La célula yihadista utilizaba como oficina la carnicería de la mezquita central de Madrid

| 19 junio, 2019

El clan Kutayni empleaba sus negocios como pantalla para generar fondos opacos que regaban financieramente a grupos terroristas

BEATRIZ PARERA. JOSÉ MARÍA OLMO.- Financiación del yihadismo desde una carnicería. La célula desarticulada este martes en Madrid utilizaba como despacho la tienda de venta de carne situada en la mezquita central de Madrid, en el barrio de Tetuán. Fuentes de la investigación informan a El Confidencial que el negocio se ha registrado en el marco del operativo en el que se ha detenido a 10 españoles de origen sirio, en busca de documentación que acredite el complejo sistema de financiación opaca del yihadismo que se sospecha lideraba un clan: los empresarios Kutayni.

La carnicería se encuentra en el interior del complejo, donde se instala el Centro Cultural Islámico Abú Bakr. En él conviven distintos negocios. Distribuido en cuatro plantas, la Mezquita Central de Madrid cuenta también con una guardería, salón de actos, consultorio medico y ofrece cursos de religión y lengua árabe. Desde allí, los Kutayni gestionan su vía de salida de efectivo destinada a regar económicamente la actividad de grupos terroristas. El establecimiento, privado, es solo una pieza de todo un entramado empresarial con distintos cometidos y actividades lícitas, tapadera del lado más oscuro del clan.

Golpe contra una célula de financiación yihadista en Madrid

El operativo que estalló este martes arranca con una única persona: Human Kutayni. Detenido en Siria en 2008 por sus vinculaciones con grupos terroristas, en concreto por pertenencia a Fatah al-Islam, vinculada a Al-Qaeda, regresó a España en enero de 2018, una vez recuperada su libertad. Su retorno potenció la investigación sobre el clan al que se imputan ahora una ristra de delitos: blanqueo de capitales, falsedad documental, colaboración y financiación del yihadismo, delito contra la Hacienda pública e inmigración irregular.

La investigación, que centralizan el Juzgado Central de Instrucción 6 y la Fiscalía de la Audiencia Nacional, considera al grupo familiar una organización criminal con ramificaciones y actividad fuera de las fronteras de España. Sus tentáculos alcanzan Turquía, los Emiratos Árabes y Yemen. La célula se movía por motivaciones de tipo ideológico utilizando su red de empresas como tapadera para generar fondos opacos. Una caja B del yihadismo.

La facturación de sus negocios se falseaba e inflaba para generar esta hucha de dinero negro destinado a salir de España con destino Siria. El método empleado para transferir los fondos se conoce como sistema ‘hawala’, que los expertos describen como un canal informal de transferencia de fondos de un lugar a otro a través de proveedores de servicios, en su mayoría trabajadores inmigrantes. El sistema, además de resultar barato, deja poco rastro.

Cartas de invitación

También se ocupaban del blanqueo de capitales a mayor escala. Lavaban fondos mediante facturas falsas a través de sus empresas propias. La pantalla empresarial se utilizaba, además, como apoyo a cartas de invitación que abrían la puerta a la entrada en España de personas con similares impulsos ideológicos y que no sólo permanecían en España sino que saltaban a terceros países.

La operación lanzada por la Policía Nacional se ha saldado con el arresto de ocho varones españoles, un ciudadano con pasaporte sirio y una única mujer de nacionalidad también española. El dispositivo, que ha recibido el nombre de operación Wamor, se está centrando en la ciudad de Madrid y en la cercana localidad de Torrelodones. Los agentes han registrado domicilios y otros establecimientos.

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