¿Suicidio o purga? Tres médicos rusos se quitan la vida en quince días

| 6 mayo, 2020

La Policía investiga las muertes de tres facultativos críticos con la gestión de Putin que cayeron desde una ventana. Los contagios en el país siguen creciendo y ya superan los 150.000

EDUARDO BAJO. LA RAZÓN.- A las no pocas muertes que el Covid-19 está dejando en Rusia habría que sumarle las víctimas indirectas que esta tragedia está causando en el país más grande del planeta. Una de ellas es el doctor Alexandr Shulepov, que se debatía ayer entre la vida y la muerte, con una grave lesión craneoencefálica, después de haber caído desde una ventana el pasado sábado, 2 de mayo, en la ciudad de Voronezh, a unos 500 kilómetros de Moscú.

¿La causa? Un intento de suicidio, según apuntan sus colegas. Dos semanas atrás, Shulepov, de 37 años, grabó y publicó un vídeo en el que denunciaba las condiciones de trabajo a las que el personal sanitario del país está obligado a trabajar durante esta emergencia, afirmando que a pesar de haber dado positivo en las pruebas se le había ordenado continuar con su labor, sin proporcionarle los medios de protección adecuados.

Fuentes del ministerio de Sanidad calificaron de falsas dichas acusaciones y días más tarde, el doctor Shulepov volvió a grabar un nuevo vídeo en el que se retractaba de lo anteriormente grabado. En menos de dos semanas ya son tres los médicos que han intentado suicidarse de la misma manera, los dos anteriores fallecieron.

Todo empezó el pasado 24 de abril, en la ciudad de Zvyozdni, a las afueras de Moscú. La jefa del centro de coordinación de ambulancias de esa ciudad, Natalya Lebedeva, que previamente había contraído el virus, moría como consecuencia de un accidente, según fuentes oficiales. Una versión que sus colegas desmintieron ante varios medios de comunicación locales y apuntaban a un suicidio como la causa de su fallecimiento, debido a la presión a la que se vio sometida tras ser acusada de haberle contagiado el virus a varios de sus colegas del centro de emergencias.

Una semana más tarde, el pasado viernes, día uno de mayo, en la ciudad de Krasnoyarsk, moría Elena Nepomnyashchava, doctora jefe de un hospital militar. Su caída al vacío desde la oficina en la que trabajaba en un quinto piso la dejó inmediatamente sin vida. La doctora Nepomnyashchava había sido muy crítica con la falta de medidas de protección del personal sanitario y con la orden que habilitaba una parte del hospital donde trabajaba para atender a los enfermos del coronavirus sin haber dotado a la misma de los equipos necesarios para ello.

Los contagios en Rusia están llegando a unas cifras inimaginables hace unas semanas, en el día de ayer se contabilizaron más de 10.000 nuevos casos, casi todos concentrados en la ciudad de Moscú. Rusia es el séptimo país por casos de contagio, según la Universidad John Hopkins tras superar los 155.000 positivos. La cifra de muertos asciende a 1.451. Putin se reunirá próximamente con la plana mayor de su Gobierno para preparar el levantamiento progresivo de las medidas de confinamiento a partir del 12 de mayo. El alcalde moscovita, Serguéi Sobianin, ha advertido de que estudios y modelos matemáticos señalan que cerca del 2 % de la población de Moscú, unas 250.000 personas, está infectado con el virus.

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