hombre denuncia a Volaris por discriminación tras negarle una contratación por ser portador de VIH

| 1 marzo, 2021

El País.- El organismo que lucha contra la discriminación en Ciudad de México determinó que sí hubo exclusión, pero la línea aérea, demandada por daños morales, rechaza las acusaciones

Un hombre ha denunciado a la línea aérea mexicana Volaris por discriminación al afirmar que la compañía le negó una contratación por ser portador de VIH. Armando Uri, de 31 años, postuló a un puesto como sobrecargo el 7 de junio de 2017, por lo que se sometió a las pruebas que exige la empresa, incluidos análisis de sangre, sin que se le explicara, dice, que estos serían sometidos a exámenes para detectar VIH. Dos semanas después, Volaris le envió un correo electrónico en el que daba por concluido el proceso. La empresa niega la denuncia y afirma en un comunicado que la contratación no se dio por “aspectos técnicos profesionales propios de la labor y puesto al que aspiraba”.

Uri explica que le generó sospechas que contrataran a otras nueve personas que junto a él habían postulado a cargos dentro de Volaris. “Al único que no contratan es a mí. Me pregunté por qué no, cuando soy una persona que se graduó con honores, toda la información que recibieron era buena, tenía el nivel de inglés que pedían. Me sentí excluido y discriminado. Caí en una depresión muy fea, a veces comía, no me bañaba, me fue muy mal. No quería darme cuenta que afuera había un mundo”, relata a EL PAÍS.

El hombre acudió en busca de apoyo al organismo Tu voz es mi voz, que vela por la defensa de derechos humanos, donde explicó su caso a los activistas, quienes le recomendaron interponer una denuncia ante el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en Ciudad de México (Copred), que la admitió y abrió una investigación. La organización pidió a Volaris que presentara los requisitos que exigen a la hora de contratar personal y fue así que Armando se enteró que sus pruebas de sangre fueron enviadas a un laboratorio contratado para hacer exámenes de VIH, sífilis y de embarazo. “Esos exámenes se me hicieron a escondidas”, afirma. “Había un cuarto de dos por dos [en las oficinas de Volaris] y un médico tomaba muestras de sangre para una prueba que decía era de triglicéridos. Nunca me dieron a firmar nada”, agrega.

En octubre de 2019 la Copred emitió una resolución en la que determina que sí hubo discriminación por parte de la compañía. La línea aérea no estuvo de acuerdo. “Emitimos la resolución y la empresa se mostró inconforme. Ahora le toca dirimir el caso a un juzgado de justicia administrativa”, explica en entrevista telefónica Alfonso García, coordinador de Atención y Educación de Copred. “Seguimos participando en cuanto que tenemos que defender nuestra posición”, agrega el funcionario. “Nosotros no imponemos sanciones ni multas. Nuestras resoluciones sí pueden ser utilizadas en otros espacios, como [demandas por] daño moral, ya que dan fuerza, pueden tener resultados mayores, por ejemplo, en un juicio. Puede ser un golpe sensible”, afirma García.

Armando Uri interpuso una demanda por la vía civil contra Volaris en junio de 2019. El 9 de diciembre pasado se realizó una audiencia de conciliación, dice, a la que asistieron representante de Volaris, pero no se llegó a ningún acuerdo. “Ellos no están en una postura de negociar nada. Nos citaron a platicar para no llegar a juicio y hacer el procedimiento más corto. Yo no quería enfrentarme a un proceso largo, tedioso”, dice. Una vocera de Volaris ha dicho a EL PAÍS que la compañía no emitirá comentarios sobre este caso porque el proceso judicial sigue en curso y remitió a un comunicado emitido en enero, en el que la empresa rechaza la denuncia de Armando Uri y afirma que “las razones por las cuales no se concretó su contratación radican en otras muy distintas a las que él asegura, relacionadas principalmente con aspectos técnicos profesionales propios de la labor y puesto al que aspiraba”. La vocera ha afirmado, sin embargo, que Volaris ha dejado de hacer pruebas de sangre en sus procesos de contratación.

“En México no se pueden tomar análisis de sangre sin consentimiento”, afirma García, de la Copred. “Además, se debe establecer para qué serán usados esos análisis. En México no se puede poner como prohibición para acceder a un empleo vivir con VIH”, explica el funcionario. García admite la discriminación por VIH está entre los primeros 10 motivos de discriminación señalados por los habitantes de la ciudad. “No hay otra condición de salud que tenga tanta frecuencia en nuestros casos como el VIH”, dice. Las denuncias por este tipo de discriminación se dan principalmente en el acceso al trabajo, los permisos para que las personas que tienen esta condición de salud puedan asistir a sus citas médicas para acceder a tratamientos y los casos de despidos por haber recibido un diagnóstico positivo.

Con todo, explica García, en 10 años de trabajo de la Copred ha habido un cambio de actitud de parte de la población y las empresas sobre la discriminación en la capital del país. “Podemos decir que se empieza a ver una baja en la discriminación a nivel local, un cambio de actitud importante en empresas grandes. Hay conciencia de que la discriminación está prohibida y cuesta, que te genera pérdidas de clientes, recursos humanos y dinero, por lo que no te puedes permitir discriminar”, advierte García.

A espera que su caso avance en los tribunales, Armando Uri dice que lo ha hecho público porque espera que una situación similar no se repita. “No puede seguir pasando esto, porque todos somos seres humanos y tenemos derechos”, dice el hombre por teléfono, en una pausa en su trabajo como mensajero. “El VIH no te frena, no es una limitante, hoy en día hemos avanzado científicamente para tener una vida sana, completamente normal”, afirma. Y agrega: “Todos tenemos sueños, planes y merecemos realizarlos”.

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