La ultraderecha española quiere renacer con una ‘cruzada’ contra el ISIS

| 19 agosto, 2016

Unos 1.000 españoles se han interesado por unirse a la lucha contra los yihadistas en Irak y Siria, la nueva causa de muchos grupos de extrema derecha. Algunos están ya sobre el terreno.

juanmanuelsoriaTNSFERRÁN BARBER. EL CONFIDENCIAL.- Alrededor de un millar de españoles se han interesado hasta la fecha por unirse a las milicias que combaten al Estado Islámico desde el Kurdistán iraquí. Les alienta, entre otras cosas, la llamada a la ‘cruzada’ y a la lucha armada realizada por los responsables de la página de Facebook ‘Apoyo voluntario a los españoles contra Daesh’, que administran el falangista Jesús Muñoz Martínez y el ultra valenciano Juan Manuel Soria, quien en la actualidad se halla en Sinyar (Irak)proporcionando entrenamiento militar a una unidad irregular de combatientes de la minoría yazidí.

Muñoz, en la actualidad responsable de comunicación de la organización de extrema derecha Trabajadores Nacionales Sindicalistas (TNS), culpa “al Gobierno de Madrid y a las trabas impuestas por el CNI” de que el número final de candidatos que en verdad se han desplazado hasta el país sea muy inferior al de los que desean hacerlo. “En realidad, son más de 1.000, pero nadie va a hablar de eso”, dice.

“No han logrado impedir que nuestro crecimiento sea imparable”, añade. “Yo le ofrecí a Simón [Juan Manuel Soria] hacerme cargo de la página para facilitarle la tarea, y esta ha ido creciendo hasta acercarse a los 15.000 usuarios”. A día de hoy, y transcurridos algunos días desde la entrevista telefónica mantenida con el falangista, pasan ya de 16.000, pocos menos que los votos que obtuvo la lista de España en Marcha que Muñoz encabezó en las europeas de 2014, bajo el acrónimo de LEM. Esta candidatura agrupaba a franquistas, falangistas y neonazis de formaciones como Alianza Nacional, La Falange, el Nudo Patriótico Español, Democracia Nacional y el Movimiento Católico Español.

En su lista, figuraban cinco de los detenidos por el ataque a la Librería Blanquerna de Madrid en la Diada de 2013, así como dos ultras encarcelados en 2006 portenencia de material explosivo, destinado presuntamente a cometer atentados en el País Vasco. “Gloria a los héroes de Blanquerna”, ha venido repitiendo el cabeza de lista de Falange desde entonces en buena parte de los actos de su organización, mientras hacía llamamientos a combatir la islamización de España, las autonomías y la llegada de inmigrantes.

Juan Manuel Soria (derecha) y otro voluntario extranjero, durante una conmemoración del genocidio del pueblo yazidí.
Juan Manuel Soria (derecha) y otro voluntario extranjero, durante una conmemoración del genocidio del pueblo yazidí.

Pese a las dificultades que mencionan, los tradicionalistas aseguran que acaba de llegar una partida nueva de voluntarios procedentes de nuestro país, cuyo número e identidad no han revelado todavía. La principal preocupación de todos ellos es buscar una fórmula legal que les permita retornar después a España sin que un juez les impute por pertenencia a banda armada y tenencia ilícita de armas, tal y como sucedió, entre otros, con los dos comunistas que combatieron en Rojava junto a los izquierdistas kurdos.

Evitando responsabilidades penales

Entre los comentarios de los usuarios de la página de Muñoz, se insinúa que han dado con una fórmula legal para eludir las responsabilidades penales: hacerse con una licencia turca de armas y adherirse a algún grupo no incluido en el listado internacional de organizaciones terroristas. En el mismo sentido, Muñoz ha repetido de forma reiterada que el caso de Soria y el resto de los españoles en Irak es diferente al de los izquierdistas encausados, dado que poseen una licencia legal de armas y se han adherido a un ejército, en lugar de combatir con el PKK, una milicia incluida en el listado internacional de organizaciones terroristas. En realidad, los comunistas combatieron del lado de las Unidades de Protección Popular (YPG), tácitamente reconocidas por los Estados Unidos como uno de sus aliados en la lucha contra el ISIS, en Siria.

Al menos, una parte significativa de los reclutamientos ha sido realizada por la organización Dwekh Nawsha Francia, y fueron inicialmente dirigidos hacia la base de la milicia asiria homónima de la que los galos tomaron el nombre. La Dwekh Nawsha (‘los que se inmolan’, en asirio) original, en Irak, es una pequeña partida militar creada por el Partido Patriótico Asirio (APP, según sus siglas inglesas), una formación secular sin representación parlamentaria y desprovista de ideología, más allá de su nacionalismo conservador asirio. Su principal responsable, Emmanuel Khosaba, decidió crear el grupo armado con un puñado de aldeanos cristianos (no más de una docena y media, en sus mejores momentos iniciales) poco después de que el llamado Estado Islámico ocupase el área cristiana de los Llanos de Nínive, hace dos años.

