Neonazis de Madrid organizan actividades públicas para niños

| 20 mayo, 2017

El acto infantil organizado por los neonazis del Hogar Social podría considerarse además de ilegítimo una irresponsabilidad

CARLOS MARTÍN. NUEVA TRIBUNA.- El pasado 13 de mayo la organización neonazi Hogar Social de Madrid sita ilegalmente en el antiguo edificio del Banco Madrid, en la Plaza de Colón, tenía convocada públicamente una actividad lúdica para niños. La convocatoria que estaba programada de seis a ocho y media de la tarde coincidía con una manifestación convocada por distintos grupos sociales y culturales contrarios al nazismo. Los manifestantes que denunciaban la “expropiación consentida” de la nueva sede de Hogar Social y coreaban consignas contrarias al fascismo, se aproximaron a las inmediaciones bajo un fuerte despliegue policial. El acto celebrado por los neonazis en ese transcurso de tiempo podría considerarse una irresponsabilidad sabiendo que una manifestación contraria a sus prácticas, aunque legalizada, tenía previsto compartir espacio. Con todo y con eso, lo más preocupante no es en sí el suceso, sino que un grupo reconocido como neonazi pueda organizar un acto público para niños en pleno centro de Madrid.

Actualmente las nuevas organizaciones de ultraderecha se camuflan en actividades que aparentemente son beneficiosas de cara a la sociedad, sin embargo a medida que se evalúan tienen más peso propagandístico que finalidad social. Las ideologías xenófobas y racistas no deben disponer del espacio público y menos influir en la instrucción de los menores. El Hogar Social usó la imagen de los niños hacia el exterior queriendo dar un perfil de grupo abierto y altruista, pero dichos métodos se tornan en tácticas confusionistas y nocivas cuando persiguen otros fines. La misma imagen que encabeza el artículo “combate al enemigo” publicada por los ultras de Hogar Social hace gala de una actitud beligerante en presencia de los niños. La apariencia de una actividad infantil, responde sobre todo a un trasfondo propagandístico, ya que antes de concluir el acto infantil solo quedaban globos de colores atados en la plaza rodeados por las fuerzas antidisturbios.
De repente, el edificio ocupado a pie de la plaza pasa a ser un bunker y en la azotea hay dispuesto un grupo de jóvenes desafiantes.

Esta actividad que aparentemente era inocua estaba organizada por personas que emplean tácticas paramilitares y que odian a homosexuales, residentes de procedencia extranjera y tienen como fin la segregación de género y el enfrentamiento social. Personas como Víctor Castellano, número dos de Hogar Social, en la imagen con los ultras del Betis que agredieron a un ciudadano en Bilbao o el dirigente Domenico Gianturco del movimiento neofascista CasaPound, del cual se inspira Hogar Social, condenado por malos tratos a su exmujer tal y como apuntaba el diario italiano Infoaut el 17 de mayo, son máximos exponentes de estas doctrinas. En consecuencia, no son movimientos adecuados a impartir didáctica a los niños. La infancia necesita de valores basados en el respeto, la autoconfianza y la interacción igualitaria para el buen desarrollo del menor. Las intrusiones ideológicas intransigentes que atenten contra la convivencia son deplorables además de denunciables.

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