Las llamadas por violencia de hijos a padres aumentan con el confinamiento por el coronavirus

| 1 abril, 2020

La cuarentena ha puesto a los progenitores «en una situación más vulnerable, más aislados y con menos recursos para pedir ayuda»

EFE. EL PERIÓDICO.- La presidenta del Institut Català de les Dones (ICD), Laura Martínez, ha explicado que no solo han aumentado sustancialmente las llamadas al 112 y al 900 900 120 por violencia machista desde el inicio del confinamiento por el coronavirus, sino también por agresiones de hijos a padres.

«Han subido las consultas por violencia familiar, sobre todo de hijos a padres, aproximadamente el doble, y por los mismos motivos» que la violencia machista, «por el confinamiento», ha explicado en declaraciones a Efe. «Los hijos que ya venían ejerciendo violencia contra sus padres ahora están encima más nerviosos y los padres en una situación más vulnerable, más aislados y con menos recursos para pedir ayuda», ha lamentado.

Martínez ha mostrado su preocupación porque la violencia de todo tipo en las familias en la cuarentena «está muy invisibilizada» y aunque se ayude a quienes llaman «es imposible saber todo lo que ocurre realmente» porque «es imposible estar dentro de las casas».

En el caso de las llamadas al número 900 900 120 para ayuda en casos de violencia machista, Martínez ha apuntado que ya empiezan a tener datos concretos y que se ha pasado de 25 llamadas al día en el mes de febrero a 38 durante las dos primeras semanas de confinamiento (desde el 16 de marzo). Ese aumento de llamadas no proviene, en su mayoría, de las propias víctimas de violencia, sino de redes asistenciales de seguimiento, que alertan de la situación.

Las llamadas al primer número del entorno familiar de las víctimas han bajado (por tener menos posibilidad de contactar con ellas), mientras que las de las propias mujeres se han mantenido estables, ha señalado, sin poder precisar el número exacto.

Por otro lado, han bajado las peticiones de ayuda telefónica, ha explicado Martínez, de las mujeres de entre 18 y 31 años porque «en la mayoría de casos esas parejas no conviven ni tienen hijos», por lo que las circunstancias del confinamiento estarían protegiendo a las víctimas, alejadas de su agresor.

Al teléfono 900 900 120 se puede llamar de forma anónima y no consta en ninguna factura, por lo que desde el ICD animan a vecinos y familiares a alertar si tienen sospechas. En el caso de urgencias de violencia que pueda estar cometiéndose en ese momento existe el 112 de emergencias para que se desplace la policía.

Un gran número de llamadas al teléfono contra la violencia del Institut Català de la Dona se producen por parte de familias monoparentales y motivadas por consultas sobre el régimen de visitas de sus hijos respecto al otro progenitor.

«Quieren saber si se mantiene o no el régimen de visitas durante el confinamiento. Es un tema problemático porque no hay directriz clara por parte del poder judicial y cada partido judicial tiene una visión distinta», ha señalado. «Que no haya criterio unificado está trayendo problemas», ha insistido.

En los tiempos de confinamiento, que agravan la situación, Martínez ha destacado que es importante que las mujeres víctimas de violencia sepan que «no están solas» y que tienen el recurso de los teléfonos de asistencia.

Como a veces les es imposible llamar, es vital, ha apuntado, que quienes sospechan o tengan indicios de violencia en una casa adviertan por ellas.

Asimismo se ha puesto en marcha una campaña de colaboración con los comercios esenciales que siguen abiertos (panaderías, supermercados, fruterías) para que las mujeres puedan pedirles que llamen por ellas (a menudo no las dejan salir con el teléfono a la calle).

Esos comercios tienen carteles que los reconocen como colaboradores y las víctimas de violencia pueden pedir ayuda al ir a comprar, el momento en el que pueden salir solas de casas. 

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