Odio extremista en Sajonia-Anhalt

| 11 octubre, 2019

El ataque mortal en Halle saca a la luz la escena de extrema derecha en este estado del este de Alemania. Los observadores advierten de la presencia de este tipo de extremistas y el tejido social

HANS PFEIFER. DEUTSCHE WELLE.- El extremismo de derecha en Halle tiene casa propia. Está en el centro de la ciudad y es un proyecto residencial del Movimiento Identitario. Allí se encuentran ideólogos derechistas, fraternidades y neonazis con jóvenes hipsters. Su objetivo: que el racismo y el antiislamismo se sitúen en el centro del debate social. Los servicios de inteligencia advierten: «su ideología pretende cambiar la sociedad de manera duradera». Y en Halle mucho ha cambiado en los últimos años. Aunque el primer ministro de Sajonia-Anhalt, Reiner Haseloff, haga hincapié en que los ataques extremistas de derecha como el de Halle no tienen cabida en la sociedad.

Los testigos oculares no intervinieron

El abogado Sebastian Scharmer lo percibe de manera diferente. «La escena de extrema derecha en Sajonia-Anhalt es grande, y lo que me parece deprimente es que está bien integrada en las estructuras ciudadanas». Scharmer representa a víctimas de la violencia de extrema derecha. Por ejemplo, una familia de Eisleben, no lejos de Halle. De ahí viene el presunto asesino. La familia fue atacada por tres neonazis con puños americanos y barras de hierro. Una de las víctimas sobrevivió solo gracias a una operación de urgencia. La mujer es de Siria. Uno de los agresores había gritado «extranjeros fuera».

Sebastian Scharmer ha defendido a multitud de víctimas de la violencia derechista.

«Las personas que vieron el ataque no intervinieron», dice Scharmer. No hicieron nada. «El hecho de que los perpetradores se atrevan a estos ataques también dice mucho sobre el ambiente que los rodea». Por supuesto, también hay muchos ciudadanos comprometidos contra el odio. Pero también el presidente del Consejo Central de Judíos en Alemania, Josef Schuster, percibe un desplazamiento en las líneas rojas: lo que antes algunos solo podían pensaban, ahora pueden volver a expresarlo nuevamente. Y a las palabras siguieron los hechos.

Odio contra la sociedad multicultural

Para antisemitas y racistas hay numerosos sitios en Sajonia-Anhalt. Hay un ayuntamiento del populista AfD, que apoya a un negador del Holocausto. Están los autoproclamados Ciudadanos del Reich con su odio hacia la sociedad multicultural. Y hay numerosas agrupaciones de extrema derecha y pequeños grupos que se han extendido en la región, como la nacionalista «Artgemeinschaft», que glorifica el nacionalsocialismo.

Arsenal incautado a miembros del grupo de extrema derecha Reichsbürgern (‘ciudadanos del Reich’).

Según el servicio de inteligencia interna, «es un importante interlocutor en la vida cultural del movimiento nacionalista o ofrece con sus dentro del movimiento nacional y sus neonazis ofrecen con sus acciones un marco ideológico cotidiano para atraer y vincular a familias, incluidos niños, a su órbita y transmitir sus convicciones racistas». Propagan ideales como nuestro «propio forma de ser» y nuestra «raza».

Odio a través de Youtube

Hasta el momento no hay informes de conexiones entre el presunto asesino Stephan B. y la escena de extrema derecha de la región. Pero en la era digital, el contacto también se puede establer rápidamente desde el escritorio. Por ejemplo con Sven Liebich. Vive en Halle y organiza las llamadas «manifestaciones de los lunes», pero sobre todo llega a sus seguidores a través de su canal de Youtube. Liebich es «uno de los propagandistas más prolíficos de las teorías de conspiración», según David Begrich, especialista en extremismo derechista del Centro Miteinander para la Democracia y la sociedad abierta. Despotrica contra los refugiados, contra los judíos, contra los políticos. Y tiene decenas de miles de seguidores.

El activista en redes sociales de extrema derecha Sven Liebichs, durante una manifestación contra Merkel en Chemnitz.

El día del crimen, Sven Liebich habló en Youtube sobre los asesinatos de Halle: «Gente, todavía estoy vivo, no estoy sufriendo persecución alguna y solo quería decir que no he tenido nada que ver con el ataque a la Sinagoga y a la tienda de kebab». Liebich se ríe ante la cámara. El mortal mensaje de odio es para él solo un juego.

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