Trifulca entre la magistrada del «crimen de los tirantes» y el abogado Endika Zulueta tras el veredicto

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La juez Gil Corredera perdió los nervios ante la actitud del defensor del antisistema Rodrigo Lanza, durante la última sesión antes de dictar sentencia

ROBERTO PÉREZ. ABC.- La magistrada que ha presidido el juicio por el «crimen de los tirantes», María José Gil Corredera, y el abogado Endika Zulueta, defensor del antisistema Rodrigo Lanza, protagonizaron este jueves una trifulca verbal durante la última sesión antes de dictar sentencia.

El enfrentamiento acabó a gritos en la sala de la Audiencia Provincial de Zaragoza donde ha tenido lugar la sesión. Fue en el momento en el que fiscalía, acusación y defensa tuvieron que plantear su solicitud de pena a tenor del veredicto que acaba de leer el portavoz del jurado, que ha concluido que Lanza es culpable de un delito de asesinato con alevosía y agravado por motivación ideológica -mató a su víctima por considerar que era «facha»-.

La intervención de Zulueta generó la protesta de los abogados de la acusación particular, que, al entender que no se estaba ajustando a las reglas procedimientales, pidieron a la magistrada que pusiera coto a las apreciaciones que estaba realizando el abogado defensor.

Al sentirse interrumpido, Zulueta reclamó a la magistrada que le amparara. «Señora magistrada, ruego que me ampare», pidió repetidamente Zulueta, mientras la juez atendía lo que le estaba apuntando el abogado de la acusación particular. «Vamos a dejarlo que termine», dijo la magistrada en un tono que irritó al abogado del antisistema.

«Vamos a dejarle que termine, no. Ruego que me ampare», volvió a exigir Zulueta, molesto con la juez, ante lo que la magistrada perdió los nervios y le contestó, gritando: «¡Es lo mismo!», a lo que el abogado replicó con mayor tono de exigencia «ruego que me ampare». «Le estoy amparando», se justificó la juez.

«Le estoy diciendo que continúe», volvió a decirle la magistrada, ante lo que Zulueta volvió a reiterar la queja. La juez, visiblemente alterada, le replicó con un «a mí no me grite».

«Es muy desagradable», afirmó después Gil Corredera en repetidas ocasiones. La magistrada volvió a mostrar su incomodidad por el desarrollo del proceso, un desagrado que ya verbalizó al principio del juicio, cuando en plena vista llegó a afirmar que «si pudiera, me marchaba». Este jueves, de nuevo, proclamó de viva voz su deseo de despachar este caso: «Es muy desagradable y este juicio yo estoy esperando que termine», afirmó.

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