Achacan el aumento de estos delitos durante estos meses en parte «por las reacciones a los acontecimientos políticos en el Reino Unido y en el extranjero y la violencia en la frontera de Israel y Gaza»
IVÁN ALONSO. ELDIARIO.ES.- El antisemitismo sigue creciendo en Reino Unido y los casos de incidentes de odio por este tipo han crecido en el país un 16%. Según el Community Security Trust (CST), una organización benéfica que lucha contra esta lacra, hubo en 2018 un total de 1.652 incidentes a nivel nacional. Estas cifras, asegura esta organización, pueden considerarse parte de una tendencia ascendente desde enero de 2016.
El mayor número de incidentes registrados se produjo en mayo, seguido de abril, agosto y septiembre. Achacan el aumento de estos delitos durante estos meses en parte «por las reacciones a los acontecimientos políticos en el Reino Unido y en el extranjero y la violencia en la frontera de Israel y Gaza».
Casi tres cuartas partes de los incidentes registrados por el CST en el Reino Unido el año pasado se produjeron en Londres y Manchester, que cuentan con las comunidades judías más grandes del país.
El incidente más común «involucraba abuso verbal dirigido al azar a personas visiblemente judías en público». Sin embargo, hubo una disminución del 17% en el número de asaltos antisemitas violentos, de 149 en 2017 a 123 en 2018, según este informe.
Estas nuevas cifras coinciden en líneas generales con un informe del ministerio del Interior británico del pasado mes de octubre, que mostraba que todas las formas de delitos motivados por el odio en Inglaterra y Gales aumentaron un 17% en 2017/18.
El estudio citaba una serie de ejemplos de este tipo de hechos. Entre ellos, el de un hombre que iba caminando a una sinagoga y al que le arrojaron comida desde un coche, una mujer a la que le escupieron en la cara en un autobús o una panadería judía que fue objeto de actos de vandalismo con pintadas antisemitas.
Un total de 148 incidentes ocurridos en 2018 están relacionados con el supuesto antisemitismo que existe en el partido laborista británico. Las acusaciones de antisemitismo han perseguido a la principal formación de la oposición en el Parlamento británico y a su líder Jeremy Corbyn, desde que tomó el timón en 2015 y que llegaron a un punto crítico el pasado verano.
Corbyn ha insistido en que «la gente que tiene puntos de vista antisemitas no tiene cabida en el Partido Laborista», considerado durante mucho tiempo un hogar natural para los judíos británicos. Sin embargo, el líder de la oposición sigue enfrentándose a acusaciones de no hacer suficiente para acabar con el antisemitismo en las filas del partido.
De hecho, Scotland Yard iniciaba a finales del año pasado una investigación criminal sobre supuestos delitos de antisemitismo en el partido laborista. Todo después de que su comisaria, Cressida Dick, recibiese, tras conceder una entrevista a la BBC, un dossier con información sobre presuntos delitos de odio, más concretamente de antisemitismo.
