Olga Hurtado: «Las redes sociales son buenas pero tenemos que saberlas utilizar»

| 6 febrero, 2016

OlgaHurtadoALVAR SALVADOR. NOTICIAS CASTILLA Y LEÓN.- Whatsapp, Facebook, Snapchat, Instagram… muchas son las redes sociales existentes y de las que se puede sacar mucho partido si se utilizan correctamente, pero también, pueden convertirse en potentes armas de intimidación, e incluso acoso, si su uso no es el indicado.
De estas malas prácticas y del acoso escolar a través de la red, el último fenómeno conocido como ciberbullying, sabe mucho Olga Hurtado,coordinadora de la ONG «Movimiento contra la intolerancia» en la comunidad, que ha atendido a Noticias Castilla y León para hablar sobre este fenómeno nocivo al que se busca poner freno.


-Antes de nada, explíqueme qué es el ciberbullying.

Es una situación que puede vivir un chico o una chica en un centro educativo. Se utilizan las redes sociales para hacer daño a un alumno o alumna de la clase que puede sufrir insultos, amenazas o suplantación de identidad a través de las redes sociales. Se suelen subir determinadas imágenes para denigrar a esa persona, crear mala fama de ella y, muchas veces, el ciberacoso va unido también a situaciones de acoso escolar directo en el aula.


-¿Es lo mismo Ciberbullying que acoso escolar? ¿O es una forma más?

Es una forma más que se complementa. Se está viendo ahora que los chicos que sufren bullying directo, algún tipo de acoso o de violencia repetida, se hace ahora más acuciante porque se utilizan las redes sociales para seguir denigrando a esa persona. Entonces, las consecuencias psicológicas son todavía mayores porque cuando utilizas Internet o las redes sociales, hay un anonimato que no tiene el acoso directo, por lo que no sabes si es gente de tu clase o de fuera.
-La posibilidad de acceso a los aparatos electrónicos por parte de personas de corta edad, ¿Facilita esta práctica?
Sí. Ahora mismo, el 90% de los jóvenes de catorce años utiliza el móvil y a través de él se conectan a Internet, ya no necesitan el ordenador fijo de casa. También es cierto que muchos están utilizando a nivel educativo el iPod en clase con lo que el acceso a las redes sociales es inmediato y constante.


-¿Hasta qué punto tienen las redes sociales la culpa de este fenómeno?

El problema es cómo utilizamos las redes sociales porque todas tienen un riesgo. El menor está en un espacio donde hay miles de personas que interactúan en la red y pueden sufrir algún tipo de acoso, pero cuando hablamos de ciberbullying, lo hacemos de un acoso que se da solamente en el centro educativo porque hay otros tipos a través de las redes sociales como el «sexting»* o el «grooming»* que acaban sufriendo también los menores.

-¿Cuáles son las redes sociales en las que más se da este fenómeno?
Ahora, las que se están utilizando más son Whatsapp, Instagram y Snapchat. Las redes sociales van a ir cambiando pero los riesgos van a ser siempre los mismos porque es una exposición al resto de personas y depende de cómo interactuamos con esas redes sociales. Los padres y madres tienen que ser conscientes de que deben de tener competencias digitales porque estamos viendo que las redes tienen riesgos. Han cambiado las formas de comunicación y nos tenemos que adaptar a ellas.


-¿Existen datos estadísticos concretos sobre el número de alumnos que se ven afectados por este fenómeno en Castilla y León?

No hay estudios a nivel regional en cuanto al ciberacoso pero sí datos a través del Laboratorio de Convivencia del curso 2013-2014, que mostraban 20 casos detectados en los centros educativos en los que se había puesto en marcha el protocolo de actuación pero se trataba de acoso o bullying, no ciberacoso. A nivel nacional se estima que un 5,9% de los jóvenes sufre algún tipo de amenaza o intimidación a través de las redes sociales.


-¿Entre qué edades se da este ciberacoso?

Como a partir de los diez años tienen móvil, se pueden dar casos incluso desde quinto o sexto de Primaria. Aunque los de acoso escolar por los estudios se dan, sobre todo, en primero o segundo de la ESO y otros referidos a «sexting» o «cibermachismo», se suelen dar en los grupos de tercero y cuarto de la ESO. El «sexting» se trata de mandar fotos provocativas, o desnudos y también es verdad que en las relaciones afectivas, en estos cursos, se ven situaciones en las que se controla a la pareja. Depende de la edad y cambia en función a cuál sea la red social.


-¿Cuáles son las prácticas más habituales de ciberbullying a través de la red?

