El Gobierno del PP homenajea por primera vez a los españoles muertos en Mauthausen

| 10 mayo, 2015

españolesmauthausenPÚBLICO.- El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, rindió este domingo un homenaje en Mauthausen a los españoles que estuvieron y murieron en este campo de concentración nazi y destacó la importancia de «honrar y renovar un deber universal de memoria» ante la «barbarie».

La presencia de García-Margallo supone un cambio en la política del Gobierno del PP. El Parlamento debate este martes una propuesta de ERC para reconocer a las víctimas exterminadas por los nazis, la mayoría de ellas republicanas que fueron deportadas a estos campos de concentración.

García-Margallo acudió este domingo al acto conmemorativo celebrado en el memorial a los españoles republicanos en este campo, al que asistieron delegaciones del Amical Mauthausen y de la Asociación de los Españoles Republicanos en Austria.

El Memorial de los republicanos españoles está erigido en territorio francés en el Parque de los Monumentos, pues al ser declarados «apátridas» carecían y carecen de Estado que se hubiera hecho cargo de construir y mantener dicho monumento.

Ahora, 70 años después de la liberación de este campo y sus subcampos por parte del ejército norteamericano, el ministro aseguró que la España que hoy les rinde homenaje «es un país abierto, democrático, solidario, integrador, donde el respeto al otro, al diferente, es la norma». Un país “que rechaza cualquier forma de intolerancia, de intransigencia, de barbarie. Esa España y esa Europa son así, en gran medida, gracias a vuestro ejemplo», añadió.

En este sentido, García-Margallo recordó que el pasado 28 de abril el Congreso español instó al Gobierno, mediante una proposición no de ley adoptada por unanimidad, a honrar a los españoles prisioneros en los campos nazis.

Tras asegurar que lo que sucedió en este campo «no nos inmuniza de nuevos episodios de barbarie», apuntó que surgen en el mundo nuevos movimientos de corte totalitario y «grupos terroristas que niegan la existencia del otro, del diferente».

Ante alguna persona que criticaba su presencia en el acto de Mauthausen, el jefe de la diplomacia española recordó que tuvo el honor de ser diputado constituyente y de firmar la Constitución de 1978 que significaba, dijo, «consagrar la reconciliación nacional y abrir una España para todos».

«Por eso mi sitio sí esta aquí, en cualquier lugar que haya un español que sufra, haya sufrido, esté martirizado o haya sido martirizado», subrayó García-Margallo. «Aquí sois muchos los españoles descendientes de españoles que fueron masacrados en este campo», insistió.

15.000 españoles deportados

Como consecuencia de la ocupación alemana de Francia, decenas de miles de refugiados de la Guerra Civil española, principalmente republicanos, que estaban en campos de internamiento en Francia o que, en el caso de los hombres, se habían incorporado en muchos casos al ejército francés en su lucha contra el ocupante o a la resistencia, acabaron presos a manos de los alemanes.

Unos 15.000 españoles fueron deportados desde Francia hacia los campos de concentración del III Reich, la mayoría a Mauthausen y Gusen.

En este campo, a unos 160 kilómetros al oeste de Viena, cerca de 100.000 personas de más de 40 nacionalidades fueron asesinadas durante la II Guerra Mundial (1939-1945), la mayoría de ellas debido a las inhumanas jornadas de trabajo en las que desfallecer significaba ser rematado a golpes o tiros.

La cantera y los trabajos forzados

Los actos en recuerdo de las víctimas y conmemorativos de la liberación que se celebran en el Memorial de Mauthausen son los más grandes de Europa, ya que congregan a más de 30.000 personas cada año.

Cada año desde 2006 estos actos giran en torno a un tema principal basado en la historia de Mauthausen y el pasado nazi de Austria. En el tema anual se pone especial cuidado en conectar estos actos con el presente, para así fomentar entre los jóvenes el debate y la reflexión crítica.

Este año 2015 el tema en torno al cual girarán los actos conmemorativos es «La Cantera y los trabajos forzados».

Mauthausen era un campo clasificado como de «Categoría III», la peor de las categorías de todo el sistema de campos de concentración. Para los prisioneros era sinónimo de campo de la muerte. A quienes al llegar se les inscribía en el registro de entrada con la mención «RU» («Rückkehr unerwünscht» o «retorno no deseable»), estaban ya condenados a muerte y antes de morir se aprovechaba al máximo el potencial de su fuerza de trabajo.

Trabajo esclavo para los monumentos e industria

Las canteras de granito caracterizaban las condiciones de vida y trabajo de los internos del campo. Eran un lugar de terror. De esta mano de obra esclava salía la producción de materiales para las obras monumentales y de prestigio de la Alemania nacionalsocialista.

En conjunto, entre la apertura del campo en agosto de 1938 y la liberación por el ejército de Estados Unidos en mayo de 1945, unas 190.000 personas fueron deportadas a Mauthausen, habiendo las SS registrado hombres, mujeres y también niños de más de 40 nacionalidades. El complejo de campos de Mauthausen llegó a contar hasta con unos 50 sub-campos esparcidos por toda Austria.

La función política del campo, la persecución permanente y la detención de los opositores políticos e ideológicos es lo que predominó hasta 1943. Por eso la mayoría de los republicanos españoles que habían sido deportados, principalmente desde Francia, terminaron en este campo de presos políticos.

A partir de 1942/43, los presos fueron empleados de forma creciente en el trabajo para los fines de la industria bélica. Como resultado se crearon numerosos sub-campos y creció fuertemente el número de presos. En marzo de 1945 había en Mauthausen y en sus sub-campos (Gusen, Ebensee, Steyr, Gunskirchen…) más de 84.000 presos. Esta superpoblación agudizó el hambre, las enfermedades y la mortalidad.

Los presos fueron la fuente de trabajo esclavo con la cual se construían las factorías o bien fueron empleados directamente en la producción, principalmente para las firmas Steyr-Daimler-Puch, Reichswerke Hermann Göring y para empresas fabricantes de aviones Heinkel-Werke y Messerschmitt.

A principios de los años 60 se ubicó en el interior del Memorial de Mauthausen un cementerio al cual se trasladaron posteriormente los restos mortales de las víctimas del campo de concentración que se encontraban en los «cementerios americanos» en Mauthausen y Gusen así como aquellos que yacían en las fosas comunes que habían utilizado los SS.

En un nuevo «Espacio de los Nombres» están inscritos los 81.000 muertos del campo de concentración de Mauthausen y los respectivos sub-campos cuyo nombre se conoce.

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