La extrema derecha sigue siendo la principal amenaza para la estabilidad interna en Alemania.

, | 7 junio, 2022

El Periódico.- Las autoridades apuntan a la pandemia y la guerra en Ucrania como factores que podrían acelerar las estructuras ultras históricas del país.

Cambia el color del Gobierno en Alemania, pero no la opinión de sus autoridades sobre cuál es la principal amenaza para el orden constitucional y la estabilidad interna del país. “La mayor amenaza extremista para nuestra democracia sigue siendo el extremismo ultraderechista”, ha dicho este martes la ministra federal de Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, en la presentación del informe anual elaborado por la Oficina Federal de la Defensa de la Constitución (BfV, en sus siglas en alemán). Su mensaje es idéntico al lanzado el año pasado por el socialcristiano Horst Seehofer, el ministro de Interior del último gobierno de Angela Merkel.

La argumentación de Faeser es la misma que la de los que llevan años advirtiendo que el terrorismo ultraderechista es una amenaza constante desde hace décadas en Alemania: es en ese espectro ideológico donde se observa una mayor disposición a usar la violencia contra enemigos políticos, minorías o contra el propio Estado y sus representantes – diputados, alcaldes, policías, etcétera –.

Las estadísticas del actual informe así lo confirman: del total de 33.476 crímenes con trasfondo ideológico registrados a lo largo del 2021 por la BfV, más de 20.357 fueron clasificados de ultraderechistas, 6.142 de ultraizquierda, 409 de motivación religiosa – siendo el salafismo o el islamismo radical las principales amenazas – y 776 de ideologías extranjeras – entre las que se encuentran servicios secretos o de inteligencia de terceros países –. El resto de los crímenes ideológicos registrados no pudo ser clasificado en ideología alguna.

 Guerra y pandemia

La BfV calcula que hay unas 33.900 personas adscritas ideológicamente al espectro de la extrema derecha, 13.500 de las cuales son violentas. Las autoridades insisten en que la estrategia de estos sectores es ganar apoyo entre segmentos de la población no radicalizados. Para ello, usan acontecimientos como la llegada de cientos de miles inmigrantes de 2015 – en la conocida popularmente como “crisis de los refugiados” – o las catastróficas riadas sufridas en el oeste de Alemania el pasado verano. El actual aumento de los precios podría ser el nuevo escenario usado por la extrema derecha extraparlamentaria para capitalizar el descontento social.

El clima de tensión generado en determinados sectores de Alemania por la guerra en Ucrania, sumado a las restricciones de la vida pública adoptadas durante los dos últimos años, parece haber acelerado además un fenómeno que ya se venía observando en informes anteriores: la radicalización de los llamados “lobos solitarios” – atacantes sin una estructura de apoyo conocida – a través de Internet. Dos de los dos últimos atentados ultraderechistas registrados en Alemania – contra una sinagoga de Halle y contra ciudadanos de raíces migrantes en Hanau – fueron cometidos aparentemente por “lobos solitarios”. 

Ideología “siege”

La palabra “siege” – cerco o sitio en inglés – ocupa un lugar destacado en el último informe de la BfV. “La llamada escena siege juega cada vez un rol más importante. Sobre la base de una ideología racista y antisemita, propaga el derrocamiento del sistema a través de una resistencia sin líderes y fomenta ataques terroristas contra minorías y representantes del sistema”, ha explicado este martes Thomas Haldenwang, el presidente de la BfV.

Este movimiento, que tiene su origen en EE. UU. y está ligado a la teoría del aceleracionismo – una aceleración de las contradicciones del sistema capitalista que lo acabe hundiendo –, está especialmente activo en el mundo digital y tiene en la población joven uno de sus principales objetivos, asegura Haldenwang.

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