Sobre todo, lo que tiene que ver con insultos, con amenazas, crear mala fama de una persona con imágenes o comentarios. Subir fotos para reírse de esa persona, quitarle las contraseñas y hacerse pasar por él, esto es la suplantación de identidad… Tenemos que ser conscientes de que debemos educar a los chicos y a las chicas para que utilicen de forma respetuosa las redes sociales.
-¿Cómo podríamos evitar estas prácticas? ¿Cuál es la labor de los padres? ¿Y de los profesores en el aula?
Es fundamental que los padres y las madres controlen las redes sociales que tienen sus hijos, igual que controlan y conocen a los amigos que tienen en la vida real. Que sepan qué redes sociales utilizan, qué tipo de imágenes suben. Los padres tienen que hacerles ver que han de ser respetuosos a través de las redes sociales. En cuanto al tema del profesorado, tienen que observar mucho los comportamientos del grupo en el aula. Si algún chico está aislado, si ha cambiado su carácter, el absentismo escolar de un joven que antes presentaba un comportamiento normal o el rendimiento escolar, que suele disminuir. Es muy importante que cuando existan estos casos, el profesorado, padres y madres actúen conjuntamente.


-¿Se está haciendo todo lo posible en lo que al ciberbullying se refiere?

Se está dando más importancia porque se ha visto que hay más casos de ciberacoso, más denuncias. Antes no se hablaba casi de estos temas, se desconocía el concepto, pero ahora con todas las situaciones y las consecuencias tan graves que tiene el acoso escolar, que puede acabar en suicidio, se está actuando más y se están planteando dentro del centro educativo determinados planes de convivencia donde se hacen programas para sensibilizar al alumnado. Un ejemplo es el programa «Alumno ayudante». Se seleccionan a tres alumnos para que digan lo que está ocurriendo en caso de conflicto en el aula, y estos chicos son asesorados por un tutor. Esta iniciativa está resultando bastante eficaz porque se plantea la ayuda como algo positivo para la víctima y el resto. También se están llevando a cabo planes de formación en alumnos mediadores, para resolver correctamente un conflicto que de no acabar, puede terminar en ciberacoso.


-¿Existe ahora mayor sensibilidad? ¿Mayor concienciación?

Existe mayor sensibilidad pero tenemos que ser conscientes de que tenemos que estar más atentos en el momento en el que surge alguna situación que preocupa a alguna familia, indagar sobre ese tema porque cuando los padres tienen que afrontar este problema se sienten indefensos ante una falta de respuesta. Lo normal antes, frente a una situación de acoso, era que la víctima cambiara de colegio, no el agresor. Ahora no podemos permitir eso porque el mensaje que lanzamos a los chicos de ese centro es que hay situaciones de injusticia y no se va a hacer nada. Es importante que el centro educativo solucione esas situaciones junto a las familias.


-Al final son situaciones que no van en broma y que, como has dicho anteriormente, pueden acabar en suicidio…

Sí, porque ante situaciones de cualquier tipo de violencia, como por ejemplo con la de género, la autoestima de ese chico o chica baja y se ve muy dañada. Esos jóvenes con autoestima baja no son capaces de afrontar una situación de acoso repetido, con lo que si la víctima lo silencia, tenemos muchas posibilidades de que tomen situaciones drásticas, que no sepa afrontar el conflicto y puede tener consecuencias psicológicas, que tendrá que tratar posteriormente para aumentar esa autoestima. Ahora, con Internet, te sientes más impotente porque hay un anonimato total a través de las redes sociales que además llega a miles de personas con lo que el efecto de difamación y de acoso se multiplica y las consecuencias psicológicas pueden llevar al menor a pensar en el suicidio o a suicidarse.
-¿Por qué les cuesta tanto a las víctimas denunciar que están siendo acosadas?
Porque tienen una autoestima muy baja, incluso llegan a justificar esa violencia que reciben porque piensan que se lo tienen merecido. También por su diversidad. Estamos viendo un aumento de acoso por la diversidad sexual, acoso homofóbico, racista, xenófobo y también por discapacidad. Una diferencia puede ser el blanco de cualquier agresor porque saben que es el punto débil de esa persona. En el caso de los chicos, el recibir un acoso por su condición sexual, les lleva a no decirlo o a tardar mucho más, con lo que la consecuencia psicológica es mayor y también el índice de suicidio. Un chico lo comenta más tarde porque le da vergüenza sufrir esa violencia y por el rol que le ha dicho la sociedad que tiene que adoptar. Un chico tarda más en comentar un caso de acoso que una chica por esto.


