EFE. ELDIARIO.ES.- La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) fracasó hoy de nuevo en su intento de acceder a una de las vicepresidencias del Parlamento federal (Bundestag), al quedar muy por debajo de la necesaria mayoría.
La diputada Mariana Harder-Kühnel, de 44 años y representante del ala más moderada de esa formación, obtuvo el apoyo de 199 parlamentarios, de los 665 presentes en la cámara.
Para la tercera votación precisaba únicamente de más apoyos que rechazos, mientras que en las anteriores rondas hubiese necesitado una mayoría simple entre los 709 escaños del Bundestag.
AfD había reclamado ante esta última ronda de votaciones el apoyo de los diputados de otros grupos parlamentarios, con el argumento de que, en tanto que primera fuerza opositora, no se le podía cerrar el acceso a una de las seis vicepresidencias de la cámara.
Esta formación tiene 91 diputados y es la tercera fuerza del Parlamento, por detrás del bloque conservador de la canciller alemana, Angela Merkel, con 246 escaños, y de su socio en la gran coalición, el Partido Socialdemócrata (SPD), con 152 puestos.
La formación ultraderechista, que asimismo cuenta con representación en las dieciséis cámaras regionales de los «Länder» (estados federados), había intentado ya en la sesión constituyente de la actual legislatura acceder a una de las vicepresidencias.
Entonces su aspirante era Albrecht Glaser, de 77 años e identificado con el ala más radical de AfD.
A continuación, AfD optó por presentar la candidatura de Harder-Kühnel, pese a que dentro del propio partido se la consideraba demasiado moderada para representar al conjunto de la formación.
Antes de la votación de hoy, que fue secreta, algunos diputados tanto del bloque conservador -como el jefe de este grupo parlamentario, Ralph Brinkhaus- como del opositor Partido Liberal habían expresado que la apoyarían.
El Bundestag contempla una vicepresidencia para cada grupo parlamentario -en la actualidad son seis, incluida AfD- que se somete al voto de los diputados y que habitualmente recibe el respaldo de la mayoría necesaria, sin mayores dificultades.
En el caso de AfD se rompió esa norma no escrita, por el rechazo mayoritario del resto del hemiciclo.
