Un grito de indignación recorre EE UU: “No puedo respirar”

| 5 diciembre, 2014

Miles de manifestantes en Nueva York y otras ciudades expresan su rechazo al sistema judicial por el caso Garner

ericgarnerSANDRO POZZI / VICENTE JIMÉNEZ. EL PAÍS.- “¡No puedo respirar, no puedo respirar!”. La letanía pronunciada por el afroamericano Eric Garner cuando murió asfixiado por el abrazo mortal de un policía el pasado mes de julio recorrió este jueves por la noche las ciudades de Estados Unidos por segunda jornada consecutiva de protesta tras la decisión del gran jurado de Nueva York. Miles de personas expresaron pacíficamente su indignación en la propia Nueva York, Chicago, Boston, Minneapolis, Atlanta, Oakland y otros lugares por una decisión que ha abierto en canal el debate sobre la brutalidad policial contra la minoría negra y ha resucitado viejos fantasmas que el país creía superados.

Durante varias horas, miles de manifestantes recorrieron las calles de Nueva York bajo la estricta vigilancia de la policía. En contraste con las marchas del miércoles, que fueron improvisadas, las de este miércoles estuvieron más organizadas, con la principal concentración en Foley Square, una plaza situada tras el Ayuntamiento de la ciudad en la que se concentran los tribunales de Justicia.

La elección de Foley no fue casual. Los allí congregados eligieron una escultura del artista Lorenzo Pace dedicada al “Triunfo del espíritu humano”. Es uno de los monumentos más representativos de la ciudad dedicado a los afroamericanos. “¿A quiénes defendéis, a quiénes protegéis”, preguntaban los allí presentes a los policías desplegados.

Desde ahí, el grupo principal se rompió y se dispersó por toda Manhattan. Como en ocasiones anteriores, las protestas se desplazaron hacia puntos simbólicos de la ciudad, como la estación Grand Central, Times Square, Herald Square y Union Square. Los protestantes volvieron a cortar el tráfico en las rondas de circunvalación y en el puente de Brooklyn, con los consiguientes problemas de tráfico.

“Esta es nuestra realidad, hay que poner fin a la brutalidad policial”, cantaban los asistentes mientras en el fondo se escuchaban los helicópteros que sobrevolaban las marchas y las sirenas de los coches de policía. “Ferguson está en todos lados”, recordaban los presentes, en referencia a lo sucedido en Misuri por la muerte tiroteado por la policía del adolecente Michael Brown. “A la cárcel, a la cárcel”, gritaban los manifestantes en referencia a Darren Wilson y Daniel Pantaleo, los agentes de policiales exonerados por los jurados de Ferguson y Staten Island.

“No es solo indignación hacia la policía, es indignación hacía un sistema que les permite hacer cosas terribles”, comentaba Ahsley B., una joven de Brooklyn que se manifestaba por el famoso puente. Algunos llevaban camisetas con los nombres de otros ciudadanos negros muertos a manos de la policía, como Ramarley Graham o Akai Gurley.

Durante la movilización, varios centenares de manifestantes trataron de subir al ferry que conecta Manhattan con Staten Island, el barrio donde residía Eric Garner y donde murió durante su detención. La policía, temerosa de incidentes y decidida a que los manifestantes estuvieran en todo momento en movimiento, suspendió el servicio de la embarcación, lo que provocó momentos de tensión y algunos arrestos.

Asimismo, los manifestaron se tumbaron como si estuvieron muertos durante once minutos frente a los grandes almacenes Macy´s, mientras que el resto volvían a gritar las ya míticas consignas: “No puedo respirar, no puedo respirar” y “Si no hay justicia, no hay paz”. En varias pancartas podía leerse “solidaridad contra la brutalidad policial” e “igualdad judicial para todos”.

“Estamos aquí ejerciendo nuestros derechos y lo estamos haciendo todo de una manera pacífica, sin violencia”, comentaba uno de los participantes en una movilización que, como en días anteriores, ha estado dominada por jóvenes blancos, con escasa presencia de otras razas. “Todos juntos, todos estamos aquí juntos”, gritaban con entusiasmo pese al frío reinante.

En Washington, varios cientos de personas marcharon frente al Departamento de Justicia, pasaron cerca de la Casa Blanca justo en el momento en que Obama celebraba el alumbrado del árbol de Navidad, para dirigirse finalmente hacia el monumento de Washington con gritos de “sin justicia no hay paz” y “policía racista”. Una columna se dirigió hacia el puente que conecta la capital con Arlington, antes de regresar a la ciudad

En Minneapolis, un grupo de manifestantes bloqueó la carretera interestatal 35, una de las principales arterias de la ciudad, lo que provocó largas retenciones. En Chicago fueron miles los que se congregaron. Un nutrido grupo cortó la carretera Lake Shore Drive, lo que provocó la intervención de los agentes y algunos momentos de tensión. “Esta es nuestra carretera”, gritaban los activistas.

La protesta en Boston coincidió también con la iluminación de árbol navideño en Boston Common. Cientos de personas se congregaron dos horas antes de la ceremonia y marcharon a lo largo del parque. A las 20.00 horas, cuando el árbol fue iluminado, los presentes gritaron “Justicia ya”.

Parafraseando a la viuda de Eric Garner, una estudiante asiática dijo en Nueva York: “Esta lucha no va a acabar aquí. Esto es solo el principio». Y recordó, en referencia al movimiento por los derechos civiles de los años 60: «Fueron necesarios 10 años de protestas y de boicots para lograr que se adoptara el Acta de Derechos Civiles que permitió votar a los negros. Ahora no hemos hecho más que empezar”.

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