Contrariamente a lo que se ha venido sosteniendo, no es una organización católica ni ultra. Franceses e iraquíes se niegan a aclarar cuál es el vínculo preciso que conecta a ambos grupos, pero no hay duda de que ha sido cortejado por la mayor parte de los grupos europeos que reclutan voluntarios para Irak, a menudo entre simpatizantes de Pegida o formaciones políticas europeas islamófobas con experiencia militar. Según Muñoz, Soria influye a menudo en la elección de los españoles que se envían a Irak a través de Dwekh Nawsha Francia.

Pese a que su importancia militar en el conflicto es apenas significativa, Dwekh Nawsha (DN) terminó por convertirse en poco menos que emblemática gracias, sobre todo, a su hábil manejo de las redes y a las medias verdades extendidas por algunos voluntarios occidentales alentados por razones más políticas que religiosas. Mientras la mayoría prefería guardar silencio, otros han pretendido combatir en una guerra ofensiva contra el Daesh que, en realidad, acaba de empezar. A ello hay que añadir el hecho de que Dwekh Nawsha fuera una de las pocas unidades que aceptaban a extranjeros. Hasta principios del pasado mes de mayo, no tuvieron que rechazar ningún ataque del Daesh que merezca tal nombre. Lo hicieron en compañía de varios miles de ‘peshmergas’, SEAL norteamericanos y las otras dos milicias cristianas allí destacadas. Esta misma semana, los ‘peshmergas’ han repelido otro ataque en la zona donde se halla Soria. Sinyar ha sido atacado por medio millar de combatientes del Estado Islámico procedentes de Mosul, mientras las fuerzas kurdas que ya avanzan hacia la capital iraquí del ISIS han conseguido cercar a los yihadistas por el norte y por el este.

“Los españoles que todavía siguen en el área yazidí de Sinyar están haciendo formación en este momento por cuestiones legales”, asegura Muñoz, en alusión, entre otros, al autodenominado Simón de Monfort, conocido por la Justicia española como Juan Manuel Soria Monfort. Este valenciano tomó el nombre de un cruzado sanguinario ampliamente glosado en las crónicas históricas por su crueldad y por el trato despiadado que dispensó a los cátaros durante la cruzada albigense, a quienes asesinó y mutiló por cientos. «Mátalos a todos y Dios elegirá a los suyos».

Convocatoria de un acto organizado por Falange sobre combatientes españoles contra el Estado Islámico.
Convocatoria de un acto organizado por Falange sobre combatientes españoles contra el Estado Islámico.

Distintos motivos, distintas ideologías

Soria fue candidato al Congreso de los Diputados por el partido de ultraderechaAlianza Nacional en las elecciones generales del año 2008, además de miembro del Frente Antisistema. Fue juzgado y absuelto como presunto cabecilla de esa banda (eludió la condena gracias a que se invalidaron las escuchas telefónicas), y condenado a dos años de prisión por extorsionar a un cura valenciano con material sexual. Con el fin de escapar de la Justicia, trasladó su negocio a Marruecos, donde fue retenido por la policía de ese país a petición de la española. Al decir del exmilitar Jesús Muñoz, lo primero que hará Soria al regresar a España esemprender acciones legales contra los periodistas que le identificaron. Lo cierto es que el ultra valenciano facilitó su nombre en la primera publicación de su grupo de Facebook, al proporcionar un enlace a la página desde la que pedía dinero para su cruzada.

Buena parte del éxito de esta llamada a la lucha armada guarda estrecha relación con la actividad proselitista que Muñoz y Soria están realizando a través de las redes sociales en colaboración con otras formaciones de ultraderecha. Desde que Muñoz se hizo cargo, la página se viene utilizando para difundir el ideario de La Falange y del sindicato afín TNS. Entre sus usuarios, menudean los comentarios violentos, islamófobos y contrarios al papa Francisco, a quien acusan de “vender la cristiandad al moro”. Asimismo, sus muros han sido utilizados para dirigir comentarios intimidatorios e injurias a varios periodistas ajenos a su entorno ideológico.

En una entrevista realizada mediante cuestionario, Soria aseguraba hace unos días que no temía lo que le pudiera hacer “un Gobierno de corruptos”. La unidad en cuyo entrenamiento ha colaborado el valenciano es conocida como Fuerzas de Protección Yazidí, una milicia creada por Hayder Sheso en el verano de 2014, tras el genocidio de su pueblo. Tiene un mayor número de efectivos que las Unidades de Resistencia de Sinyar, pero a diferencia de estas, no se halla vinculada al PKK. Soria admite que estuvo pensando seriamente en la posibilidad de ir a combatir a Siria, lo que, llegado el caso, situaría a un ultra español antisistema, abierto simpatizante de Alianza Nacional o el Movimiento Social Republicano, bajo un escenario militar controlado por kurdos antifascistas, el llamado territorio de Rojava. La organización francesa que le reclutó se ha negado a realizar declaraciones sobre los criterios que se siguen para la selección de voluntarios. En su manifiesto fundacional, aseguran, sin embargo, que serán sistemáticamente rechazados los fascistas, los nazis o los candidatos “muy politizados”.

