Rodrigo Lanza se enfrenta a una petición de 25 años de cárcel por el crimen de los tirantes

| 13 diciembre, 2018

Las acusaciones creen que el antisistema usó un puño americano o mosquetón de escalada para asesinar a golpes a Víctor Laínez, con el que, dicen, se ensañó por odio y motivos ideológicos

M.A. COLOMA. HERALDO DE ARAGÓN.- Un 12 de diciembre de 2017, sobre las 13.40, los médicos certificaron el fallecimiento de Víctor Laínez (55 años) en la uci del Hospital Clínico. Pero podría decirse que el zaragozano llevaba prácticamente muerto cuatro días y medio, ya que fue en la madrugada del 8 de diciembre cuando el antisistema Rodrigo Lanza Huidobro (34 años) le propinó la brutal paliza que acabó con su vida en el bar el Tocadiscos. Y todo porque a este último –que ya había sido condenado por dejar tetrapléjico a un guardia urbano de Barcelona en 2006– le contaron que la víctima solía llevar tirantes con la bandera de España y no le hacía ninguna gracia que un «fascista» se moviera por los bares de una zona como La Magdalena.

Así lo creen al menos las acusaciones, que a lo largo de esta semana y coincidiendo con el primer aniversario del fallecimiento de Laínez van a presentar sus respectivos escritos de calificación a la titular del Juzgado de Instrucción número 3, Mercedes Terrer. A través de ellos, ambos reclaman una condena de 25 años de cárcel para el presunto asesino: la máxima que contempla el Código Penalpara una muerte violenta si se excluye la prisión permanente revisable. Y lo hacen porque entienden que el homicida se ensañó a golpes contra un hombre mucho mayor que él y que lo hizo movido por el odio que le provocaba su ideología.

Ni para la familia de la víctima –a la que representa el letrado Juan Carlos Macarrón– ni para la acusación popular –que ejerce el abogado David Arranz en nombre de Vox– cabe ya ninguna duda de que lo sucedido aquella aciaga madrugada no fue la fatal consecuencia de un intercambio de golpes. Según Arranz, que ha sido el primero en enviar su escrito al juzgado, Víctor Laínez fue atacado «cuando estaba completamente desprevenido y por la espalda». Según este, ello hizo que el vecino de La Magdalena no tuviera oportunidad alguna de defensa. Y para demostrarlo, recuerda que los forenses no encontraron ninguna señal de lucha en las extremidades superiores del fallecido.

Se sentó sobre la víctima

Pero la acusación popular va más allá y tratará de convencer al jurado de que Rodrigo Lanza se ensañó con Laínez para aumentar «deliberada e inhumanamente su dolor». Según esta, el antisistema se abalanzó sobre la víctima y le hizo caer al suelo asestándole un fuerte golpe en la parte trasera del cráneo con un puño americano o mosquetón de escalada. «Momento que aprovechó Lanza para sentarse sobre él y propinarle infinidad de golpes en la cara y cuerpo, especialmente en su rostro, que queda desfigurado con lo huesos de la nariz y pómulo rotos, sangrando abundantemente por oídos, nariz y boca», relata en su escrito David Arranz.

El abogado recuerda que tras asestar una última y «brutal patada» en la cabeza a la víctima, el agresor se marchó del bar. Previamente lo habían hecho los tres amigos con los que acudió allí, ya que fue precisamente cuando el grupo se iba cuando se desencadenó la mortal agresión.

Unos 20 minutos antes, Lanza se había acercado a la barra para encararse con Laínez. «No queremos nazis y fascistas aquí», asegura el abogado que le espetó, basándose en las declaraciones de los testigos. Sin embargo, el encausado no pasó entonces de los insultos.

Las primeros escritos en conocerse han sido los de las dos acusaciones, pero ahora tendrán que pronunciarse también la Fiscalía y la defensa. Hasta ahora, esta última ha mantenido que Lanza solo propinó un golpe al fallecido y que lo hizo en defensa propia.

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