Un 11% de los universitarios cree que obligar al sexo no es violencia

| 28 noviembre, 2018

El 90% de las estudiantes asegura haber sufrido acoso, abuso o agresión

CRISTINA SEN. LA VANGUARDIA.- “Tenemos un gran problema, los jóvenes reproducen patrones muy machistas que normalizan situaciones de abuso, y hablamos de jóvenes universitarios, con formación”. Así lo señala Conxi Fuentes, directora desde la Universitat de Girona del Grup Interuniversitari de Recerca de Gènere, Diversitat i Salut, que con la participación de diversas universidades catalanas analizan la prevalencia de la violencia sexual entre los universitarios. Los primeros datos causan alarma, según señala, porque para empezar se indica que un 11% de estos jóvenes “no considera que obligar y conseguir que se produzca un acto sexual no deseado sea violencia de género”.

Al preguntar a las chicas por esta cuestión, el 2,6% de ellas tampoco ve violencia. El porcentaje es evidentemente más bajo pero retrata las dificultades entre los y las jóvenes de percibir lo que es la violencia machista. Los gestos y las insinuaciones obscenas no son consideradas como una forma de violencia por el 63,7% de los chicos, ni por el 51% de ellas. Un 14,3% de los hombres tampoco lo percibe cuando se les pregunta acerca de los acorralamientos intimidadores.

 

 

Una vez, y a través de las preguntas del estudio, se les ayuda a identificar lo que es la violencia machista y sus diferentes grados, el 90% de las mujeres dice haber sido víctima de algún tipo de maltrato, así como el 56% de los chicos participantes. Tres de cada diez estudiantes entrevistados admite que han sido agresores.

El 85% de los casos de abusos y agresiones se da en un contexto de ocio nocturno, según señala el estudio. Entran en juego el alcohol y otras drogas (sobre todo cannabis) una cuestión que, según explica la investigadora Conxi Fuentes, evidencia la dificultad para gestionar las emociones. Se ha perdido el flirteo entendido como un proceso de respeto y se utiliza el alcohol para desinhibirse.

Por ello, y en el proyecto de involucrar a los estudiantes para poder revertir este problema estructural, se están proponiendo la celebración de talleres para tratar sobre las relaciones afectivas. Los jóvenes, según la investigadora, consideran normal muchas situaciones de abuso y acoso sexual, y también las chicas acostumbradas desde pequeñas a ­recibir comentarios sexistas e ­insultos.

Cuando las chicas son acosadas y se niegan a tener relaciones sexuales, señala Fuentes, la primera reacción de ellos es insultarlas. Asimismo, cuando hay intentos de agresión los chicos intentan después justificarlo. Un panorama que, según la Universitat de Girona, retrata con crudeza el problema, reflejado en los discursos machistas de muchos chicos.

 

 

Ellos asocian la figura del agresor con alguien con problemas psicológicos, y se sigue culpabilizando a las chicas por ir con minifalda o escote. La mayoría de las chicas entrevistadas dice que ha sufrido tocamientos.

 

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