Pintadas, pegatinas de odio, destrozos en coches y amenazas al colectivo LGTBIQ+
13/07/2018 El Plural.- La celebración del Orgullo en Madrid ha sido, como es habitual, un ejercicio de respeto y convivencia por parte de los asistentes y el pueblo madrileño. Bajo la bandera arcoiris, miles de persona han marchado en pos de la libertad sexual y la ruptura con la cultura del prejuicio. A pesar de dicho despliegue de libertad, todavía sigue habiendo puntos negros en forma de agresiones homófobas.
“Orgullosos de no ser como vosotros”. Así es el lema que la extrama derecha está propagando por las calles de Madrid para protestar contra la celebración del Orgullo. Cientos de pegatinas homófobas ensucian las paredes al mismo tiempo que banderas arcoíris ondean en las terrazas del centro de Madrid. Una metáfora perfecta de la convivencia entre la tolerancia y la intolerancia.
En lugares como Ciudad Universitaria, Plaza de España y diferentes enclaves del centro madrileño podemos vislumbrar pegatinas en los que la bandera arcoíris está tachada junto la silueta de una mujer y un hombre junto con dos niños. Y el ya citado lema “orgullosos de no ser como vosotros”
Otro de los ataques contra los colectivos LGTBIQ+ han sido pintadas de odio contra elementos dedicados al Orgullo, como bancos con la bandera arcoíris. En las fotos podemos atisbar lemas como “Fuera Maricones” junto a la cruz gamada, símbolo de Bases Autónomas, organización neonazi violenta cuyo marco de actividad operó en los años ochenta y noventa.
En Torrelodones también se han visto mensajes parecidos, incluso se ha vertido una clara amenaza contra la alcaldesa Elena Biurrum: “Alcaldesa hemos vuelto”, junto con banderas tachadas, simbolos nazis y amenazas también, contra la organización Arcopoli.
Otro de los ataques denunciados ha sido en Rivas-Vaciamadrid donde un usuario ha denunciado un ataque a la furgoneta de su padre que ha recibido una pedrada en el cristal delantero por el simple hecho de tener en el salpicadero una bandera del Orgullo: “No tengo palabras para describir tal insulto a la libertad de expresión y el retraso que aún seguimos sufriendo a día de hoy. Esta foto se ha producido cerca del Santa Monica y es la furgoneta de mi padre, un humilde trabajador que sencillamente tenía puesta una bandera LGTB. No es rabia ni ira,más bien tristeza por algo que debería estar totalmente normalizado. Un saludo ripenses”.