-El cambio de colegio, como ya has comentado, no sería una buena solución…

Sería la peor porque estamos dejando a la víctima indefensa, estamos haciendo ver a los espectadores que hay situaciones de injusticia que no se pueden solucionar, volviéndoles insensibles ante la violencia y no tratamos a los agresores. A estos últimos tenemos que enseñarles que sus comportamientos pueden tener consecuencias porque si no esos chicos pueden llegar a ser dominadores de su pareja o de su familia y amigos, esa violencia no se queda en el aula, se traslada al profesorado, padres, pareja, con lo que no estamos solucionando nada si dejamos que la víctima se vaya.


-La semana pasada presentaron junto al Ayuntamiento el programa «Juntos contra el ciberacoso», ¿En qué consiste esa iniciativa?

Es una campaña sensibilizadora y educativa para frenar esa situación de ciberacoso y, sobre todo, para dar una visión constructiva y dar a las chicas y chicos esas herramientas para que si detectan algún caso de acoso o ciberacoso lo pongan en conocimiento de un adulto o familiar. Tratamos de fomentar la habilidad de la empatía en los espectadores y que la víctima no tenga miedo a denunciar, que no justifique la violencia porque nadie tiene derecho a hacer daño a nadie. También queremos transmitir el peligro que pueden sufrir utilizando determinadas redes sociales, cada una tiene unas características determinadas que puede tener unos riesgos determinados. Por ejemplo, en Instagram, muchas personas adultas buscan menores para chantajearles.
-¿Qué medidas se van a llevar a cabo con este programa?
Sobre todo, sensibilizar al alumnado participante. Tenemos otro apartado que es de formación y sensibilización para padres y madres porque es fundamental que sepan qué riesgos pueden tener sus hijos a través de esas aplicaciones. Que controlen las redes sociales al igual que las amistades, los tiempos que utilizan los aparatos electrónicos, el móvil… Existe un índice de adicción a las redes sociales mayor en los menores que en los adultos.


-¿Servirá este programa para que los jóvenes se conciencien y se reduzca esta mala práctica?

Lo que tienen las campañas de prevención, muchas veces, es que no se ven los resultados. Aunque lo que sí es verdad es que cuando voy al aula y les recomiendo una serie de buenos hábitos en las redes sociales, ellos hacen cambios y ahí frenamos riesgos. Cuando vuelvo la semana siguiente y los chicos me dicen que «han quitado a los desconocidos» o que «han eliminado su nombre» de las redes sociales, yo me digo: «Vamos por el buen camino».
También es verdad que se han hecho carteles, folletos, dípticos, que van a tener tanto padres como madres para saber cómo utilizar bien las redes sociales y haremos también talleres más específicos de temas de «sexting», «grooming» y «ciberacoso» con jóvenes en asociaciones o en el espacio joven para llegar a otro público que no sea únicamente el de los centros educativos. Se van a hacer 40 talleres y estimamos que llegaremos a 1200 jóvenes y otros cinco para padres y madres. Son medidas que pueden complementar a las que tienen los propios centros educativos dentro del plan de convivencia.


-¿Cree que el problema del ciberacoso tiene solución dada la inmensidad de Internet?

Sí que tiene solución. Las redes sociales son buenas pero tenemos que saberlas utilizar. Tenemos que tener competencias digitales, tanto niños como adultos, para saber utilizar bien esas redes sociales y que no tengamos ningún tipo de riesgo, de chantaje, de acoso o de estafa a través de Internet. Con el tiempo nos vamos dando cuenta de que crear buenos hábitos en las redes sociales es algo fundamental para todos. O lo hacemos, o dejamos arbitrariamente que los niños utilicen las redes como quieran. Los adultos pensamos que los niños son muy competentes con las redes sociales, pero no. Tienen que aprender igual que están aprendiendo otras habilidades y hay que ser conscientes de eso.


*Sexting:
Se define como la producción de fotos o vídeos en actitudes sexuales que posteriormente se envían a móviles o se publican en Internet.
El acto de enviar una foto con connotaciones sexuales a otros, ya sea mediante el móvil o Internet, puede suponer que esas imágenes acaben en manos de cualquiera e incluso los menores podrían ser víctimas de chantajes.
*Grooming: El término hace referencia al conjunto de acciones realizadas deliberadamente por un adulto para debilitar emocionalmente al niño y ganarse su confianza con la intención de abusar sexualmente de él. Como parte del proceso captador, alimentan la confianza del menor con mentiras, luego los chantajean y se aprovechan de su sentimiento de culpa.

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