La resistencia a Vox en Madrid empieza en Usera

, , | 9 diciembre, 2018

Vecinos del distrito multicultural del sur de la capital, donde el 30% de residentes han nacido fuera de España, se han organizado para evitar un triunfo de la extrema derecha como en El Ejido

En Usera, el distrito madrileño que celebra a lo grande la procesión de la boliviana Virgen de la Urkupiña o el año nuevo chino, la multiculturalidad es una idea con enemigos. Hace tres semanas con ocasión del día internacional de la tolerancia, las asociaciones de vecinos empapelaron las calles con carteles que promovían la identidad plural de sus barrios. En menos de una hora habían desaparecido, dice Miguel Pérez, socio de la Asociación de Vecinos de Moscardó, que cree que fueron retirados por simpatizantes de extrema derecha. «Nos ha surgido un grano en el culo», se lamenta Pérez, un vecino de 56 años que ha vivido media vida en Usera.

Muchos vecinos de este distrito del sur de Madrid, donde el 30% de la población nació fuera de España, temen que se esté dando el caldo de cultivo perfecto para un ascenso de Vox. El domingo pasado vieron con alarma el resultado de las elecciones andaluzas que mostraron la popularidad del partido de extrema derecha en municipios con mucha inmigración, como El Ejido o Algeciras. La noticia confirmó sus miedos y ahora se proponen redoblar sus acciones de cara a las elecciones de la primavera.

La pegada de carteles por la tolerancia había sido una iniciativa sin precedentes de 37 asociaciones como reacción a «la proliferación de comportamientos incívicos, antidemocráticos o abiertamente racistas y xenófobos». Las asociaciones, que no mencionan explícitamente a Vox, quieren evitar que una minoría convierta a los inmigrantes en los chivos expiatorios por problemas endémicos de los barrios como la suciedad o la delincuencia. No ha crecido el racismo organizado, pero sí los brotes de xenofobia cotidianos, sobre todo en redes sociales, según los vecinos.

El día de la tolerancia las asociaciones montaron siete mesas informativas y difundieron folletos y pegatinas con el hashtag #UseraConvive y un dibujo multicolor que representa a personas de distintas comunidades. También acordaron que en la cabalgata de Reyes del distrito una de las carrozas tenga por tema la tolerancia. La iniciativa había sido precedida el año pasado por una campaña del Ayuntamiento contra los rumores racistas.

Para la concejala del distrito, Rommy Arce, las medidas tienen carácter preventivo. «Necesitamos un cortafuegos para frenar el avance de Vox», le dice a este diario Arce. Ella misma, de origen peruano, ha sido objeto de ataques verbales racistas en redes y en los plenos. «Vamos a ser firmes en defensa de un distrito mestizo».

Vox dice que tiene datos internos que le auguran un fuerte crecimiento en el sur de Madrid. «Vamos a doblar esfuerzos en Madrid Sur. Los datos nos dan un movimiento electoral telúrico», afirma a este diario Rocío Monasterio, la presidenta de Vox Madrid. Según Monasterio, las andaluzas han dado un fuerte impulso al partido. Afirma que Vox ha inscrito durante esta semana a 1.000 nuevos afiliados al día, muchos de clase media y obrera. «El aluvión de afiliaciones no es de gente con alto nivel adquisitivo», dice Monasterio.

El partido rediseñó su estrategia hace un año y medio para crecer en los barrios obreros del sur de Madrid. Reclutó a coordinadores de distrito y se dio a conocer a los vecinos con mesas informativas en plazas de barrio. Los dirigentes del partido justifican su discurso duro en inmigración alegando que los inmigrantes legales son los propios interesados. «A los que llevan años esperando la cola para poder trabajar en España les molesta que vengan otros a saltársela», dice Monasterio.

Vox volverá a las calles de Usera y otros distritos del sur en enero tras definir su estrategia de cara al superdomingo electoral del 26 de mayo, que incluirá voto a candidatos municipales, autonómicos y europeos, así como un posible adelanto de las elecciones generales.

Sin embargo, no todos creen que Vox pueda replicar su éxito de El Ejido en Usera. Otros partidos similares en Europa no tienen apoyo fuerte en las grandes capitales, donde la aceptación de la diferencia es mayor. «La distancia entre campo y ciudad es una variante clave en el ascenso de la extrema derecha.», dice Narciso Michavila, encuestador de GAD3.

Los encuestadores advierten que predecir cómo se comportará el voto de extrema derecha en Madrid es una tarea ardua debido a la novedad del fenómeno. Como en Andalucía, los expertos pronostican que Vox recibirá buena parte de su apoyo de caladeros conservadores que históricamente han apoyado al Partido Popular como el distrito de Salamanca, pero detectan que otro bloque de votantes considerable proviene de estratos más humildes.

