¿Hola, 911? Tengo una emergencia: soy racista

| 2 julio, 2018

Una mujer blanca llama a la policía porque un niño afroamericano está cortando su césped. Este es el último caso de una seguidilla de denuncias tildadas de discriminatorias

02/07/2018 El País.- El negocio de Reginald Reggie Fields, de 12 años, sufrió un altercado hace una semana. Reggie estaba fuera de una tienda junto a sus pequeños hermanos y primos ofreciendo cortar el césped a algún vecino de Maple Heights, Ohio. La señora Lucille Holt-Colden contrató su servicio y se los llevó a casa. Mientras trabajaban, Reggie pasó sin querer la cortadora de hierba por el jardín de la casa aledaña. Los dueños de esta llamaron a la policía. “Estoy tan enojada, esto es totalmente ridículo. ¿quién hace esto?”, dijo Holt-Colden, afroamericana, al igual que los niños, mientras grababa a su vecina Linda Krakora, blanca.

 
Momentos más tarde, Holt-Colden vuelve a hacer un directo titulado “Es tan ¡¡RIDÍCULO!!”. Uno de los niños, el de nueve años, la acompaña contrariado mientras ella graba que un coche de la policía se aparcó frente a su jardín. Un agente habla con la vecina que los llamó. Desde que se cambió al barrio en octubre del año pasado, Krakora ha llamado cinco veces a la policía. Una de ellas porque los hijos de Holt-Colden estaban lanzándose bolas de nieve. El vídeo ha acumulado más de 500.000 reproducciones y los espectadores han mostrado su indignación y sus ganas de ayudar a los niños.
 

Gracias a una campaña de donación, “El servicio de corte de césped del señor Reggie» recibirá 7.600 dólares de parte de 300 donantes. Con el dinero, el pequeño comprará más equipos y extenderá sus servicios. Desde que se difundió el vídeo hace una semana, Reggie recibe entre 15 y 20 llamadas para cortar el césped: «Se siente excelente», describió.

Krakora se defendió en The New York Times diciendo que su marido no había llamado a la policía por la raza del niño, sino por la basura que le estaban dejando en su lado del patio. Sostuvo que su relación es tan mala con Holt-Colden que solo se comunica con ella a través de la policía. «No tengo problemas con el color o me habría mudado hace años», afirmó.

Este episodio, tachado de racista por muchos de los espectadores del vídeo, ocurre un mes después de que una mujer blanca llamara a la policía para comunicar que un grupo de afroamericanos estaba haciendo una barbacoa a carbón en un parque de Oakland, California. La respuesta fue un festival de música en el mismo sitio llamado BBQing While Black. En el mismo Estado, un vecino llamó al 911 para acusar a una mujer que estaba pasando con un carro de la compra frente a su casa. El policía, según narró en Vox, le preguntó al denunciante cuál era el problema y este respondió: “Es negra”. Por la misma zona estadounidense, tres chicos afroamericanos salían de un Airbnb hacia el coche, con sus maletas, cuando aparecieron siete vehículos de la policía. Les pidieron que pusieran sus manos en la cabeza. Habían recibido una llamada de una mujer mayor blanca alertando de que podrían estar robando en el barrio.

A comienzos de mayo, una estudiante blanca de Yale llamó a la policía porque había una chica afroamericana durmiendo la siesta en el salón de la universidad. La policía fue a interrogarla y era Lolade Siyonbola, una alumna matriculada, que simplemente se había quedado dormida. Siyonbola grabó a la denunciante, quien dijo a la cámara que tenía todo el derecho de llamar a la policía porque no se podía dormir en ese sitio. El episodio duró 45 minutos.

Sin duda la situación más sonada este año fue cuando arrestaron a dos personas negras en un Starbucks en Filadelfia. Uno de los clientes grabó la situación en la que se veía a varios agentes de la policía hablando con los dos hombres que estaban sentados en una mesa. Poco después, los esposaron y se los llevan detenidos. Estaban esperando a un amigo con el que habían quedado en el local. La cafetería se disculpó y cerró 8.000 establecimientos de su propiedad en Estados Unidos para impartir a sus empleados un seminario sobre cómo evitar situaciones de discriminación racial.

En la era de Trump, el número de grupos de odio aumentó un 4% entre 2017 y 2016 —pasó de 917 a 954 en ese periodo de tiempo—, según un estudio elaborado por Southern Poverty Law Center (SPLC). La división racial no se percibe solamente en las llamadas a la policía, sino también en las sentencias criminales. El informe «Registro de derechos humanos en Estados Unidos en 2017» publicó que los delincuentes afroamericanos recibieron sentencias en promedio 19,1% más largas que las de los delincuentes blancos en «situaciones similares», citando un reporte de la Comisión de Sentencias de Estados Unidos publicado en noviembre de 2017.

 

 

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