Malasia halla 139 fosas en 28 campos clandestinos de inmigrantes

, | 25 mayo, 2015

migrantesbirmaniaANA SALVÁ. EL PAÍS.- El escándalo de la trata de personas en el sudeste asiático sigue creciendo. Malasia ha revelado este lunes que ha localizado 28 campamentos clandestinos con 139 tumbas que podrían ser de refugiados rohingya e inmigrantes bangladesíes. Aún no se ha determinado el número exacto de cuerpos que hay en cada fosa, pero algunas de ellas podrían contener más de un cadáver, indicó el inspector general de policía de Malasia, Khalid Abu Bakar. «Es una escena muy triste. Estamos trabajando estrechamente con nuestros homólogos en Tailandia. Vamos a encontrar a las personas que hicieron esto”, dijo a los periodistas este lunes. Las autoridades informaron en un primer momento de la existencia de solo 17 campos y de unos cien cuerpos.

Los campamentos abandonados, localizados entre el 11 y el 23 de mayo y de los que se informó a la prensa este domingo, están situados a unos 500 metros de la frontera de Tailandia. El hallazgo, indicó Bakar, es el resultado de una operación lanzada después de que Tailandia encontrara en su lado de la frontera varias tumbas en otros campos clandestinos.

La jungla del sur de Tailandia y el norte de Malasia ha sido una importante ruta para las redes de trata. Miles de inmigrantes de Bangladés y Birmania se ponen en manos de traficantes de personas para que les lleven a Malasia a través de otros países del sudeste asiático, como Tailandia, para ellos un país de paso. En el camino son retenidos en campos a la espera del pago de un rescate por parte de sus familias para liberarlos. Muchos de ellos son rohingya que huyen de Birmania, donde la ley les deniega la ciudadanía desde 1982 porque no están incluidos en la lista de 135 grupos étnicos oficialmente reconocidos por el Gobierno. Los rohingya son considerados como inmigrantes ilegales procedentes de Bangladés, donde tampoco se reconoce a esta comunidad.

El hallazgo de las primeras fosas en Tailandia el pasado 1 de mayo desencadenó una campaña contra el tráfico de personas. Un total de 256 rohingya fueron rescatados tras ser abandonados por sus traficantes, y las tripulaciones de algunos barcos no se atrevieron a llevarlos a tierra siendo abandonados a su suerte en el mar de Andamán sin una tripulación preparada, sin comida y sin agua potable.

Malasia e Indonesia han ofrecido asistencia a los inmigrantes durante un año a la espera de que sean repatriados o reubicados como refugiados en terceros países. Por su parte, Tailandia ha asegurado que ya no quedan más campos en el sur del país.

Tailandia y Malasia han recibido avisos de países occidentales para luchar contra la trata. Entre ellos se encuentra Estados Unidos, quien elabora anualmente un informe sobre tráfico de personas en el que cataloga los esfuerzos realizados por los gobiernos en la lucha contra estas redes. Ambos países recibieron el año pasado la calificación más baja, llamada Tier 3, por la que Washington puede imponer sanciones. El siguiente informe será publicado el mes de junio. “Tanto Tailandia como Malasia están intentando a la desesperada convencer al Gobierno de Estados Unidos de que los retire del Tier 3 en el informe anual sobre el tráfico de personas. Pero el juicio tiene que basarse en si están investigando de forma sincera estos abusos”, expone Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch.

El próximo viernes 29 de mayo se ha convocado en Tailandia una cumbre de 17 países para coordinar una respuesta a esta crisis humanitaria.

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