El ascenso de la extrema derecha «racista, misógina y homófoba¨ en Israel

| 17 abril, 2021

  • Con 6 escaños el Partido Sionista religioso logró una entrada histórica en la Knéset
  • Más de 225.000 israelíes votaron a su lista
  • Sus líderes son supremacistas judíos que justifican la violencia para lograr sus objetivos

Niusdiario.- «Un verdadero musulmán debe saber que la tierra de Israel pertenece al pueblo de Israel y, con el tiempo, los árabes como tú, que no lo reconocen, no se quedarán aquí…nos encargaremos de ello”. PUBLICIDAD

Así se dirigió en su cuenta de twitter y en vísperas del Día de la Conmemoración del Holocausto el líder de la extrema derecha, Bezalel Smotrich, al diputado árabe-israelí, Ahmed Tibi, en pleno debate sobre las formaciones que podrían convivir en un bloque de derecha liderado por Benjamín Netanyahu. 

Tras las ultimas elecciones en Israel, las cuartas en menos de dos años, el jefe del Likud, partido que consiguió el mayor número de votos, ha vuelto a recibir el encargo de formar gobierno aunque, de momento, sin consolidar el suficiente número de escaños. Para conseguirlo “Bibi ̈ diseñó meses atrás varias estrategias, entre ellas, instar a las tres principales facciones de la extrema derecha a que formasen una única lista y unieran sus sufragios a ¨un verdadero gobierno de la derecha ̈.

Por su parte Tibi, en respuesta a Smotrich, dijo que le producía alegría saber que el diputado dependería del voto de parlamentarios árabes para convertirse en ministro de un futuro gabinete (nunca en la historia del país los partidos árabes han formado parte de un Ejecutivo, pero su apoyo externo sí podría ser necesario con la actual fragmentación del arco parlamentario). «Soy árabe y tú no significas nada para mí», añadió el político, que terminó su tuit llamando ¨racista¨ en alemán a Smotrich.

Así las cosas el intercambio de mensajes entre el diputado ultraderechista y el árabe-israelí no solo muestra la enorme polarización que vive Israel en la peor crisis política de su historia, sino también la expresión pública de la ideología más excluyente y radical manifestada en décadas en Israel.

¨Smotrich por sí solo no es el problema¨, cuenta el analista del diario Haaretz, Anshel Pfeffer. ¨El problema son los 225.641 ciudadanos que votaron por su lista de neokahanistas (seguidores del fallecido rabino radical Meir Kahane) y homófobos el pasado 23 de marzo y los muchos más israelíes que están dispuestos a que su partido Sionismo Religioso forme parte de un Ejecutivo¨, añade.

Entrada histórica del extremismo en el Parlamento 

La formación liderada por Bezalel Smotrich nació de la conjunción de las ultranacionalistas Unión Nacional y Otzma Yehudit (¨Poder Judío¨ en hebreo) y la homófoba Noam (¨Agrado¨), fundada expresamente para combatir los derechos de la comunidad LGTBI y ¨la destrucción de la familia¨.

En las últimas elecciones, juntos, consiguieron seis escaños, los mismos que la izquierdista Meretz, uno menos que el Partido Laborista y dos por debajo del centrista Azul y Blanco, del actual ministro de Defensa y viceprimerministro Benny Gantz. El centrista Yest Atid (¨Hay futuro¨), del periodista reconvertido en político Yair Lapid, se hizo con 17 y el Likud de Netanyahu con 30. Casi 40 formaciones concurrieron a las elecciones, aunque solo 13 consiguieron representación parlamentaria. 

¨La marca del electorado religioso, que también apoya a Shas o Judaísmo Unido de la Torá (los dos principales partidos ultraortodoxos), ha sido secuestrada por un único partido y se ha convertido en un elemento clave del racismo, la misoginia y el extremismo¨, dice Chen Artzi Srorl, periodista del diario Yediot Aharonot. 

