La interminable exhumación de García Morato: Málaga vuelve a pedir la exhumación del aviador franquista de la Iglesia del Carmen

| 11 febrero, 2020

La Comisión municipal de Memoria Histórica insiste en ejecutar el acuerdo de Pleno para trasladar los restos del más famoso aviador franquista de la Iglesia del Carmen

NÉSTOR CENIZO. ELDIARIO.ES.- Joaquín García Morato fue un as de la aviación que puso su pericia al servicio del golpe de Estado. Participó en algunos de los más sangrientos bombardeos de la aviación franquista sobre ciudades como Jaén o Antequera, y falleció, ironías del destino, víctima de un accidente aéreo tres días después del fin de la Guerra Civil. Hasta ahora, sus restos mortales reposan en la Iglesia del Carmen de Málaga. La Comisión de Memoria Histórica del ayuntamiento acordó este martes solicitar a la familia y a la Iglesia el traslado de sus restos.

Es la segunda vez que un órgano del Ayuntamiento de Málaga aborda la exhumación de los restos de García Morato. En julio de 2018 el Pleno aprobó con mayoría simple, a instancias del grupo municipal Málaga Ahora, una moción por considerar que su ubicación es «contraria a la dignidad de las víctimas de la guerra civil y el franquismo». La moción no contó con el voto favorable del PP y, como otras mociones plenarias, no se ha cumplido.

En esta ocasión, la propuesta del grupo socialista para impulsar el traslado de los restos de García Morato sí ha contado con el consenso de todos los partidos que participan en la Comisión de Memoria Histórica, incluyendo a Susana Carrillo (PP) y Noelia Losada (Ciudadanos, que sostiene el gobierno municipal), según varios asistentes a la reunión. No hubo votación formal pero sí la postura común a favor de iniciar el proceso.

El ayuntamiento dice que «no le corresponde decidir»

A última hora de la tarde, el ayuntamiento emitió un comunicado en el que asegura que «no le corresponde decidir» sobre los restos del aviador. «Lo que se haga será decisión de la iglesia del Carmen, que depende de la Diócesis de Málaga, y de los familiares de García Morato», señaló. También aclaró que «se dará traslado» al Obispado del acuerdo que alcanzó el Pleno en 2018. 

«Se ha acordado requerir al titular del templo, la Iglesia Católica, para que dé cumplimiento a la ley», explica Pedro Moreno Brenes, presidente de la asociación de memoria histórica de Málaga, presente también en la Comisión. Sin embargo, Moreno Brenes advierte de que el órgano no es ejecutivo y de que la ejecución concreta corresponde al ayuntamiento.

El PSOE se arrogó este martes el éxito de la iniciativa. Debe salir de la Iglesia del Carmen «porque no merece mayores honores», dijo su portavoz, Daniel Pérez, que celebró que el ayuntamiento diera su «visto bueno» a la retirada de los restos del aviador del lugar de culto «a instancias del PSOE». Eduardo Zorrilla, portavoz de Adelante Málaga, matiza: «No es una propuesta nueva ni del PSOE».

En la Comisión también se abordó el retraso en ejecutar el cambio de nombre de la Avenida Carlos de Haya por la denominación Camino de Antequera, acordado por unanimidad en Pleno a finales de 2017, pero nunca ejecutado. Carlos de Haya fue otro destacado aviador franquista, y cuñado de García Morato.

El Obispado de Málaga ha declinado valorar la noticia.

Un acróbata partícipe del bombardeo de Jaén

Joaquín García Morato (Melilla, 1904 – Madrid, 1939) fue un as de la aviación. Acróbata del aire y profesor de vuelo, el título de sus dos libros da idea de su especialidad: Vuelo sin visibilidad exterior Acrobacia aérea. Sin embargo, sobre la biografía de este amante de la filigrana pesan algunos de los peores crímenes de la Guerra Civil.

El golpe de Estado ocurrió con el aviador en Inglaterra, pero regresó rápidamente para ponerse al servicio de la causa golpista. Participó en la batalla del Jarama, en el asedio a Antequera o en el bombardeo indiscriminado sobre Jaén, una operación de castigo y terror ordenada por Queipo de Llano.

Durante años, el bombardeo de Jaén se atribuyó a pilotos alemanes, pero hoy se sabe que fue ejecutada por pilotos españoles al mando de seis bombarderos Juncker como los que integraban la Legión Condor. Murieron al menos 150 jiennenses, una cifra de víctimas superior a la de otros crímenes emblemáticos como el de Gernika. García Morato estaba al frente de la escuadrilla de cazas encargada de custodiar a los bombarderos que dejaron caer 76 proyectiles sobre la ciudad, donde no había objetivos militares.

Sobrevivió a la guerra, pero encontró la muerte apenas tres días después, el 4 de abril de 1939. Se estrelló con su avión 3-51 mientras realizaba un vuelo de exhibición. Fue enterrado con honores en Málaga, de donde era natural su esposa, hija del famoso doctor y alcalde José Gálvez Ginachero. El franquismo usó su prematura muerte como una de las primeras muestras de adhesión al régimen.

Enterrado inicialmente en el Cementerio de San Miguel, desde 1971, sus restos se custodian en la Capilla de la Misericordia de la Iglesia del Carmen, en el barrio de El Perchel. García Morato era, desde 1938, Hermano Mayor de la Cofradía. Su mujer fue nombrada «Camarera de Honor» de la Virgen en 1971, en agradecimiento por la donación de la Cruz Laureada de San Fernando, que se colocó en el pecho de la imagen. 

«Joaquín García Morato y Castaño. Primer Conde del Jarama. Comandante de Aviación», se lee en la lápida vertical, bajo una imagen de la Virgen de Loreto, patrona de la Aviación. En la Hermandad explican que su vinculación con García Morato radica en la conexión con el Ejército del Aire, Hermano Mayor Honorario de la Cofradía. Aclaran también que no se le realiza ningún homenaje.

Además, García Morato sigue dando nombre a la avenida malagueña en la que se sitúa el aeropuerto. Hubo también una calle García Morato en Antequera, hasta que el Pleno de este municipio decidió cambiar el nombre en 2017, y sigue existiendo una calle en su recuerdo en Utrera (Sevilla).

La visita de María Dolores de Cospedal

A García Morato, nombrado Conde de Jarama en 1950, se le atribuye el derribo de 40 aviones enemigos, lo que le valió la concesión de distinciones como la Cruz Laureada de San Fernando, la más importante que puede recibir un militar. Salió ileso de 511 servicios de guerra y 56 combates aéreos, según su biografía oficial.

María Dolores de Cospedal, por entonces ministra de Defensa, visitó la tumba de García Morato durante la Semana Santa de 2017. Aunque la congregación religiosa tuiteó «la visita a los restos de Joaquín García-Morato», el ministerio desmintió que se tratara de un homenaje y la cofradía acabó eliminando el tuit.

Ensalzado por el franquismo, hasta hace no demasiado era también un «héroe indiscutible» para el Ejército del Aire, que le rendía honores en su web, tal y como publicó eldiario.es/Andalucía. Allí se le definía como un «destacado acróbata» con «especial arrojo», capaz de lograr «un prestigio legendario». Hoy, la web con la biografía del comandante García Morato ya no es accesible, pero sus restos reposan en la misma capilla.

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