«Soy racista, seguidora de Salvini y no alquilo la casa a gente del Sur»

| 13 septiembre, 2019

La propietaria de un piso en Milán rechaza alquilar su piso a una joven del sur de Italia, afirmando que «los meridionales, los negros y gitanos son todos iguales», según grabaciones publicadas en Facebook

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES. ABC.- «Soy racista, seguidora de Salvini y no te alquilo la casa porque eres una meridional». Esto es lo que Deborah Prencipe, una joven de Foggia, ciudad de 150.000 habitantes, capital de la homónima provincia, en la región de Apulia, al sur de Italia, ha tenido que escuchar cuando pretendía alquilar un apartamento en la provincia de Milán para estar cerca de su novia. Lo encontró en Malvaglio, una fracción municipal de Robeccheto con Induno, pueblo de la provincia de Milán con 4.850 habitantes. Pero su aventura se vio frustrada por ser una meridional, calificativo que la propietaria del piso le reiteró con tono insultante.

La historia la ha denunciado en un post en Facebook Laura Ortolani, novia de Deborah: «Ha sucedido esto: mi compañera decide transferirse a mi pueblo en la provincia de Milán. Busca una casa de alquiler, la encuentra y le encanta. Se pone de acuerdo con la propietaria de casa, una joven, para que el contrato entre en vigor en octubre. Quince días antes del inicio del contrato la chica le manda un mensaje diciéndole que el inicio del contrato se pospone un mes, y le pone excusas increíbles. Después, en otro mensaje, le dice que ya no la alquila porque prefiere venderla. Mi compañera le responde diciéndole que no le parece correcto cambiar las cartas sobre la mesa en el último minuto. Luego interviene la madre, que se pone en contacto con mi compañera. El motivo por el que no le alquilan la casa es porque mi compañera es natural de Foggia. Y la señora Patrizia, de Malvaglio, considera que en su casa los meridionales no deben entrar. Adjunto mensaje y audio de la señora que confirma todo».

Frases difíciles de imaginar hoy

La grabación de Whatsapp con las palabras de la señora Patrizia no tiene desperdicio. La propietaria de la casa pronuncia, con tono firme y despectivo, frases difíciles de imaginar hoy en día: «Para mí los meridionales son meridionales, también en el 4.000, no solo en el 2.000. Para mí los meridionales, los negros y gitanos son lo mismo. Yo soy racista al cien por cien. Lo que piensa usted no me interesa en absoluto». «No es una suiza, es una meridional –añade la propietaria Patrizia–. Está escrito en el carnet de identidad, no es un secreto de Estado. Lo he sabido tarde. Si lo hubiera sabido antes, habría parado a mi hija».

Deborah le replica que denunciará públicamente lo que ha sucedido. Pero Patrizia no solo desprecia esa iniciativa de Deborah, sino que le explica con orgullo sus simpatías políticas: «Escriba también que la señora es una seguidora de Salvini, el Capitano. Escriba en grande: «he aquí lo que son capaces de hacer las de la Liga». Diga incluso que soy una liguista apasionada, porque Salvini desde el inicio estaba contra todos los meridionales».

Clima de odio y racismo

Las denuncias de Deborah y de su compañera Laura se han convertido de inmediato en virales, con gran repercusión en todos los medios italianos. La autora del post en Facebook ha anunciado que actuarán legalmente contra la propietaria del apartamento, «con la esperanza de que este caso no suceda a otros».

Deborah, con estudios de «Comunicación y Sociedad» en la universidad de Milán, escribe en Facebook que seguramente «Matteo Salvini se disociará de todo esto, porque para él, hoy, la distinción entre meridional y septentrional ya no existe».

Salvini, muy activo en las redes sociales, calla por el momento. Pero en muchos medios se recuerda que el líder de la Liga, extremista y xenófobo, ha creado este clima dividiendo aún más a la sociedad italiana. El periodista y escritor Alan Friedman, en un libro titulado «Esta no es Italia», en las librerías desde el 9 de septiembre, afirma: «Espero que termine para siempre la época de una Italia malhumorada, vulgar, racista, llena de odio y miedo que Salvini ha promovido durante su actividad en el gobierno. Los italianos tienen necesidad de un periodo para curarse las heridas».

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