Las migraciones por causas climáticas se disparan a niveles récord

| 11 junio, 2021

“Nunca se ha visto a tantas personas desplazadas dentro de sus países”, asegura la directora del Centro de Control de Desplazamientos Internos (IDMC, por sus siglas en inglés) Alexandra Bilak. Un dato, es más, que en el 2020 vino acompañado de otro también de récord: tampoco nunca tantos de estos movimientos se habían debido a causas climáticas.

Millones de personas cada año se ven obligadas a migrar de su lugar de residencia habitual. De forma involuntaria. Y sin planificar. Aunque a menudo no salen de la frontera de su país. Son desplazados internos. Y hoy ven cifras récord.

El informe del 2021 de esta institución con sede en Ginebra (Suiza) recoge las cifras. El 2020 fueron 365 días dominados por la pandemia de la covid que vieron en paralelo números críticos de personas desplazadas. Una tendencia que se repite desde hace años. Y que va a más. Y que ahora supera su tope: arriba a los 40,5 millones de personas en el mundo y 30,7 millones de ellas, el 75%, lo tuvieron que hacer por “desastres climáticos” frente a los casi diez millones que lo hicieron por conflictos o violencia.

Un drama que afecta a todo el globo. Apenas quedan espacios habitados indemnes.

Para casi el 98% de los desplazados por desastres naturales, para 30 millones de personas, ello estuvo relacionado con el tiempo, en particular por inundaciones y tormentas en forma de ciclones, huracanes y tifones. Crisis ante la que nadie está exento. China lidera el ranking con más de cinco millones de personas forzadas a dejar su lugar de residencia habitual, en su totalidad por causas climáticas. Filipinas, Bangladesh e India, por este orden, le siguen a no mucha distancia. Pero es que incluso EE.UU. entra entre los diez primeros países más afectados con 1,7 millones de personas desplazadas de forma forzosa por ello. Es el octavo en la clasificación global.

Datos que despiertan dudas.

-¿El cambio climático está tras el aumento de los desastres naturales y el récord de desplazados internos en el mundo?

-“Sólo en parte. Hay pruebas sólidas de que el cambio climático podría provocarlos, pero la ciencia de la atribución muestra que hay muchas cosas que todavía no sabemos sobre cómo se desarrollarán realmente sus efectos. Son muy pocos los casos en los que podemos establecer una correspondencia clara entre el cambio climático global y un peligro específico”, responde Lorenzo Guadagno, especialista en migraciones en los países en crisis de la Organización Internacional para las Migraciones.

Por eso que el IDMC atribuya el elevado número de desplazamientos internos actual a desastres “relacionados con el clima”, asociando parte pero no todas estas migraciones al cambio climático e incluyendo tanto eventos a corto plazo causadas por el tiempo como patrones a largo plazo por los cambios en el clima.

Es más, si se consideran las nuevas personas que viven desplazadas en el interior de su país y las que lo hicieron en años anteriores que aún no han regresado a sus hogares o se han reasentado en otro lugar, es decir, desplazadas de manera estructural, “la mayoría tienen su origen en los conflictos”, detalla a La Vanguardia el IDMC. “Pero probablemente sólo se deba a que los gobiernos recopilan datos sobre conflictos durante períodos de tiempo más prolongados y de manera más sistemática que en el caso de los desastres naturales”, continúa.

De ahí que si bien a finales del año pasado se podían contabilizar 55 millones de personas desplazadas dentro de sus países de forma estable en el mundo (“la mayor cifra nunca registrada”, según se repite también en este caso), la mayoría (48 millones) lo eran como resultado de los conflictos y la violencia en 59 países y siete millones por desastres naturales. Es al ampliar la mira a todos los movimientos año a año que las causas climáticas surgen una vez tras otra como su principal causa. Una serie y un crecimiento que amenaza con enquistarse.

Y es que los conflictos armados abundan, desde hace tiempo, en Siria, el Congo, Etiopía, Mozambique, Burkina Faso o Afganistán; territorios calientes del globo; escenarios de guerra por décadas que causan millones de huidos de sus hogares a otras partes del país cuando no al extranjero. Los desplazados por el cambio climático son un colectivo, según repiten los expertos, a menudo apenas visibilizado salvo al darse desastres repentinos como megaciclones, grandes huracanes, etc., que llaman la atención de forma momentánea de la comunidad internacional.

