Los bulos alimentan el miedo al madrileño

| 6 abril, 2020

Las localidades turísticas en Andalucía lidian con el temor constante a la llegada del virus desde la capital

EVA SAIZ / JAVIER ARROYO. EL PAÍS.- “Familia, tened cuidado porque hay un nota de Madrid que vive en la calle del Azahín que tiene el virus”. Así comenzaba un mensaje de voz difundido por WhatsApp el fin de semana por un residente de Cazalla de la Sierra (Sevilla) que rápidamente fue compartido por el resto de los vecinos. En el audio se aseguraba que era la Policía Local la que había confirmado el contagio y que como el afectado estaba leve, lo habían trasladado del hospital a su casa por falta de camas.

La publicación era un bulo, pero enrareció el ambiente tenso que ya se vivía en este municipio de 5.000 habitantes que había asistido desde el comienzo del estado de alarma a una llegada, primero masiva y luego en forma de goteo, de madrileños que tienen allí su segunda residencia. Como Cazalla, numerosos pueblos andaluces ya sea de costa o de interior, mantienen su propio estado de alerta ante la llegada de foráneos de la capital que no son bienvenidos.

El alcalde de Cazalla, Sotero Martín, se apresuró a desmentir la información. “La situación ya se ha aplacado”, cuenta el regidor, “pero la llegada de vecinos de Madrid en pleno estado de alarma ha generado mucha inquietud porque lo estábamos haciendo todo muy bien”, recalca. “Vienen creyendo que esto es una zona libre de virus, limpia por estar en plena montaña, pero estamos sometidos a las mismas reglas que el resto”, indica Martín.

También ha circulado un bulo sobre la llegada de una familia de madrileños enfermos en Turre (Almería). Martín Morales Fuentes, el alcalde, se vio obligado a emitir un comunicado a través de Facebook en el que reconoce la existencia de una denuncia de los vecinos sobre la ocupación de una vivienda turística por una familia. También que la Guardia Civil y la Policía Local han iniciado una investigación para comprobar desde cuándo están allí y que ha pedido a la Subdelegación de Gobierno que decida la expulsión de esa familia o su “confinamiento y control estrecho”. El alcalde sí desmiente que la familia haya dado positivo.

El regidor de Cazalla de la Sierra admite que “se han tomado medidas y se han incrementado los controles en las carreteras para no dejar pasar a los viajeros que vienen de Madrid”, explica. Quienes viven en estos municipios también se han organizado. “Todos nos conocemos, sabemos quién entra y quién sale, qué casas se han abierto y cuáles no. La Policía Local y la Guardia Civil han hecho un censo de las viviendas no habitadas y las controlan”, cuenta el regidor, que explica que ya se han impuesto multas a algunos recién llegados.

Martín advierte de que antes de que se decretara el confinamiento ya habían empezado a venir de Madrid algunas familias, entre ellas una pareja de ancianos. La mujer falleció días atrás. Tenía problemas respiratorios y aunque en un primer momento se aseguró que fue por coronavirus, el alcalde no lo tiene confirmado. “Ya había estado ingresada en Madrid, pero el marido, que es del pueblo, prefirió venirse aquí por si mejoraba”. Este suceso no contribuyó a tranquilizar los ánimos. “No tenemos nada en contra de quienes vienen de Madrid, porque muchos tienen familia aquí y los necesitamos porque formamos parte de la España vaciada, pero tienen que entender que reclamamos responsabilidad”, abunda.

Esa prevención a la llegada de vecinos de Madrid se está extendiendo. Es el caso de Aguilar de la Frontera (Córdoba). La semana pasada circuló por redes sociales la noticia de que una conocida familia madrileña estaba en el pueblo. La alcaldesa, Carmen Flores, tuvo que emitir un comunicado y pidió disculpas a la familia, que se encontraba en Madrid cumpliendo el confinamiento y hasta se ha planteado adoptar medidas legales.

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