La comunidad internacional clama contra la escalada de violencia en Gaza

, | 16 mayo, 2021

  • Los equipos de rescate buscan supervivientes bajo las ruinas mientras la población de la Franja abandona sus hogares en busca de un lugar seguro donde protegerse de los bombardeos israelís
  • Israel defiende ante la ONU su ofensiva y Borrell convoca una reunión extraordinaria de ministros de la Unión Europea el próximo martes

El Periódico.- La comunidad internacional se ha pronunciado este domingo con más ahínco contra la alarmante violencia en Oriente Próximo, ante el temor de que el conflicto se convierta en «incontrolable», según ha avisado el Consejo de Seguridad de la ONU, que no obstante se ha cuidado de tomar mayor posición ni condenar de manera oficial los ataques israelís en Gaza por el bloqueo estadounidense a publicar una declaración conjunta. “Este insensato ciclo de derrame de sangre, de terror, de destrucción, debe cesar inmediatamente”, ha dicho el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres. En la Franja, buscan a supervivientes entre las ruinas tras la peor noche de bombardeos y exigen mayor acción de los actores internacionales. 

A su vez, Josep Borrell, jefe de la diplomacia de la Unión Europea, ha anunciado la convocatoria de una reunión extraordinaria de ministros de Exteriores de la UE para tratar el conflicto el próximo martes. Los ministros “coordinarán y discutirán la mejor manera que la UE puede contribuir a poner fin a la violencia actual” ante la actual «escalada entre Israel y Palestina y el inaceptable número de víctimas civiles», ha añadido el alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Hace un par de días, Borrell condenó el “lanzamiento indiscriminado de cohetes de Hamás” e insistió en el “apoyo de la UE a la seguridad de Israel”.https://d-27121582303145413752.ampproject.net/2105072136000/frame.html

“Estados Unidos dijo claramente que está preparado para dar su apoyo y buenos oficios a fin de que las partes busquen un alto el fuego”, ha dicho la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, durante la sesión de este domingo. “Israelíes y palestinos tienen el mismo derecho a vivir en seguridad”, ha añadido en el tercer encuentro de la organización desde el inicio de la escalada. Desde entonces, la administración Biden ha insistido en el derecho de Israel a defenderse frente a los ataques de Hamás. 

Condena del Papa

Guterres ha alertado de que la violencia “tiene el potencial de desatar una crisis de seguridad y humanitaria incontrolable y de estimular aún más al extremismo” y de “las consecuencias devastadoras para las dos comunidades y para toda la región”. También desde la Santa Sede, el Papa ha pedido el cese de la “terrible e inaceptable” violencia en Gaza y en el seno de Israel. “Los violentos conflictos armados en estos días corren el riesgo de degenerar en una espiral de muerte y destrucción”, ha dicho el papa Francisco. 

Al primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, apenas le rozan estas proclamas. “Estamos actuando ahora, y durante el tiempo que sea necesario, para devolverles la calma y la tranquilidad a los ciudadanos de Israel”, ha declarado. “Tomará tiempo”, ha añadido. Desde los cielos, los bombardeos israelís no dan tregua a los gazatís. En la Franja de Gaza, no tienen tiempo de llorar a sus 188 mártires, entre los cuales se cuentan 55 niños, porque se ven forzados a huir del siguiente ataque. Apenas quedan lugares seguros en la Franja.

Sin vida bajo las ruinas

Durante los últimos siete días con sus siete noches, la milicia palestina Hamás ha lanzado más de 3.000 cohetes a territorio israelí. El Estado hebreo lleva desde el lunes bombardeando civiles en Gaza. Desde la Franja, los gazatís lamentan la destrucción de una infraestructura ya de por sí diezmada por tres lustros de bloqueo egipcio-israelí. Las principales organizaciones humanitarias denuncian los ataques contra sus sedes en el enclave después de que el sábado Israel bombardeara el edificio que albergaba las redacciones de varios medios de comunicación. 

“La situación es aterradora”, ha reconocido Ayman Djaroucha, el coordinador de Médicos sin Fronteras (MSF) en Gaza. “Los ataques aéreos continúan y han causado enorme destrucción alrededor de la clínica y de la oficina de MSF”, ha denunciado Djaroucha. También la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés) ha lamentado que sus oficinas ya no son un lugar seguro. Apenas quedan de esos en Gaza. 

Miles de personas han abandonado sus hogares –o lo que queda de ellos– en el castigado enclave. Son más de dos millones de personas malviviendo en apenas 360 kilómetros cuadrados. Tras la demolición de la torre Yala, sede de medios internacionales, muchos periodistas se han refugiado en los hospitales con la esperanza de que el fuego israelí los respete. El ataque a una de las principales carreteras con acceso al hospital más grande de Gaza indica lo contrario.

Gilad Erdan, embajador israelí ante la ONU, ha calificado “los intentos de comparar a Israel y Hamás” como “legal y moralmente incorrectos”. Tras su intervención, Erdan ha reiterado que “Hamás tiene como objetivo a los civiles” y, en cambio, “Israel apunta a terroristas”. A su vez, el ministro de Relaciones Exteriores palestino, Riad al Maliki, ha podido dirigirse al Consejo de Seguridad. “No hay palabras para describir los horrores que está soportando nuestro pueblo”, ha dicho antes de instar a la presión internacional.

“¿En qué momento se van a escandalizar?”, ha exhortado al Maliki en alusión al rechazo de Estados Unidos de aprobar una declaración. Washington considera que un comunicado del Consejo sería “contraproducente” y apuesta por las gestiones diplomáticas para lograr un alto el fuego. El gran beneficiado de la inquebrantable alianza entre EEUU e Israel es Netanyahu. En medio de esta vorágine de violencia, pocos recuerdan el juicio por corrupción al que se enfrenta el primer ministro.

Bibi, superviviente

Con esta ofensiva, Netanyahu muestra de nuevo su impecable habilidad como estratega político. A apenas dos semanas de que termine el mandato de su opositor para formar gobierno, Bibi no tiene prisa para detener la violencia. El escenario en las ciudades mixtas con linchamientos entre la población palestina y judía en el seno de Israel ha sido una sorpresa mil veces anunciada para el primer ministro interino. 

Pero en una Israel derechista y conservadora, esto rápidamente se olvidará. El país parece abocarse a las quintas elecciones en dos años en otoño. De nuevo, el implacable Netanyahu vencerá. Como si nada hubiera ocurrido. Bibi sí que sabe sobrevivir.

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