El Tribunal Supremo de EE UU bloquea la ejecución de un reo por el testimonio racista de su abogado

| 22 febrero, 2017

La defensa de un condenado por doble asesinato aseguró que era más peligroso por el hecho de ser afroamericano

CRISTINA F. PEREDA. EL PAÍS.- El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha bloqueado la ejecución de un condenado a muerte por el testimonio racista que fue presentado por su propia defensa durante su juicio por doble asesinato. La máxima instancia judicial del país, por seis votos a favor y dos en contra, ha concedido al reo Duane Buck el derecho a una revisión de su pena capital.

 

“Buck podría haber sido condenado a muerte en parte por su raza. Se trata de un inquietante abandono de los principios básicos de nuestro sistema judicial”, argumenta en la sentencia el presidente de la Corte, el juez John Roberts. “Nuestras leyes castigan a las personas por lo que hacen, no por quiénes son”.

Roberts ha sido el encargado de redactar el dictamen a favor de Buck, condenado a muerte en 1996 después de que un psicólogo citado a declarar por su propio abogado argumentara que podría ser más peligroso en el futuro simplemente por el hecho de ser afroamericano. “Ese testimonio aseguró que el color de la piel de Buck le hacía más merecedor de la ejecución”, asegura Roberts.

Buck fue condenado por el doble asesinato en 1995 de su exnovia y un amigo. La legislación de Texas establece que, una vez se condena a una persona por un crimen, la pena capital solo se puede imponer si el jurado asegura de manera unánime que el condenado puede cometer más crímenes violentos en el futuro. Y eso es precisamente lo que argumentó el testigo presentado por la propia defensa de Buck. El experto presentó una colección de estadísticas para alegar que los afroamericanos son más proclives a reincidir en crímenes que los blancos.

“Ningún abogado defensor competente presentaría nunca una prueba de que su cliente puede ser peligroso en el futuro solo por su raza”, escribe el juez Roberts. El presidente del Tribunal añade que el jurado podría haber condenado a cadena perpetua a Buck e impedir así que cometiera nuevos crímenes, pero endureció la condena por la influencia de ese testimonio. Esto creó una “tormenta perfecta”, en palabras del juez Roberts, combinado con “el tipo de racismo más nocivo” para situar al jurado ante “una decisión de vida o muerte basada en la raza” del acusado.

En las últimas décadas, el Estado de Texas ha concedido la revisión de la condena a muerte de varios reos por las opiniones racistas pronunciadas durante sus juicios, pero siempre negó a Buck la misma oportunidad. En todos esos casos, el testimonio discriminatorio había sido pronunciado por la acusación. La peculiaridad del juicio de Buck es que el racismo vino de su propia defensa. El Supremo le ha dado este miércoles una segunda oportunidad.

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