Las palabras de Trump, inspiración para los insultos de los niños de hoy en EE.UU.

, | 10 julio, 2017

Desde las elecciones presidenciales de noviembre ha habido una proliferación de casos de alumnos que acosan a sus compañeros por su procedencia, color de piel o religión

GINA TOSAS. LA VANGUARDIA.-  Donald Trump es un hombre capaz de llamar violadores a los inmigrantes mexicanos, de pedir el cierre de fronteras para los musulmanes o, lo último, de incitar a la violencia con un vídeo donde da una paliza a un hombre que simboliza la CNN. Así es el actual líder de la mayor potencia mundial; y sus modales empiezan a tener serias consecuencias en los centros educativos del país, donde se ha registrado una proliferación de casos de niños que acosan a compañeros de clase por su procedencia, color de piel o religión, con insultos inspirados en las palabras del presidente.“¡Vete a casa!”, “¡Serás deportado!” o “¡Construye el muro!”, son algunos de los gritos que han tenido que escuchar alumnos de primaria y secundaria por parte de sus acosadores en el último año, parte del cual se vivió una intensa y agresiva campaña electoral, plagada de momentos en los que el magnate neoyorquino ofreció su versión más xenófoba.

Un día después de la victoria del candidato republicano a la Casa Blanca, un grupo de alumnos de un colegio de Royal Oak (Michigan) cantó a sus compañeros latinos uno de los eslóganes más entonados en los mítines del multimillonario: “¡Construye ese muro!”, les decían.

El mismo día de las elecciones, en Silverton, Oregon, tres docenas de estudiantes se concentraron ante su instituto con pancartas a favor de Trump. Cuando pasaban compañeros latinos les gritaban”¡Haced vuestras maletas, os vais mañana!”. Una madre contaba al portal de noticias estadounidense BuzzFeed News que su hijo fue víctima de mensajes similares por parte de los compañeros de clase de toda la vida, la mayoría blancos, pero con quienes nunca había tenido problemas por la diferencia racial. Hasta la victoria del republicano.

Si bien no hay estudios cuantitativos que evalúen el impacto de la campaña electoral y la victoria de Donald Trump en las conductas de niños y jóvenes del país, Buzz Feed News ha confirmado más de 50 incidentes en 26 Estados, en los que los alumnos invocaban al presidente o a sus eslóganes 

para perseguir a compañeros latinos, negros, asiáticos, judíos o de Oriente Medio. Los casos forman parte de los al menos 149 episodios que están indexados en el proyecto Documentar el odio, una especie de base de datos elaborada por Pro Publica con la colaboración de varios medios del país para recopilar los crímenes de odio registrados desde las elecciones en Estados Unidos.

El reconocido investigador y especialista en crímenes de odio en el Southern Poverty Law Center Mark Potok llama a esta vorágine de violencia incitada por la intolerancia “el efecto Trump” . En un informe reciente elaborado por esta ONG que trabaja contra los grupos supremacistas blancos, Potok señala que “2016 fue un año de odio sin precedentes. Se registró en el país una fuerte vuelta al nacionalismo blanco”. Según los datos del estudio elaborado a partir de una encuesta a 10.000 profesores a pocos días de las elecciones de noviembre, el 80% de los docentes describió a estudiantes atemorizados y ansiosos por la situación, sobre todo inmigrantes de origen musulmán y afroamericano. Un gran número de maestros reportó también el uso de insultos, de lenguaje despectivo y de símbolos extremistas en sus aulas.

El fenómeno refleja una realidad, de dimensiones todavía desconocidas, pero indicativa de cómo los mensajes de intolerancia religiosa racialestán cuajando en las aulas estadounidenses. La mayoría de los centros de enseñanza han condenado los comportamientos abusadores con comunicados públicos, pero muchas se preguntan: ‘¿Cómo le dices a un niño que no puede hacer un comentario racista si lo hace el mismísimo presidente?’. Es un discurso legitimado no ya solo por un hombre, si no por la mitad del país que lo ha votado.

De hecho, en algunos centros se han encontrado con la oposición de los padres, quienes les acusan de ser partidistas. Un instituto del condado de Richmond (Virginia) tuvo que editar un anuario para eliminar frases que habían escrito los alumnos, como una que decía el ya aborrecido “construye el muro”. La polémica estuvo servida. “Citar al presidente nunca es inapropiado”, rezaba uno de los comentarios al comunicado escolar publicado en Facebook.

“Las familias son las transmisoras de los mensajes xenófobos y racistas, ya que son los padres quienes absorben el discurso de Trump”, afirma a LaVanguarida.com el vocal de Educación del Col·legi de Pedagogs de Catalunya, Àngel Casajús Lacosta. El experto considera que a veces los valores que las familias transmiten a sus hijos no son acordes con una sociedad moderna, igualitaria y respetuosa. “Por mucho que los maestros traten de educar con valores de convivencia y tolerancia, a veces el proyecto educativo fracasa”, afirma el experto. “La escuela va muchas veces en dirección contraria a los valores que se viven en la calle o en la sociedad, como son el consumismo, la incitación a la violencia o el racismo”, concluye.

Trump, el abusón

Para la profesora de Psicología del Desarrollo de la Universidad de California y especialista en el acoso en la adolescencia, Jaana Juvonen, Donald Trump tiene el perfil arquetípico de un abusón. En un artículo para The Washington Post , la experta establece un paralelismo entre el comportamiento del presidente y el típico bully, por ejemplo, ambos niegan haber hecho algo en situaciones controvertidas —Trump negó haberle pedido al exdirector del FBI James Comey que cerrase la investigación al exasesor de seguridad Michael Flynn.

Además, el abusador tiende a culpar a los demás de todo. “Trump no sólo niega casi todas las acusaciones sobre él, sino que nunca asume la responsabilidad por los problemas”, escribe la psicóloga. La caza de brujas de la que Trump dice ser víctima por parte de los medios estadounidenses sería un ejemplo de ello. “Culpar a otros es un mecanismo de defensa y de automejora”, añade.

Como tercer elemento común, la experta agrega que Trump, al igual que un niño que abusa de los demás, no soporta el feedback negativo. “Lo que lo hace parecer infantil es sus afirmaciones infundadas sobre su popularidad”, señala. El día de su inauguración, a pesar de la evidencia que mostraban las fotografías, el presidente necesitó afirmar que acudieron multitudes mayores que en la de celebración de la jura de su predecesor, Barack Obama.

Mark Potok asegura en su análisis sobre el auge de los crímenes racistas que si bien el mandatario no es directamente responsable ello, “parece innegable que la campaña temeraria y populista de Trump ha dejado un legado de odio, violencia y división” en Estados Unidos.

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