El xenófobo Wilders clama contra la “islamización de Holanda” en una marcha en Róterdam

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El líder populista holandés hace una visita relámpago a la ciudad portuaria con Filip Dewinter, dirigente de la extrema derecha flamenca

ISABEL FERRER. EL PAÍS.- Geert Wilders, el líder populista y anti musulmán holandés, se ha manifestado este sábado en Róterdam para denunciar lo que considera la “islamización” de su país, y “la discriminación de los ciudadanos autóctonos” por parte del Gobierno. Su pareja en la marcha ha sido Filip Dewinter, dirigente de la extrema derecha flamenca y miembro del partido independentista y xenófobo Vlaams Belang. La caminata pretendía ser la segunda vuelta de la que ambos intentaron el pasado noviembre en el barrio bruselense de Molenbeek, pero fue abortada por la alcaldesa. Allí, la mayoría de sus vecinos son de origen marroquí. En Róterdam, el 28% de sus 635.000 habitantes ha nacido en el extranjero, y predominan los de ascendencia antillana, turca y marroquí.

“Holanda es nuestra y la recuperaremos”, ha gritado Wilders, durante una marcha que ha durado apenas media hora. Sus guardaespaldas se lo han llevado porque no podían garantizar su seguridad debido a la cercanía de una contramanifestación. A modo de calentamiento previo, tuiteó que era preciso “cerrar la mezquita local de Essalam”, y apartar de su cargo al alcalde, el socialdemócrata Ahmed Aboutaleb, nacido en Marruecos. En la calle, ha repetido sendos deseos megáfono en mano, mientras circulaban billetes de 100 euros con su efigie como ídolo nacional. Dewinter, por su parte, ha dicho que “Holanda es de los holandeses, y Europa de los europeos”. “Es la misma lucha que en Flandes: por nuestra identidad, cultura y civilización”. La guardia urbana cifra en un millar los asistentes.

Entre los manifestantes había también miembros de la Unión del Pueblo Neerlandés, de inclinación neonazi, y partidaria de unir Holanda y Flandes. A su vez, portaron banderas seguidores del movimiento nacionalista holandés Voorpost, que propugna una fusión similar aún más amplia, con los blancos de origen holandés de Sudáfrica. Y Pegida, el grupo de extrema derecha germano. La policía de la ciudad portuaria estaba “preparada para todo”, y de ahí que el partido Nida, de inspiración musulmana y aspirante a las elecciones municipales del próximo marzo, haya repartido café y galletas en la estación central de ferrocarril a modo de “calurosa bienvenida”.

Las cifras del censo de Róterdam son de la Oficina Central de Estadística, y Wilders las aprovecha como refuerzo porque su Partido para la Libertad presenta allí su primer candidato a las municipales. En su cuenta de Twitter, llama “salafista” al alcalde Aboutaleb y pide que “un holandés con un solo pasaporte nacional” pueda regir el consistorio. Aboutaleb ha sido criticado por afirmar en un programa de radio que “cada musulmán es un poco salafista”, y él mismo podía ser visto como “un yihadista, en el sentido amplio y de búsqueda personal de la perfección”, su definición del salafismo. “No la asociada a la violencia”, según dijo, a principios de enero.

Wilders pidió su dimisión, los colegas del munícipe sugirieron que “midiera mejor sus palabras”, y él respondió a todos que su “dureza con los extremismos religiosos es de sobra conocida”. Su discurso tras el atentado islamista contra la revista francesa Charlie Hebdo se hizo famoso en 2015. “En Róterdam hay 147 nacionalidades y nos rebelamos ante este ataque contra una sociedad abierta y democrática. Me llamo Ahmed Aboutaleb y normalmente soy el alcalde de Róterdam, pero esta noche soy parisino y me llamo Charlie, lo mismo que mis compatriotas y los vecinos de esta ciudad”, aseguró.

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