El antisistema Rodrigo Lanza, condenado por asesinato por el «crimen de los tirantes»

, , | 17 septiembre, 2020

Tras anularse el primer juicio, que consideró el crimen una muerte por imprudencia, Lanza se enfrenta ahora a una pena de hasta 23 años de prisión

ROBERTO PÉREZ. ABC.- El antisistema Rodrigo Lanza (36 años) será finalmente condenado por asesinato por el conocido como «crimen de los tirantes», lo que conllevará una pena de hasta 23 años de cárcel. Es a lo que conduce el veredicto que este jueves emitió el tribunal del jurado, tras el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza. Este ha sido el segundo juicio que se ha celebrado por ese crimen. El primero, que tuvo lugar en noviembre del año pasado, fue anulado tras apreciarse gruesas anomalías que condujeron a una polémica sentencia en la que Lanza fue condenado por imprudencia homicida, en vez de por asesinato.

Aquella sentencia finalmente anulada le impuso 5 años de cárcel por matar a Víctor Laínez, de 55 años. Consideró que era un facha, se encaró con él y poco después le atacó mortalmente por la espalda.javascript:falsePUBLICIDAD 

Ahora, el jurado ha declarado a Rodrigo Lanza culpable de asesinato con las agravantes de dolo eventual y de crimen por motivos ideológicos, y la atenuante de embriaguez.

Tras este veredicto del jurado, Lanza se enfrenta a una condena de hasta 23 años de prisión por un delito de asesinato agravado por motivación ideológica, según han coincidido en señalar tanto la fiscalía como las acusaciones. Por su parte, el abogado de Lanza intenta ahora, in extremis, que se invalide el veredicto por supuestos defectos en la formulación de las preguntas que la magistrada trasladó al jurado para dictar el veredicto. Así lo ha argumentado ya ante el tribunal.

La fiscal, Ana Cabeza, ha reclamado que se imponga a Lanza una condena de 20 años de prisión y 150.000 euros de indemnización a los herederos de su víctima. La acusación particular de la familia de Víctor Laínez ha reclamado 23 años de cárcel e indemnizaciones por un monto total de medio millón de euros. Y la misma petición de pena ha realizado la acusación popular, ejercida en este proceso por Vox.

El abogado de Lanza ha pedido que el veredicto se declare no válido y que no se dicte sentencia. Y, subsidiaramente, para el caso en que la magistrada dicte sentencia, que condene a su cliente únicamente a dos años de cárcel por un delito de lesiones con resultado de muerte no buscada, atenuado por actuar bajo la influencia del alcohol.

Rifirrafe entre la magistrada y el defensor

Ahora es la magistrada que ha presidido el tribunal,María José Gil Corredera, la que tiene que dictar la pena, en una sentencia que se conocerá próximamente. En esta sesión de lectura del veredicto volvió a producirse un enfrentamiento entre el abogado defensor, Enkika Zulueta, y la magistrada.

Ha sido un tenso cruce de palabras, subido de tono, que disparó los ánimos de Gil Corredera y acabó en gritos. Durante el juicio, la magistrada perdió los nervios en otro rifirrafe y llegó a decir a viva voz «si pudiera, me marchaba».

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 8 de noviembre de 2017. El antisistema tenía en aquel momento 33 años y ya había tenía en su haber otra condena previa: siendo un veinteañero, fue condenado a cinco años de cárcel por dejar tetrapléjico a un policía local en Barcelona en 2006, durante unos disturbios entre okupas y fuerzas de seguridad. Lanza, de origen chileno, es nieto de un alto mando de la dictadura del general Pinochet.

El 8 de noviembre de 2017 se cruzó en un bar de Zaragoza con Víctor Laínez (55 años), al que le gustaba vestir tirantes con los colores de la bandera de España. No se conocían. Cruzaron unas palabras y, poco después, Lanza lo golpeó, lo dejó sin sentido y, cuando estaba inerte en el suelo, le pateó el cráneo. Lo abandonó agonizando. La Policía detuvo a Lanza tres días después y su víctima murió en el hospital.

Hechos probados

El tribunal del jurado ha considerado probado que Rodrigo Lanza atacó a su víctima por la espalda, a traición, sin posibilidad alguna para defenderse, que era consciente de lo que hacía y que actuó asumiendo que podía matar a Víctor Laínez. También considera probado que la víctima se desplomó tras recibir un primer golpe en la cabeza y que, cuando yacía en el suelo totalmente indefenso y semiinconsciente, Lanza le propinó puñetazos y al menos una fuerte patada en el cráneo.

El jurado también ha visto probado que Lanza, tras la brutal agresión, se desentendió de su víctima, que quedó agonizando en el suelo, ahogándose en su propia sangre, con la cabeza destrozada y el rostro deformado y hundido.

El jurado ha descartado de plano la versión esgrimida por Lanza de que actuó en defensa propia porque su víctima llevaba una navaja que jamás apareció. Esta versión ya la descartó en su día la Policía que llevó el caso, y el jurado ha concluido que efectivamente no hubo tal navaja y que Lanza atacó consciente e intencionadamente a su víctima, en ningún caso actuó en defensa propia.

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