¨Cada familia, ya sea en un asentamiento o en cualquier otro lugar, tiene hoy al menos un miembro que es parte de la comunidad LGTBI o que se ha hecho laico¨, apunta Srorl. ¨A diferencia de sus progenitores, hay hombres y mujeres religiosos que permenecen solteros hasta los 30 años y hay menos tolerancia a la violencia doméstica o sexual¨, añade la israelí. ¨Pero Bezalel Smotrich y los suyos quieren cambiar eso. Para él permanecer soltero está mal y ha prometido aprobar una ley que dificultaría presentar denuncias contra acoso sexual¨, denuncia.

Smotrich, el discípulo aventajado 

Para Anshel Pfeffer, Smotrich tiene una visión del «judaísmo auténtico» basada ¨en su propia ignorancia de la historia judía, sus tendencias racistas y el ambiente de los asentamientos de Cisjordania – donde residen más de 500.000 colonos – donde creció y se educó¨. ¨Un filósofo israelí, Moshe Halbertal, comparó estas tendencias con el movimiento Volkisch alemán que comenzó a finales del siglo XIX y fue un precursor del nazismo¨, apunta el columnista. 

El rechazo a los árabes es otro de los ejes fundamentales del ideario político del Partido Sionismo Religioso y sus proclamas a favor de la limpieza étnica, como las dirigidas por Bezalel Smotrich al diputado árabe Ahmed Tibi, no son, ni mucho menos, nuevas en Israel.

Decádas antes el rabino de origen neoyorquino Meir Kahane, fundador de la ideología radical moderna que alimenta al actual partido sionista, ya habló de expulsar no solo a los árabes del Estado, sino también a los palestinos de los territorios que las fuerzas hebreas ocuparon tras la guerra de 1967. 

Para el sionismo religioso estas tierras son parte de ¨Eretz Israel¨ (¨Tierra de Israel¨), término bíblico que comprende un área indefinida – depende del pasaje de la Biblia en que nos encontremos – pero que se extendería desde parte de Egipto hasta el Líbano pasando por Jordania o Siria. Para los palestinos una extensión similar conformaría la llamada ¨Palestina histórica¨, zona situada entre el mar Mediterráneo y el valle del río Jordán, de oeste a este, y entre el río Litani y el desierto del Néguev, de norte a sur. 

Kahane, el ¨maestro¨ racista y radical

Sin embargo, para los kahanistas todo el territorio debe pertenecer al pueblo judío y en su defensa cualquier acción violenta está justificada. Es más, incluso es vista como ¨Kidush Hashem¨, un precepto del judaísmo con el que se santifica el nombre de Dios. ¨La dominación judía de los Santos Lugares cristianos mientras la Iglesia que nos chupó la sangre vomita su furia y frustración. Eso es Kidush Hashem¨, escribió Meir Kahane en 1975. 

Por entonces hacía 4 años que había emigrado a Israel desde Estados Unidos, donde  participó en una serie de atentados bomba para obligar al gobierno de la Unión Soviética a permitir la salida de los judíos rusos. Allí ya estaba fichado y poco tardó en estarlo también en Israel.

Desde el partido que fundó, el Kach (inicialmente llamado Liga de Defensa Judía), primero exhibió su racismo más recalcitrante contra los judíos negros del país (mayoritariamente de origen etíope), pero pronto desvió su objetivo hacia la comunidad palestina. Los llamados a su expulsión y su participación en multitud de disturbios públicos hicieron que el reincidente Kahane fuese detenido hasta en 60 ocasiones.

Aunque con su formación concurrió sin éxito a las elecciones de 1973, 1977 y 1978 su ideología fue calando en parte de la sociedad, especialmente tras la Primera Guerra del Líbano (1982) que abrió una brecha social, hasta entonces desconocida, entre la derecha y la izquierda del país. 

Dos años después los casi 26.000 votos de colonos residentes en las áreas fronterizas con el Líbano, jóvenes soldados o ciudadanos descontentos tras la evacuación de la Península del Sinaí como parte de los Acuerdos de Camp David (1982) le auparon hasta el Parlamento. Finalmente consiguió un escaño que él mismo ocupó.