Seis de los 12 escaños ganados en Andalucía por Vox proceden de voto del PP, según Michavila. Alrededor de un 10% eran votantes de izquierda desencantados y otro grupo considerable eran nuevos votantes o antiguos abstencionistas.

Usera es parte del histórico cinturón rojo del sur de Madrid, donde la izquierda sigue exhibiendo fuerza como sucedió en las municipales de 2015 cuando Ahora Madrid, respaldado por Podemos, ganó en el distrito de 136.000 residentes. Pero el voto en Usera tiene carácter pendular: en las municipales de 2011 el PP fue el partido más votado en parte gracias a que la abstención de la izquierda fue mayor ese año.

A Vox le podría beneficiar el descontento de muchos vecinos con un gobierno municipal que despertó esperanza en una mejora de las condiciones de los barrios tras 24 años de dominio municipal del PP. «En el barrio hay malestar porque sienten que no ha habido mejoras después del proceso de deterioro que comenzó con la crisis económica”, afirma el presidente de la Asociación de Vecinos de Orcasitas Juan Cordero.

“La gente no ha notado las mejoras en los servicios municipales», dice el presidente de la Asociación de Vecinos de Moscardó, José Antonio Martínez. Tampoco ha mejorado en estos años el bolsillo de los vecinos. Seis de los siete barrios de Usera se encuentran entre los 15 más pobres de la ciudad de Madrid, según datos del Ayuntamiento. El 44% de los 11.000 parados de Usera son de larga duración.

La combinación de pobreza, sensación de abandono por parte de las instituciones y el alto número de inmigrantes puede ser el cóctel perfecto para el triunfo de los populistas, advierte Óscar Iglesias, politólogo de la UNED. “En esos entornos ese discurso maniqueo que enfrenta a españoles contra inmigrantes por las ayudas les funciona, aunque no sea real”, añade Iglesias.

Concejal «demonizada»

En Usera, la visibilidad de los inmigrantes ha aumentado desde que Arce fue elegida concejala en 2015, lo que supuso un hito al convertirse en la primera inmigrante que asume un cargo de votación pública en el Ayuntamiento de Madrid.

Arce denuncia que una minoría la ha demonizado por ser mujer, inmigrante y de izquierdas. En redes sociales y en los plenos ha sido víctima de ataques por su raza o su país de origen. En septiembre, mientras Arce daba un pregón antirracista por las fiestas de la Melonera un grupo de manifestantes la increpó. Una mujer de 70 años simpatizante de Ahora Madrid sufrió una rotura de una costilla por la agresión de uno de los manifestantes. El caso ha ido a juicio.

Algunos vecinos se quejan de que la concejala Arce no ha escuchado las demandas vecinales y ha hecho declaraciones que en su opinión están fuera de tono. Tras la muerte en mayo del inmigrante senegalés Mame Mbaye, Arce publicó varios tuits que responsabilizaban a la Policía y otras instituciones de la muerte del joven, que vendía en las calles del centro de la ciudad sin licencia. La autopsia desveló que tenía un problema cardíaco congénito. “Cada vez que Rommy habla sube el voto a Vox”, dice Martínez.

Durante sus más de tres años de mandato Arce ha incrementado los esfuerzos para combatir el racismo y ha dado más prominencia a las celebraciones inmigrantes. Entre otras medidas, ha contratado a mediadores chinoparlantes para atender a la comunidad china, la mayoritaria con 7.668 inmigrantes de ese país.

Sin embargo, el edificio de la junta de distrito sigue mostrando la información únicamente en español, salvo una piedra que da la bienvenida con la palabra “Dragón”. Tampoco tiene información en otros idiomas el cercano Centro de Participación e Integración de Inmigrantes, de la Comunidad de Madrid.

La campaña contra los rumores para contener el discurso de odio ha supuesto la celebración desde el año pasado de 21 talleres en los que se han formado 300 vecinos. La idea, copiada de la experiencia de Barcelona y otras ciudades de Europa, es que actúen como “agentes” que vigilan en su entorno la propagación de estereotipos racistas.

Un vecino boliviano que lleva 20 años en Usera, Lan Bolaños, dice que le ha disgustado ver insultos racistas recientemente en páginas de Facebook usadas por cientos de vecinos del distrito, pero precisa que solo unos cuantos propagan el odio: “Lo bueno de las redes sociales es que hay gente no latina del barrio que da la cara y nos defiende”.


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