Todos recuerdan el huracán Mitch de 1998 en Centroamérica y el Caribe, uno de los ciclones tropicales más poderosos y mortales hasta hoy en día. Casi 20.000 víctimas mortales lo atestiguan. O hace no tanto y en la misma zona, el terremoto del 2010 en Haití, de los más devastadores de la historia de la humanidad. Luego han caído muchas veces en el olvido.

“Solo cuando el cambio climático se ha hecho más evidente, con episodios climáticos cada vez más intensos y frecuentes, se ha logrado al menos visibilizar el problema”, indica Susana Borràs, profesora de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona experta en derecho medioambiental y relaciones internacionales. De hecho, ella misma resalta una queja habitual entre los especialistas: que “los procesos climáticos de generación más lenta y progresiva, como son los de desertificación, en donde los desplazamientos masivos de personas se distribuyen más en el espacio y en el tiempo, pasan desapercibidos o a veces se vinculan estrictamente a factores sociolaborales de empobrecimiento”.

Porque ha habido crisis por la sequía en Senegal, por inundaciones en Bangladesh o por el alza del nivel del mar en islas de Oceanía. Las fuertes tormentas e inundaciones alimentadas por variaciones climáticas como La Niña provocaron el 94% de los desplazamientos internos en el este de Asia y el Pacífico, según recoge el IDMC. Y así, entre unos y otros, es que los migrantes por causas climáticas van a más. Aunque siguen las dudas:

-¿El cambio climático ya afecta al equilibrio entre las migraciones internacionales y las internas?

-“El Banco Mundial ha estudiado en su proyecto Groundswell las migraciones que deberíamos esperar debido a los impactos del cambio climático. Y es importante tener en cuenta que la mayoría de estos movimientos serán de corta distancia y dentro de los países, con una proporción más pequeña transfronteriza”, señala Guadagno.

-“El primer proceso migratorio es un desplazamiento interno a corta distancia, generalmente de las zonas rurales a ciudades, donde las distancias obligan a caminar muchos kilómetros andando, sin los recursos adecuados y estando expuestas a redes criminales de trata ante la desprotección del propio Estado. La realidad, muy grave, afecta a millones de personas en el mundo, pero muy especialmente a las mujeres y niñas, que encargadas de proveer el agua a sus hogares, deben realizar trayectos cada vez más lejanos, arduos y peligrosos para llegar a las fuentes, perjudicando sus condiciones de vida y oportunidades de escolarización”, explica por su parte Borràs.

En América Latina, por ejemplo, el cambio climático podría resultar –según el mencionado estudio– en 18 millones de migrantes internos adicionales antes del año 2050. Si bien las migraciones internacionales de América Latina a EE.UU. sólo los últimos 30 años superan ese número.

Pero por todo ello es que “hay algunas discusiones preliminares sobre cómo la definición actual de refugiado podría adaptarse para aplicarse a algunos tipos de desplazamiento climático, pero diría que esto no es una prioridad. A nivel de la UE el enfoque está más en reformar el Sistema Europeo Común de Asilo. Sin embargo, ha habido cierto interés por esta cuestión en EE.UU. con la nueva presidencia de Joe Biden”, concluye Camille Le Coz, analista de políticas del Migration Policy Institute con sede en Bruselas y Washington.

Suecia o Finlandia sí incluyeron una categoría de migrante climático para encarar este tipo de refugiados. Nueva Zelanda, de la mano de Jacinta Ardern, lo intentó para atender la subida del mar que amenaza a las poblaciones en los archipiélagos del Pacífico. Sin embargo los desplazamientos inducidos por el cambio climático hasta ahora han sido desatendidos por la comunidad internacional. La Convención de Ginebra de 1951 no los incluye. Y al ser en su mayoría internos, por lo general sus afectados no solicitan asilo. “Suecia y Finlandia solían tener estas disposiciones, pero ya no es el caso”, puntualiza Le Coz.

Mientras, se amplían las polémicas. Por ejemplo con la nueva ley danesa sobre gestión de las solicitudes de asilo, que prevé recluir a los solicitantes en países de África hasta que se tramite su solicitud.

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