No obstante, poco le duró su aventura parlamentaria. En julio de 1988 fue expulsado de la Knéset por mostrar una soga con un nudo corredizo a un parlamentario árabe-israelí y ese mismo año la Junta electoral le prohibió presentarse a los nuevos comicios. Entonces, las encuestas le daban 100.000 votos y entre 3 y 4 escaños. 

Un legado hoy presente

Meir Kahane terminó sus días el 5 de noviembre de 1990 en un hotel de Nueva York al finalizar una de sus charlas. Entonces un islamista radical egipcio, que terminó siendo absuelto, se le acercó y le disparó. 

Pero su asesinato no implicó el desgaste de sus doctrinas. Al contrario. Permaneció latente entre los sectores más extremistas de la sociedad israelí, los mismos que fueron cuna de algunos de sus más prominentes discípulos, como el médico estadounidense Baruch Goldstein, autor de la masacre de Hebrón en 1994. Armado con un fusil de asalto entró a sangre y fuego en la Tumba de los Patriarcas, un lugar sagrado tanto para judíos como para musulmanes, y mató a 29 palestinos, hiriendo a otros 150. Terminó siendo abatido y golpeado hasta la muerte. 

La matanza de Hebrón fue, en parte, la respuesta de un fanático ultranacionalista a los recién firmados Acuerdos de Oslo (1993) y la ola de violencia que les siguió. En el lado hebreo el ideario de Meir Kahane continuaba alimentando la furia de ultranacionalistas fanáticos como Yigal Amir, que también terminó siendo un asesino, pero esta vez del entonces primer ministro Isaac Rabin (1995).

Itamar Ben Gvir, el líder de Otzma Yehudit

Semanas antes de su muerte, otro de los discípulos de Kahane, el joven Itamar Ben Gvir, menos sanguinario que sus predecesores, se las arregló para robar en público el emblema metálico del Cadillac blindado de Rabin. ¨Hemos llegado hasta este símbolo y llegaremos también hasta él¨, vociferó el joven en el momento de su detención. En los años siguientes fue encausado, como su mentor, medio centenar de veces por incitación al racismo o apoyo a organizaciones terroristas, entre otras acusaciones.

Durante este tiempo el activista decidió estudiar Derecho y terminó defendiéndose a sí mismo al tiempo que ejerció de abogado defensor de otros criminales y colonos de extrema derecha. ¨A pesar de todas las veces que fue arrestado era muy escurridizo¨, señala David Kraus, un policía hoy retirado que asegura haber detenido al ultranacionalista al menos una veintena de veces. ¨En la actualidad es más maduro, ha aprendido, pero eso no quiere decir que sea menos radical¨, apunta el exagente. ¨No me sorprende que esté a punto de convertirse en diputado. Es inadmisible que vaya a servirle de muleta de apoyo al Likud o al primer ministro Netanyahu¨, añade. 

Itamar Ben Gvir es hoy el líder de Otzma Yehudit (¨Poder Judío¨), una de las tres formaciones que componen el Partido Sionismo Religioso liderado por el también kahanista Bezalel Smotrich. Ambos se sentarían en un futuro gobierno de Benjamín Netanyahu si el político consigue los dos tránsfugas que necesita dado que, de momento, solo cuenta con el apoyo de 59 diputados de los 61 requeridos.

Así las cosas, todo puede pasar en las próximas semanas. También la convocatoria de unas quintas elecciones en Israel. En las cuartas los kahanistas han resultado ser los grandes vencedores con los seis escaños conseguidos, lo que supone una entrada histórica en el Parlamento. 

Tres décadas después el sueño de Meir Kahane podría hacerse realidad si finalmente no hay nuevos comicios. Una posibilidad que perturba al electorado laico del país. ¨Smotrich y sus secuaces no son más que la manifestación más reciente de una enfermedad que aflige a Israel y al judaísmo. Luchar contra ellos es el desafío de esta generación de israelíes y de judíos en todo el mundo¨, escribe Anshel Pfeffer en su último editorial del diario Haaretz.

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