El barrio de Aluche se moviliza contra las últimas amenazas a La CABA

, , | 10 diciembre, 2014

En la fachada de la casa autogestionada madrileña han aparecido pintadas de corte fascista.

cso_caba_01DISO PRESS. PERIODICO DIAGONAL.- Cerca de cien personas se concentraron en la tarde de ayer en los alrededores de la salida de metro de Empalme, en Madrid, para protestar por “los ataques fascistas”, tal como lo denominan los integrantes de la misma, que ha recibido la CABA, Casa Autogestionada del Barrio de Aluche. La convocatoria surge con motivo de las pintadas que han aparecido en la fachada de dicho inmueble en las que se puede leer “Rojos de mierda” o “Rojos No”.

Según indica un miembro del colectivo gestor del espacio, “estos espacios basados en el colectivo, la horizontalidad, la autogestión y el apoyo mutuo son objetivo principal dentro de la estrategia del miedo que utilizan los grupos fascistas”. En su opinión, esta acción, que no es la primera, es un “ataque directo que pretende amenazar y amedrentar a las personas que habitan la casa”.

Pasadas las 19.30 horas, los manifestantes han desplegado una pancarta reivindicativa en la que se podía leer “Ninguna agresión sin respuesta, construyendo barrio desde la base, Aluche en lucha”. Media hora más tarde, han leído un comunicado de rechazo a estos ataques.

Mar Noguerol, compañera de piso de Yolanda González, vecina del barrio que fue secuestrada y asesinada en 1980 a manos del grupo fascista Batallón Vasco Español, ha participado en la protesta. En la fachada de dicho edificio, se expone un mural en homenaje a su compañera. Noguerol ha querido denunciar que “Emilio Hellín Moro, uno de los asesinos de Yolanda, trabaja para las fuerzas de seguridad del Estado”.

Entre los asesinos de González, según cuenta Noguerol, había un policía nacional y dos guardias civiles. Hellín, uno de ellos, cumplió 12 años de condena y protagonizó varios intentos de fuga de la cárcel, “orquestados desde las instituciones”, asegura. Este experto informático pudo huir a Paraguay con su familia y trabajar para los servicios de inteligencia del ejército paraguayo. Actualmente vive en España y, según ha denunciado el diario El País, trabaja para la Guardia Vivil y la policía como especialista en rastreo de datos en teléfonos móviles y ordenadores.

La concentración, que ha estado vigilada por un dispositivo policial en todo momento, ha terminado de forma pacífica y tranquila pasadas las 20.30.

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