Un grupo denominado Resiste España se concentró frente al monumento a Daoiz y Velarde, donde leyó un manifiesto e interpretó un himno militar entre abucheos de los presentes
DIEGO CASADO. SOMOS MALASAÑA.– La ultraderecha ha vuelto al Dos de Mayo. Un grupo denominado Resiste España, con la bandera de Borgoña y el lema Desperta Ferro impresos en sus camisetas de color pardo se ha concentrado en esta céntrica plaza de Madrid, situada en el corazón de Malasaña, en un acto en el que han leído un manifiesto por la unidad de España e interpretado un himno frente al monumento a Daoiz y Velarde.
Los habituales de la plaza a la hora de la concentración -poco después de las 20.30 de este martes- han dedicado silbidos, abucheos y gritos de «fuera fascistas de nuestra plaza, fuera fascistas de nuestro barrio» a los congregados en actitud castrense, unas 30 personas, a los que acompañaban cinco músicos contratados para la ocasión tocando La muerte no es el final.
Aunque ha generado momentos de tensión, el acto no ha acabado con ningún enfrentamiento ni agresión. Algunos participantes se despidieron con el brazo en alto en referencia al saludo fascista y otros aplaudían de forma irónica a los vecinos y visitantes de Malasaña, que les seguían invitando a abandonar el lugar, cosa que acabaron haciendo a los pocos minutos de haber iniciado la concentración.
Los miembros de Resiste España tomaron sus estandartes (una bandera de España y otra con un lazo negro) abandonaron la plaza corriendo -salvo un par, que llevaban bicicleta- una práctica que caracteriza a esta formación que se define como «iniciativa no politizada, que corre para defender la unidad de España», aunque algunos de sus componentes tienen estrechos lazos con el partido Vox, incluso han formado parte de sus listas electorales.
La última concentración ultraderechista en Malasaña tuvo lugar en el mismo punto, hace ahora cuatro años. En esa ocasión se trató de una manifestación contra los inmigrantes convocada por el Hogar Social Madrid con final en la Plaza del Dos de Mayo, donde fueron recibidos con huevos y una besada gay por parte de los vecinos. La misma organización ocupó recientemente un edificio en el extremo del barrio, en la plaza Cristino Martos, del que fue desalojado el pasado mes de enero.
