La violencia ultra amenaza el inicio de la Bundesliga

| 17 agosto, 2017

La Federación alemana, alarmada por los episodios recientes de Rostock y Berlín

«El fútbol no se puede permitir esto. Esta situación debe parar», asegura su presidente

EL MUNDO.- El Bayern, vigente campeón, inaugura el viernes en el Allianz Arena la Bundesliga ante el Leverkusen. Tras una pretemporada plagada de lesiones y malos resultados, el equipo de Carlo Ancelotti se mide ante una de las decepciones del curso pasado, que ha perdido a piezas importantes como Hakan ÇalhanogluÖmer Topraz Chicharito Hernández. Sin embargo, más que sobre la hierba, la atención en Alemania parece centrarse en lo que sucederá en las gradas. Los altercados vividos hace unos días en la Copa han llevado la alarma a las autoridades y a los clubes, incapaces de controlar la actividad de los ultras más violentos.

«En los últimos meses y semanas nos ha preocupado mucho ciertas actividades en el contexto de partidos de fútbol. Se trata de ‘declaraciones de guerra’ y acciones inhumanas contra los equipos y sus aficionados», alertó este miércoles Reinhard Grindel, presidente de la Federación alemana (DFB). «El fútbol no se puede permitir esto. Esta situación debe parar», añadió el máximo dirigente del fútbol germano, alarmado por las graves trifulcas del pasado lunes durante el enfrentamiento copero entre el Hansa Rostock y el Hertha Berlin.

Acusaciones de la policía

El partido, disputado en el Ostseestadion de la antigua ciudad de la RDA, debió ser suspendido en dos ocasiones. En primer lugar, debido a las bengalas y fuegos artificiales de los hinchas locales. Minutos más tarde, el árbitro debió detener el juego durante más de un cuarto de hora después de que los ultras del Hansa desplegaran una pancarta robada previamente a sus rivales capitalinos. La carga de la policía, alertada también por el estallido de numerosos petardos, no pudo contener la violencia desatada en los fondos.

«Esto sólo puede resolverlo la sociedad en su conjunto», valoró Robert Marien, presidente del Hansa, que nunca cuestionó el dispositivo de seguridad, donde intervinieron 1.700 policías, perros adiestrados y cámaras de seguridad de alta definición. No obstante, el jefe de la policía local deslizó que el propio club había facilitado a sus ultras el acceso al estadio de la pancarta prohibida.

El episodio vivido en Rostock se sumó, también el lunes, a las 91 detenciones efectuadas en Berlín, durante la previa del Dynamo-Schalke. Las fuerzas de seguridad arrestaron de forma preventiva a los ultras locales, que presuntamente se habían citado con los que viajaron desde Gelsenkirchen para una batalla campal en las calles de la capital. Después del partido, finalizado con 0-2, los hinchas fueron puestos en libertad.

La final de Copa en Berlín

Estos episodios se encuadran en la guerra iniciada desde hace meses entre la mayoría de grupos ultras contra la Federación, que prohibió introducir cualquier tipo de elemento pirotécnico en los recintos. Pese a esta medida, durante la última final de Copa, disputada el pasado 27 de mayo (Borussia Dortmund 2 – Eintracht Frankfurt 1) los violentos lograron hacer pasar sus bengalas y petardos al Olympiastadion berlinés.

De este modo, la voz de alarma ha alcanzado incluso al ministro del Interior del estado federado de Baviera, Joachim Herrmann, que habló sin tapujos sobre un problema que puede complicar en extremo la normal disputa de la Bundesliga. «Las declaraciones que me han llegado en los últimos días sobre la escena ultra son totalmente inaceptables», aseguró Herrmann en la televisión Sat.1.

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