Inmigrantes de Lavapiés: «¿Por qué íbamos a destruir el barrio en el que vivimos?»

| 16 marzo, 2018

Algunos vecinos extranjeros del barrio madrileño lamentan las consecuencias de los destrozos producidos tras la muerte de Mmame Mbage, y de los que responsabilizan a «gente de fuera que viene a aprovecharse de la situación y romperlo todo»

ISRAEL VIANA. ABC.- Pasada la medianoche de este jueves se podía ver en Lavapiés a algunos inmigrantes increpando a jóvenes españoles por arrancar los árboles de la plaza Nelson Mandela con motivo de la batalla campal que se produjo durante las protestas por la muerte, a causa de un paro cardíaco, de Mmame Mbage. «Ha muerto mi amigo y vosotros os dedicáis a destrozarlo todo», comentaba un extranjero de origen africano entre lágrimas. A pocos metros, el puesto de Bicimad estaba envuelto en llamas y una moto había sido reducida a cenizas.

Una escena parecida se pudo presenciar en la misma plaza de Lavapiés, donde otro grupo de vecinos abroncaba —con poco éxito— a los radicales que se llevaban los televisores de una sucursal de La Caixa absolutamente destrozada. «¡Qué más os da, si los bancos están asegurados!», gritó otro joven. Mientras un grupo de nueve o diez radicales españoles intentaba dar una paliza y robarle el móvil a un joven que hacía fotos de los actos de pillaje. Tras ser rescatado por los antidisturbios, una adolescente era detenida frente a la (también arrasada) sucursal del BBVA. Era una de las seis personas que acabaron anoche en el calabozo durante los graves disturbios que se produjeron en el famoso barrio madrileño, todas de nacionalidad española. Entre los veinte heridos, 16 policías.

«Algunos de nosotros tenemos cuenta en La Caixa que fue destrozada y lamentamos de todo corazón lo ocurrido», comenta a ABC Ibrahim, un vecino procedente de Senegal que lleva 12 años viviendo en Lavapiés. Su casa está en la calle Cabestreros, a escasos metros de donde ayer falleció su amigo Mmame M., «un chico educado, amable y que no tenía problemas con nadie». «Nosotros nos estábamos manifestando de forma pacífica, pero luego vino gente de fuera del barrio para aprovecharse de la situación y romperlo todo: el mobiliario urbano, los coches, las bicis, los bancos… pero no somos responsables los inmigrantes que vivimos aquí. Algunos dicen que son los antisistema. No sé, pero los detenidos son todos españoles. Nosotros queremos contribuir al mantenimiento de estas calles. ¿Por qué íbamos a destruir el sitio en el que vivimos?», explica este inmigrante legal, que trabaja de recepcionista en La Posada de Huertas.

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