Odio a las mujeres en el extremismo de derecha en Alemania

, , , | 27 julio, 2020

Hasta ahora, la política apenas ha tomado en serio al antifeminismo, pese a su vínculo con el extremismo de derecha y sus posibles consecuencias fatales. Expertos advierten contra su trivialización.

JANA HÖPPNER. DEUTSCHE WELLE.- Los correos electrónicos amenazantes llegan de noche. Una y otra vez. Será «condenada a muerte», dicen por ejemplo. A menudo, los firma una «NSU 2.0», en alusión al grupo terrorista de extrema derecha que asesinó a al menos 10 personas en las últimas décadas en Alemania.

Anne Helm, líder del grupo parlamentario del partido La Izquierda, en Berlín, está acostumbrada a las amenazas de muerte. No obstante, la situación es, «en general, simplemente estresante», dice a DW. «Tengo que lidiar con eso. Así que todo lo demás es mucho más agotador». No teme a la muerte, asegura, pese a que los mensajes la amenzan concretamente con ataques.

Según el Parlamento del estado federado de Hesse, 69 cartas, algunas con datos personales, han sido enviadas a Helm y otras 26 personas e instituciones en los últimos tiempos. Entre ellas, está incluida la abogada Seda Basay-Yildiz, que representó a las víctimas en la demanda contra la NSU, así como la humorista política berlinesa Idil Baydar. Un «detalle»: la gran mayoría de los destinatarios son mujeres y los mensajes son sexistas.

Una visión del mundo amenazada

Helm sospecha que el odio hacia las mujeres es uno de los motivos de las cartas supuestamente escritas por extremistas de derecha. Esto no es nuevo. El asesino de Toronto también había anunciado en 2018, antes de su atentado, que este sería el comienzo de la «rebelión de los incel», una palabra compuesta por involuntario y célibe.

Involuntariamente célibe es la auto-designación de hombres jóvenes que no tienen relaciones ni sexo involuntariamente y desarrollan, basados en ello, un odio hacia las mujeres.

«Los incels creen que los hombres tienen un derecho fundamental a las mujeres y sus cuerpos. Afirman que las mujeres los privan de sexo», explica a DW el sociólogo Henning von Bargen, de la Fundación Heinrich Böll, cercana al partido Los Verdes.

El día de su ataque en Halle, el acusado Stephan B., escuchó música que desprecia a las mujeres.

Esto también podría haber jugado un papel para el presunto atacante de Halle, Stephan B. Aquel día de octubre de 2019, escuchó música abiertamente despectiva hacia las mujeres. Y, en el video que transmitió en Internet, argumentó: «El feminismo es el culpable de la caída de la tasa de natalidad en Occidente, que es la causa de la inmigración masiva». La raíz de estos problemas, aseguró, sería «el judío».

Eso suena «totalmente absurdo», dice la política de izquierda Helm. «Pero, dentro de esta visión del mundo, esa es la consecuencia lógica». En consecuencia, las mujeres deben cuidar la llamada preservación de la población. O sea, deben tener muchos hijos y cuidarlos de acuerdo con su papel tradicional. «El feminismo amenaza esta cosmovisión», explica Helm, «al igual que las mujeres que ahora se ven afectadas por las cartas amenazantes».

Por una «masculinidad militar»

«El antifeminismo es siempre parte de ideologías de extrema derecha», afirma también Rachel Spicker, de la Fundación Amadeu Antonio, que trabaja por el fortalecimiento de la sociedad civil contra el extremismo de derecha. Para estas ideologías, las mujeres deben ser pacíficas, sociales, reservadas, mientras los hombres se deben caracterizar por una «masculinidad militar», dispuesta a «proteger tanto a sus mujeres e hijos, como a su propia nación».

«Estos son roles fijos que también se pueden ver en el antifeminismo. Cuando las mujeres abandonan estos modelos, enfrentan su hostilidad», explica Spicker.

La política de izquierda Anne Helm es atacada y amenazada anónimamente.

Pero el antifeminismo no es solo el denominador común de las diferentes tendencias de derecha. También puede convertirse en una especie de «droga de entrada a esas ideologías de derecha», asegura Von Bargen. Porque: el antifeminismo se dirige contra la sociedad abierta y quiere restringir los derechos humanos básicos. «Muchos aún no ven esta conexión con tanta fuerza».

También Helm ve al antifeminismo como un «punto de contacto de bajo perfil para otras ideologías de la desigualdad». «Notamos eso, entre otras cosas, por el hecho de que la mayoría de nuestra sociedad inicialmente desestimaría la acusación de racismo. Pero ser sexista es un honor para algunos», precisa. El antifeminismo está fuertemente anclado en la sociedad, opina también Spicker.

En busca de un chivo expiatorio

Los hombres que enfrentan una crisis social, cuyos empleos y niveles de vida están en riesgo, son particularmente susceptibles a esta idea. Para ellos, es un alivio encontrar algo que aparentemente tiene la culpa de su miseria, dice el sociólogo Von Bargen. El chivo expiatorio en este caso se llama feminismo.

La radicalización a menudo tiene lugar en Internet. Mientras tanto, los foros para los llamados incels han aparecido en sitios web de acceso público como Reddit y 4Chan. Ahora están cerrados, pero los grupos todavía se pueden encontrar en otras páginas de libre acceso para todos, de forma anónima y sin moderación. Casi cada segundo, aparecen nuevas publicaciones, por ejemplo, exigiendo «esclavas sexuales» para incels o atribuyendo a las mujeres el intelecto de un niño pequeño.

El mundo de los llamados gamer (jugadores online) también contribuye a la radicalización de hombres jóvenes. Las ideologías de derecha y la misoginia se extienden en comunidades en gran medida no moderadas, en plataformas de juego como Twitch o Discord. Los usuarios se nombran a sí mismos como terroristas. Personas no blancas, judíos y mujeres son insultados. «Es un ambiente que recibe muy poca atención del mundo analógico», advierte Von Bargen.

El sociólogo pide una investigación más intensiva sobre el tema. «La política no suele tomar en serio el antifeminismo. Sobre todo, no se percibe como vínculo entre las tendencias de la extrema derecha y el llamado centro de la sociedad», dice.

La política de izquierda Helm, mientras tanto, ha encontrado una manera de lidiar con la avalancha de correos electrónicos amenazantes. «Trato de desacoplar eso de mi persona. Sé que lo que es atacado allí es lo que defiendo políticamente, para lo que trabajo. Así que trato de ser consciente de eso».

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