Por otra parte, la web que gestiona el falangista Jesús Muñoz, en representación de Soria y otros, no es la única ‘website’ española que ha recibido una avalancha de solicitudes de hispanohablantes deseosos de defender la cristiandad. Existe una página de Facebook anterior, y sin ninguna orientación o fin político específico, queafirma haber recibido 421 mensajes, de los cuales el 90% procedía de iberoamericanos, especialmente de Argentina y de México, por ese orden.

Combatientes de las YPG, en la localidad asiria de Tel Jumaa, Siria, en febrero de 2015. (Reuters)
Combatientes de las YPG, en la localidad asiria de Tel Jumaa, Siria, en febrero de 2015. (Reuters)

El administrador de la citada página -‘Resistencia cristiana en Siria y en Iraq’- asegura que está creciendo el número de quienes se limitan a enviar un simple “Dios les bendiga”, sin mostrar ningún interés por desplazarse a Irak a combatir. Eso sí, a todos ellos les alientan motivos religiosos. “Queremos dejar bien claro que en ningún momento hemos animado a nadie a pelear”, nos dice. En su opinión, la utilidad militar de estos voluntarios es escasa, “aunque hay que admitir que han tenido efectos positivos a la hora de dar a conocer qué está pasando allá y de atraer a medios de todo el mundo”.

Donaciones, trabajo humanitario y combatientes

En Francia, se han realizado también reclutamientos a través de una unidad apenas mencionada por la prensa y denominada Lafayette, aunque no consta que sean de españoles, y este diario ha confirmado igualmente que al menos otros 10 españoles han solicitado unirse a una empresa sin ánimo de lucro creada por el norteamericano Matthew Van Dyke para prestar servicios militares a minorías de lugares en conflicto. La entidad en cuestión se denomina Sons of Liberty International (SOLI) y, según reveló El Confidencial a principios de este año, anduvo en pugna con una organización asirio-norteamericana que pretendía recurrir al fundador de Blackwater, Jamey Smith, para entrenar a las milicias. Lo que se hallaba en juego eran los contratos de la milicia fundada por el Movimiento Democrático Asirio, las llamadas NPU. Finalmente, han entrenado tanto a Dwekh Nawsha como a las Niniveh Plain Forces, otra unidad cristiana que combate bajo bandera kurda.

Según nos explica Van Dyke en Erbil, además de estos 10, otros cuatro han contactado con él para realizar labores humanitarias. “Las motivaciones que los alientan están abrumadoramente concentradas en sus creencias religiosas. Quieren ayudar a los cristianos”, dice Van Dyke. Además, hay “un número considerable de españoles” que ha realizado donaciones económicas.

Otro voluntario español, autodenominado Juan ‘Astray’ el legionario, ha conseguido atraer la simpatía de miles de sus compatriotas gracias a su sincero compromiso con la causa que defiende y el modo peculiar y franco con el que narra su día a día en las redes sociales. ‘Astray’ -públicamente desvinculado de los ultras- fue devuelto a España desde Estambul por las autoridades turcas en su primer intento de alcanzar el Kurdistán, pero posteriormente logró regresar a Irak por otra vía.

El legionario Juan 'Astray', en Irak.
El legionario Juan ‘Astray’, en Irak.

Se da la paradoja de que todos estos occidentales, deseosos de unirse a una cruzada cuya existencia niega incluso el Papa, están saltando sobre los deseos de los líderes religiosos y políticos asirios de Irak, quienes han afirmado de forma reiterada que no resulta conveniente para su pueblo que se aliente la idea de un conflicto sectario y religioso. La semana pasada, el patriarca caldeo Louis Raphael Sako -máxima autoridad de esa iglesia iraquí de obediencia vaticana- aseguraba que era una terrible idea que los cristianos constituyeran milicias o aprobaran la violencia.

De una forma mucho más explícita, el más importante líder asirio de Irak, Yonnadam Kanna, aseguró recientemente que los cruzados españoles y, en general, occidentales, no son bienvenidos en el país. En opinión del máximo responsable de ADM, los europeos que han extendido la falsa idea de cruzada y de guerra religiosa están haciendo un flaco favor a su pueblo. Primero, porque no se precisan efectivos. Y segundo, porque, de algún modo, alimentan el mito de que los cristianos orientales son traidores al servicio de Occidente, lo que, en última instancia, fue el catalizador del genocidio asirio-greco-armenio de Turquía durante la Primera Guerra Mundial.

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