Hungría decreta el ‘estado de crisis’ en dos provincias fronterizas con Serbia

| 15 septiembre, 2015

RefugiadosHungríaEFE.- Las fuerzas de seguridad húngaras han detenido a 16 refugiados al entrar en vigor la pasada medianoche la nueva legislación que impone penas de cárcel a quien cruce la frontera ilegalmente.

Hungría selló ayer su frontera a los refugiados y sólo tramitará peticiones de asilo a ciudadanos de zonas de conflicto con documentación en los puntos de entrada oficiales, mientras que desde hoy se aplica una draconiana legislación que establece penas de tres años de cárcel por entrar de forma ilegal.

Hasta que Hungría cerró ayer de forma inesperada a las 14.30 GMT un espacio abierto en su frontera en Röszke, por el que han entrado decenas de miles de personas en las últimas semanas, la policía registró la llegada al país de más de 9.380 personas, el mayor número en un sólo día.

El Gobierno húngaro también ha declarado hoy el «estado de crisis» en dos provincial meridionales fronterizas con Serbia. La medida ha sido anunciada a la prensa en la ciudad de Szeged por el portavoz del Gobierno, Zoltán Kovács, después de una reunión del Consejo de Ministros.

La zona fronteriza en esos dos condados se ampliará de los actuales 10 metros a un total de 60 con motivo de la entrada en vigor de las nuevas medidas. Asimismo, contemplan la creación de zonas de tránsito para gestionar las llegadas. «Esto puede ayudar a ubicar temporalmente a las personas que buscan refugios o un estatus de protección, así como a procesar las solicitudes de asilo y registro», ha afirmado el responsable de la oficina nacional de desastres, Gyorgy Bakondi.

Las fuerzas de seguridad solicitaron hoy a los periodistas y ciudadanos en un comunicado que «no obstaculicen» su trabajo en la frontera y advirtió de que actuará con contundencia para aplicar las leyes que entraron en vigor.

Según la televisión pública húngara M1, los 16 detenidos fueron capturados cuando trataban de cortar la valla erigida en la frontera para entrar en el país, una acción para la que se establecen cinco años de cárcel por el agravante de dañar la alambrada.

Juristas consultados por M1 han asegurado que las primeras sentencias, por procedimiento abreviado, serán sólo condicionales y conllevarán la expulsión del detenido del país. En caso de que se le detenga de nuevo intentando entrar en el país de forma ilegal, sí se ejecutaría de forma inmediata la pena de prisión.

Un total de 130 jueces aplicarán la nueva normativa por medio de juicios rápidos en la ciudad meridional de Szeged. «Empieza una nueva era, con esta ley y con el cierre físico de la frontera», declaró el portavoz del Gobierno húngaro, Zoltán Kovács, esta madrugada desde el clausurado paso fronterizo de Röszke.

A partir de hoy se establecerán también procedimientos acelerados de asilo que determinarán en pocos días si las solicitudes son aceptadas, y los refugiados que no obtengan ese estatus serán devueltos a Serbia.

Sin embargo, Serbia ha advertido hoy de que no aceptará a los refugiados que Hungría intente devolverle «a la fuerza». «No pararemos a nadie a la fuerza en nuestro territorio y por eso tampoco permitiremos a ningún país que devuelva a nadie a la fuerza (…) a nuestro territorio», ha declarado el ministro de Trabajo, Aleksandar Vulin.

«Ellos (los refugiados) están en el territorio de Hungría y esperamos del Estado húngaro que los trate como es debido«, ha dicho Vulin a la agencia de noticias Tanjug.

En lo que va del año las autoridades húngaras han registrado a más de 180.000 refugiados que entraron en el país de forma ilegal, aunque la inmensa mayoría siguió camino hacia Alemania, Holanda o las naciones escandinavas.

El trato recibido por los refugiados ha sido duramente criticado por organizaciones como Human Rights Watch, que han asegurado que las condiciones en los centros de acogida son «inhumanas».

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