Detenidos cuatro presuntos neonazis por la violencia de Charlottesville

, | 2 octubre, 2018

Los detenidos son miembros de un grupo supremacista con base en el sur de California. La fiscalía los considera instigadores de los enfrentamientos violentos de 2017 durante una protesta de ultraderechistas en Virginia

PABLO XIMÉNEZ DE SANDOVAL. EL PAÍS.- Cuatro hombres fueron detenidos este martes en el sur de California como presuntos instigadores de los disturbios de Charlottesville en 2017. En aquellos sucesos se enfrentaron grupos neonazis y contramanifestantes. Murió una persona y el suceso marcó un parteaguas en la presidencia de Donald Trump. Los detenidos forman parte de un grupo supremacista llamado Rise Above Movement y viajaron hasta Virginia con la intención de “instigar los disturbios”, según la fiscalía. Pueden enfrentarse hasta a 10 años de prisión.

Los detenidos son Cole Evan White, Benjamin Drake Daley, Michael Paul Miselis y Thomas Walter Gillen, todos de California. El grupo llamado Rise Above Movement tiene amplia presencia en las redes. Sus miembros aparecen con la cara tapada con banderas de EE UU y diversa simbología fascista. Publican vídeos en los que aparecen entrenando.

Los sucesos de Charlottesville del 11 y 12 de agosto de 2017 marcaron uno de los momentos más bajos de la presidencia de Donald Trump en cuanto a su imagen pública. Con la excusa de la retirada de la estatua del general confederado Robert E. Lee de un parque de la ciudad, la primera noche cientos de hombres blancos desfilaron con antorchas gritando consignas antisemitas y cargados de simbología fascista. Al día siguiente, varios grupos de contramanifestantes llegaron a la ciudad para contrarrestar la manifestación. Cuando estalló la violencia, uno de los activistas de ultraderecha embistió con un coche la otra manifestación. Murió una mujer de 32 años.

La respuesta de Donald Trump fue culpar de la violencia a las dos partes. El presidente dijo que había “gente estupenda en los dos lados”, lo que arrancó una ola de indignación que llegó a su propio partido. Los líderes republicanos en el Congreso censuraron las palabras del presidente por equiparar el racismo y el fascismo con la oposición a estas ideologías. Trump se vio obligado a leer un discurso en televisión matizando sus palabras. Al día siguiente volvió a desdecirse. En una agresiva rueda de prensa, levantando la voz, se reafirmó en su opinión de que los dos lados tenían la misma culpa de lo que había pasado. Mientras, los neonazis de EE UU celebraban su reacción.

Según explicó la fiscalía este martes, los cuatro californianos detenidos viajaron a Charlottesville con la intención de provocar la violencia. Allí, agredieron a un hombre afroamericano, dos mujeres, y un pastor que llevaba puesto el alzacuello. Los detenidos habían participado previamente en manifestaciones violentas en las ciudades californianas de Huntington Beach, Berkeley y San Bernardino.

Thomas Cullen, fiscal federal de Virginia, dijo en una rueda de prensa que los detenidos son “básicamente alborotadores en serie”. “Esto no fue el ejercicio legal de los derechos de la Primera Enmienda (libertad de expresión). Estos tipos vinieron a Charlottesville a cometer actos violentos”, dijo Cullen.

Al menos cuatro personas más han sido ya condenadas por actos de violencia cometidos en los sucesos de Charlottesville, según el recuento de Los Angeles Times. Uno de los detenidos este martes, Cole White, fue despedidoinmediatamente del restaurante en el que trabajaba después de ser identificado en las redes sociales tras los disturbios. Otro de los detenidos, Miselis, también perdió su empleo como ingeniero aeroespacial en el grupo de defensa Northrop Grumman tras ser identificado por el medio ProPublica como uno de los asaltantes.

Según la ficha de la Liga Antidifamación de Estados Unidos sobre el grupo supremacista al que pertenecen los detenidos, este “funciona como un club de lucha callejero”. “Sus miembros se entrenan activamente para la pelea física con sus adversarios ideológicos y han estado involucrados en enfrentamientos violentos”, afirma la asociación que vigila en antisemitismo en EE UU. “Aunque se consideran miembros de la derecha alternativa, están enraizados en el movimiento californiano racista de cabezas rapadas”.

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